Christal quedó en shock, lo que veía pasaba en camera lenta y todo su alrededor también. Frunció el ceño aún sin asimilar lo que estaba ocurriendo y a su lado vio a Jake junto con Ryan correr hacia ellos para separarlos.
—Tranquilo —dijo Anthony intentando calmar a Christian. Se tocó la barbilla, tenía sangre.
—¿Qué tienes, Chris? —Jake intentó saber qué pasa.
—Nada —dijo aún con la mirada perdida —¡Suéltenme! —gritó fuertemente dándose cuenta del escenario que había montado —¡Está bien! Me tropecé y caí encima de Anthony, ¡es todo! —gritó y aun así nadie le creyó.
—Es cierto —intentó ayudarlo Anthony —cuando tropezó, me hizo caer y me golpee el labio con el piso.
—Bueno, amigo. Debes tener más cuidado para la próxima —dijo fingiendo inocencia Alisson.
—Tengan por seguro que nada de esto se volverá a repetir —miró a Christal —. Nunca más —y comenzó a caminar hacia la salida para luego irse del lugar en su carro.
Una vez fuera de la mansión, golpeó con fuerza e ira el volante.
—Demonios, Christal. ¿Qué sucede contigo? ¿Por qué juegas a esto? ¿Por qué ahora? ¿Qué mierda ocurre conmigo?
Justo cuando comenzaba a sincerarme con ella. ¿Qué querrá? ¿Que deje a Emily? Pues en este mismo momento lo puedo hacer. Pero esto no se terminara sin ni una explicación valida.
Dio una vuelta en U y comenzó a conducir hacia la casa de Emily, lo hacía rápido y desesperado, mientras más rápido acabe con esto, mejor.
Se estacionó al frente y bajó del carro para luego dirigirse a la puerta y tocar el timbre. Cuando la puerta se abrió, supo que Emily no se esperaba para nada aquella repentina visita, intentó abrazarlo pero él con dureza la evitó.
—¿Ahora qué? —dijo mientras todos los ánimos se le esfumaban en segundos.
—Escúchame porque esta vez seré MUY claro.
—Christian, no empieces...
—No, esta vez voy a terminar, y lo haré en serio. Primero; quiero que dejes de llamarme al maldito celular porque te juro que cambio de número y si sigues insistiendo, lo rompo. Segundo; quiero que dejes de aparecerte como si fueras una madre yendo a recoger a un niño de escuela, en la universidad. Tercero; quiero que dejes de aparecerte en la casa de mis amigos o que los acoses para que te digan cosas de mi porque ¡todo esto se acabó! Yo te buscaré luego de los nueve meses para hacerme cargo de mis responsabilidades pero mientras tanto ¡olvídate que existo porque tú jamás exististe para mí!
Terminó gritando y más exaltado que nunca. Notó que por las mejillas de Emily caían lágrimas silenciosas pero esta vez su rostro estaba lleno de ira, nada parecido a las veces anteriores cuando lo único que hacía era hacerse la víctima y rogarle que no la deje.
—Déjame adivinar —se secó las lágrimas de la mejilla y lo miró a los ojos —. Algo acaba de pasar con aquella chica que tanto te gusta y pensaste que la mejor manera de desquitarte era conmigo —dijo firme pero con la voz un poco entrecortada.
Christian no se esperaba aquella respuesta. Jamás la había visto seria y enojada. No supo qué decirle, aún no entendía lo que ella le estaba diciendo.
—Eso a ti no te importa —habló más despacio —. Solo quiero que me dejes en paz por el resto de tu vida.
—No lo haré, ¿sabes por qué? ¡Porque aquí —señalo su vientre y alzó la voz —llevo una criatura que es tuya y no solo es tu responsabilidad desde cuando nazca sino que también desde ahora! ¡¡Y te juro que si me llegas a dejar por la maldita esa que solo quiere meterse entre los dos, yo acabo con mi vida!! ¡CON LA MIA Y CON LA DE MI HIJO!
Su rostro estaba rojo de furia pero esta vez Christian no dijo nada, de pronto había pasado de ser la Emily pobre, indefensa y víctima, a ser una persona completamente desarmada y malvada.
—No me amenaces con cosas como esas porque no sabes de lo que soy capaz —intentó recuperar su postura.
—¿Ah si? —se acercó a él —Creo que el que en realidad no sabe de lo que es capaz el otro, eres tú.
Christian negó con la cabeza sin poder reconocer a la chica que estaba viendo, pasó de tenerle pena a tenerle asco y odio.
—Estas completamente loca —la miró de pies a cabeza —, y me das asco —dijo y comenzó a retroceder.
—Llámalo como sea, estúpidamente yo lo llamo estar enamorada. Y te recuerdo que el asco no hará que dejemos de tener un vínculo que nos una por siempre.
Ambos se echaron una mirada de odio antes de voltear y cada quiere irse por su lado.
Christian volvió a entrar a su auto y miró a todas las direcciones para saber qué estaba ocurriendo ese día. Parecía que todos se habían propuesto sorprenderlo o algo por el estilo.
Sacudió la cabeza e intentó olvidarse de todo aquello por lo que había tenido que pasar aquel día. Comenzó a conducir a su departamento. Quizá ahí pueda distraerse un poco.
~
La mañana siguiente todos se despertaron más temprano para ir a su casa y tomar algo de ropa para ir a la universidad. Christal igual lo hizo.
—¿Qué se supone que tendremos que hacer ahora? —interrogó a Anthony antes de salir por la puerta.
—Si no sabes qué hacer, solo sígueme la corriente.
—Solo si me prometes que nadie saldrá herido.
—Prometo —alzó la mano derecha —que nadie saldrá herido... mucho —dijo antes de acercarse a besar su mejilla y verla retroceder para irse.
Llegó a la universidad y todo lucía igual que siempre; callado, con los pisos y ventanas totalmente limpias y estudiantes en los pasillos.
Cuando vio a Pilar, no dudó ni un segundo en contarle lo que había ocurrido.
—Con razón esta mañana actuó muy raro —le susurró a Christal con una pequeña sonrisa de venganza.
Ambas entraron a clase y el día transcurrió lo más normal que podía. No vio por ni un lado a Christian. Se preguntaba si realmente lo dijo en serio cuando mencionó que todo lo de ellos se había acabado. Le dolía el pecho solo con pensar que aquella persona de la cual se había enamorado hasta de sus lunares, iba a dejarla por siempre, a actuar como si nunca hubiesen tenido una relación más allá de amigos, pero más acá de novios.
Y otra vez volvió a estar insegura del plan de Anthony. Si era sincera consigo misma sabía que alejarse de él era lo menos que quería, más aun cuando la habían pasado tan bien últimamente. Pero era necesario.
*
Christian no había podido concentrarse en todas las clases con todo lo que había estado ocurriendo recientemente. Fue un cambio muy repentino de estado anímico y de pensamientos. Christal estaba saliendo con Anthony y si no era así, faltaba poco para que ocurriera porque era obvio que, al menos a Anthony, le gustaba e iba a hacer todo lo posible para que el sentimiento sea mutuo.
Una de las cosas que más le disgustó fue la traición por parte de quien se hacía llamar su amigo. Todos sabían perfectamente, aunque la noche anterior lo haya negado, que algo ocurría entre Christal y él. Aun así nadie hizo ni dijo algo cuando Anthony admitió que le gustaba Christal; su Christal.
o la había visto en todo el día y sinceramente, luego de haberlo pensado toda la noche, prefería que las cosas sigan así aunque por dentro sienta aquella angustia que había comenzado a sentir desde hace poco. Se había prometido algo y a ella también. La historia que hubo entre ambos se había terminado, ahora a cada uno le correspondía seguir con su vida y olvidarse el uno al otro. Ya no rogaría, ya no insistiría ni pelearía. La dejaría ser feliz con cualquier hombre porque con él era obvio que jamás iba a poder serlo.
Y a la salida, mientras bajaba las escaleras se la topó. Ambos se detuvieron por una fracción de segundo pero luego siguieron sus caminos, ignorándose el uno al otro.
—C'est fini, Chris —susurró acompañado de un suspiro de rendición.
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Juntos, pero no tanto ©
RomanceEsta es solo una triste y nada popular historia perdida entre tantas, quizá sea buena, quizá no. Él no era popular, tampoco practicaba baseball ni mucho menos era el capitán de algún equipo deportivo. Ella no era una nerd, tampoco era la chica más...