—Estoy feliz—dijo Emily pegada al pecho desnudo de Christian.
—Yo también —dijo por educación.
—¿Quieres ver una película mientras comemos pizza? —alzó la cabeza y se encontró con su rostro mirando a algún punto inexistente en el techo.
Luego de su reconciliación, se habían quedado recostados sobre el sofá, hablando de cualquier cosa y teniendo silencios nada incomodos para ella.
—Me encantaría —susurró.
Se separó de ella y agarró su camisa para luego ponérsela.
—Genial. Voy a llamar a la pizzería, mi teléfono está en mi recamara.
Comenzó a caminar escaleras arriba hasta perder de vista a Christian.
Estaba arrepentido por lo que acababa de hacer, no quería que eso pase, tampoco quería seguir con ella, pero lo iba a intentar por última vez.
Agarró el control de la televisión e ingresó a Netflix. Escogió alguna película que le llamara la atención y pulsó el botón de reproducir.
—En teoría, en diez minutos viene la pizza —dijo Emily.
—¿Y en la práctica?
—Quizá media hora —rió sentándose a su lado.
—¿Cuál ordenaste?
—Pepperoni —lo abrazó por la cintura y arrimó su cabeza al hombro de Christian.
—Perfecto —se giró y la vio a los ojos —¿te parece esta película?
—¿Es de terror?
—Sí.
—Me encanta —Emily le dio un beso corto en los labios y comenzaron a ver la película.
La pizza llegó en treinta minutos, ambos rieron al escuchar el timbre. Christian fue abrir la puerta para recibirla, pagó y dejó propina.
Volvió a sentarse a su lado y abrió la pizza, cogió dos trozos y le tendió uno a Emily. Ella lo aceptó con gusto y volvió a recostarse a su lado.
Siguieron viendo la película de terror que ha decir verdad no causaba nada de miedo.
—¿Se supone que eso debe darme miedo? —dijo cuando un hombre comenzó a cortarse un brazo —me da asco.
—¿Cambio de película?
—No, déjala. Ya que.
Christian rodeó los ojos y volvió la vista al TV, luego de unos minutos dijo;
—¿Quieres ir este viernes a una fiesta? —preguntó sin muchas ganas, ni siquiera supo por qué la invito y ya comenzaba a arrepentirse de haberlo hecho.
—¿Fiesta? —Preguntó Emily sentándose sobre el sillón —¿Qué fiesta?
—Un amigo va a organizar una fiesta en su casa y...
—Sí, sí voy —sonrió y se lanzó a abrazar a Christian —¿Qué debo ponerme?—preguntó separándose un poco de él.
—Lo que quieras.
—¿Te parece un vestido? —preguntó emocionada.
—Lo que quieras —volvió a decir algo fastidiado.
—¿Me acompañas a comprar uno?
—¿Qué? —volteó a verla —¿Cuándo?
—Mañana, ¿te parece?
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Juntos, pero no tanto ©
RomanceEsta es solo una triste y nada popular historia perdida entre tantas, quizá sea buena, quizá no. Él no era popular, tampoco practicaba baseball ni mucho menos era el capitán de algún equipo deportivo. Ella no era una nerd, tampoco era la chica más...