Christian abrió los ojos con pesadez y miró a su alrededor preguntándose dónde estaba. No recordaba absolutamente nada de lo que pasó la noche anterior luego de entrar a aquel bar. Vio el lugar y notó varios portarretratos en la mesa de centro. Entonces supo donde se encontraba.
No sabía cómo había llegado a casa de Christal ni por qué estaba ahí en ese momento. Se incorporó en el sofá con un dolor punzante en la cabeza y vio la hora en su celular. Eran las seis de la mañana. Sin saber exactamente qué hacer se levantó y sin vergüenza, caminó hacia la cocina para serviste un poco de agua.
Christal abrió los ojos de golpe al escuchar que alguien abrió la llave del fregadero. Un segundo después, recordó que había llevado a Christian a la casa la noche anterior y su pánico se fue, un poco.
Salió de la cama y se puso sus pantuflas, abrió su puerta y comenzó a caminar hacia donde provenía el sonido.
Cuando entró a la cocina se encontró con Christian de espaldas llevándose un vaso a la boca, un segundo más tarde se dio la vuelta y la vio.
—Hola —dijo sin expresión alguna —, no sé cómo llegué aquí —se excusó y Christal sintió un sentimiento de decepción al oír esas palabras.
—Yo te traje. Seguro no recuerdas nada de lo que hiciste o lo que dijiste, pero no importa.
Christian abrió los ojos algo asombrado.
—¿Nos acostamos? —dijo en un tono apenas audible para Christal.
Mierda, pero si no me daba ganas de hacerlo con ella.
—¿¡Qué?! —chilló aterrorizada —¡claro que no! jamás lo haría contigo —dijo arrepintiéndose al instante por haber dicho aquello y tapándose la boca con las manos.
—Ni siquiera lo has hecho con alguien —le reprochó con pocos ánimos y bebió el ultimo bocado de agua.
—Cállate, no te importa eso.
—¿Entonces sí lo has hecho? —de pronto su mirada cambió por una divertida y se arrimó al mesón.
—¿¡Qué!? Jamás te lo diré, eres la persona menos indicada para saberlo. Ni siquiera me caes bien —mintió, se cruzó de brazos.
—¿Entonces no lo has hecho?
—Jamás lo sabrás —dijo orgullosa de sí.
—¿Ah sí? —preguntó y levantó las cejas antes de comenzar a acercarse a ella.
—¿Qué haces? —dijo nerviosa.
—Me acerco a ti, muy, muy despacio.
—No te atrevas a acercarte más —retrocedió un paso y lo miró desafiante.
—No te preocupes, solo quiero comprobar algo —su cuerpo iba acercándose cada vez más al de Christal y un extraño placer le recorrió el cuerpo, sabía que ahora él tenía el control de la situación y eso le agradaba.
—Basta —levantó sus manos y las puso en su abdomen. Intentó sonar autoritaria pero fracasó cuando su voz se quebró a causa de los nervios.
—No necesito que lo digas —le susurró al odio y puso un mechón de su cabello tras su oreja —, puedo notarlo cuando se te sonrojan las mejillas, cuando tu voz se quiebra, cuando tus manos tiemblan en mi pecho. Y sobre todo —se acercó más a su oreja y la acaricio con su nariz —cuando te susurro cosas al oído —Christal estaba petrificada. No sabía qué hacer o decir, sentirlo cerca la debilitaba, sus sentidos no reaccionaban y su subconsciente le ordenaba hacer algo pero ella no respondía. Christian rio un poco antes de apartarse y ver su rostro —. Ahora lo sé, si lo eres —dijo con una sonrisa seguida de una carcajada.
![](https://img.wattpad.com/cover/66868711-288-k178555.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Juntos, pero no tanto ©
RomanceEsta es solo una triste y nada popular historia perdida entre tantas, quizá sea buena, quizá no. Él no era popular, tampoco practicaba baseball ni mucho menos era el capitán de algún equipo deportivo. Ella no era una nerd, tampoco era la chica más...