—¿Ahora vas a vivir aquí? —Después de preguntar, James mete una cucharada repleta de cereal a su boca.
Yo soy más nutritiva y como un plátano. Engorda comer tanta harina "Tu ni siquiera comes harina" Mi inconsciencia me contradice. Y es por eso que estoy así, recuerda que este cuerpo no se consigue así como si nada. A menos que sea una de ese porcentaje de chicas que comen y comen y no engordan. Pero yo no soy de esas, mi cuerpo es muy sensible a cualquier exceso de comida.
—Claro que sí, hermanito, ¿no te molesta, verdad? —Hago una cara de perrito abandonado.
—Pues... —antes de que diga otra cosa, lo interrumpo.
—La verdad yo pensaba comprarme un departamento, pero luego me puse a pensar: ¿y si ese dinero es para algo más importante? Y bueno pues decidí no gastar mucho más dinero cuando puedo vivir contigo —expliqué algo que no tenía pensado decir, pero que tiene sentido. Cuando le das una excusa a la gente bastante acorde a lo que está pasando terminaran aceptando lo que sea que vayas a hacer.
—Tienes razón. —Quedo satisfecha con esa respuesta.
Tiro la cascara del plátano que ahora se encuentra en mi estómago en proceso de digestión. Él me mira debatiéndose entre sí preguntarme o no lo que lleva pensando desde que salió de su cuarto, su cara lo delata.
—Pregunta, yo sé que tú quieres preguntar... —Hago una expresión de insinuación perversa.
—¿Cómo voy a actuar cuando vea a Alex? No sé que hacer. ¿La ignoro? ¿Trato de hablar con ella? ¿Y si no voy...? —Se levanta a dar vueltas por la cocina.
—No te muestres indiferente con ella pero tampoco la acoses. Dale este día para pensar y mañana vas y hablas con ella. Yo tratare de persuadirla pero tú seras el que termne poniendo la corona a la princesa. Ahora ha de estar muy confundida por todo lo que le contamos, déjala digerir lo que vio y después le explicas mejor todo este asunto —aconseje. Estaba dispuesta a irme pero unos brazos a mí alrededor me atrapan en la puerta. Me volteo y recuesto mi cabeza en su hombro, como ya dije, soy alta. Mi altura no me permite hundir mi cara en el pecho de la mayoría de los chicos.
—Gracias, no sabes cuánto te extrañé. —Se separa de mí con ojos cristalizados. James siempre ha sido muy sentimental, desde que tiene cuatro años. Aunque cuando quiere proteger a alguien, lo sentimental desaparece del campo de visión de todos.
—Yo también te extrañé —le respondí con una sonrisa.
Cierro los ojos para concentrarme en mi habitación. Saco una chaqueta negra, la bajo y la pongo en mis manos. Me abrigo con ella. En la puerta de la cochera James me mira asombrado.
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Malditos Cazadores
FantasyLa humanidad es amenazada por una guerra, una en la que el vencedor tendrá en sus manos el destino de la raza humana. Un enfrentamiento entre los que son capaces de controlar los elementos, y los que son inmunes a ellos. Controlley contra Cazadoras...