Christian había intentado llamar a Christal toda la noche. Una llamada tras otra, ella nunca le contestó. Se preguntaba si le había pasado algo en el camino, a veces podía ser muy cabezota conduciendo cuando estaba mal emocionalmente. O quizá simplemente se había enojado demasiado como para responderle. Sea cual sea la razón, le preocupaba, y quería saber de ella. Quería retractarse por haberle dicho tantas cosas hirientes. La verdad era que sí le dolía, pero más fuerte era lo que aún sentía por ella. Todavía estaba en el hospital, sus padres lo habían dejado por un instante y Emily ya se había ido. Todavía no hablaba con ella, sabía que no era un buen momento para hacerlo. Sus padres planearon llevarlo a su casa y que pase ahí el resto de sus vacaciones mientras se recuperaba, Christian aceptó. Eso le serviría un poco para pensar las cosas mejor. Pensaba enfrentar a Emily lo más antes posible, aprovechando que los nueve meses ya casi se cumplían y pronto ella pondría otra excusa. Aun así se preguntó de dónde salió aquella pequeña barriga que tenía, proporcional a su delgado cuerpo. Quizá pueda tomar ventaja de eso para que no se acerque nunca más a él.
Se puso a ver la posibilidad en que Christal y él estén juntos al fin y notó que eran muy altas, ahora ya no iría a estar Emily, el principal motivo por el cual se habían separado. Eso lo ponía feliz de cierto modo aunque en ese momento estén peleados. Sabía que nada, absolutamente nada, se iba a poner en su camino, o al menos eso esperaba.
*
Christal conducía a su casa y no podía parar de pensar en el beso que se había dado con Alejandro. Luego de eso, solo se había volteado para caminar hacia el ascensor sin regresar a ver. Cuando éste se abrió, Alejandro exclamó su nombre desde su puerta, ella volteó la mirada y él solo pudo decir; “No te alejes por lo que acaba de pasar” en un tono apenas audible para ambos.
Estaba muy confundida, se había sentido muy bien con él. Era una combinación de lo que sentía cuando estaba con su amigo, Anthony, y el chico que quería, Christian. Era una combinación perfecta.
Llegó a su casa y llamó a Pilar.
—Déjame ver si entiendo —le dijo desde el otro lado de la línea luego de que Christal le explicara todo lo que había ocurrido —. ¿Estás diciendo que puede que sientas algo por Alejandro?
—No, bueno… No lo veía desde hace mucho tiempo, es imposible que sienta algo por él en tan temprano, ¿cierto? —esperó escuchar una respuesta que la aliviara.
—No en realidad —escuchó y resopló —. Tú sabes cómo ha sido él. Lo supiste desde el principio. El hecho de que lo hayas vuelto a verlo luego de varios meses, solo te hace dar cuenta de que él siempre estará ahí, aún en los malos momentos. Aparte, ¿no decías que querías a alguien que en serio aprecie lo bueno de ti?
—Claro que sí, pero tú sabes todo lo que sentí, o incluso, siento por Christian.
—Sí, todos lo sabemos. Así como sabemos que es algo no estable, que es algo toxico, que ustedes son muy incompatibles —dijo con neutralidad. Era increíble cómo su amiga podía hacer el papel de psicóloga mostrándose firme antes los pensamientos de Christal.
—¿Qué debería hacer? Christian ya sabe que Emily no está embarazada, ¿y si intenta regresar?
—Mira el pro y el contra de la situación, lo que te conviene y lo que no. Y ya no le hagas tanto caso a tu corazón. Claro que podrías arriesgarte por Christian, pero ya lo has hecho muchas veces.
—No me puede estar pasando esto a mí. No me puede gustar Alejandro cuando a quien quiero es a alguien más—se pasó la mano por la sien.
—Claro que puede, a todos les puede pasar. Esto no es un libro de los que sueles leer, Chris, esta es la vida real.
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Juntos, pero no tanto ©
RomanceEsta es solo una triste y nada popular historia perdida entre tantas, quizá sea buena, quizá no. Él no era popular, tampoco practicaba baseball ni mucho menos era el capitán de algún equipo deportivo. Ella no era una nerd, tampoco era la chica más...