CAPITULO 35

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―¿Dónde está tu hermana? ―Si paso desapercibido el cuerpo herido y amarrado en una silla entre los sillones, la casa está vacía.

―Mis padres salieron de viaje con ella, yo decidí quedarme con la condición de visitar a mi abuela todos los días. Fueron a buscar a una controlley de agua... ―Junto mis cejas, viéndolo―. La bala que llego a su abdomen contenía veneno.

—Oh.

—Si una controlley lo suficientemente poderosa no logra curarla en una semana... mi abuela morirá.

      Me quedo quieta, vacilante. No sé qué decir en este tipo de casos. ¿Todo estará bien? ¿Ella se curará? Ninguna de esas opciones me parece la correcta. No cuando eso no ayudara en nada, salvo hacer falsas ilusiones.

     Mi hombro prorrumpe una punción, hago una pequeña mueca; se sintió como si me hubieran presionado un nervio. A mí también me dispararon pero nunca tuve algún síntoma de dolor anormal u algo parecido. Incluso está curando perfectamente. Y si el veneno estuviera haciendo efecto no podría haber utilizado tan fácil mi elemento curativo.

―Espero que logren encontrarla a tiempo. —Asiente por educación.

     Ambos miramos al hombre que se localiza inconsciente en medio de la sala. Su cara se encuentra golpeada y en su mejilla hay sangre seca. Dos cortadas profundas atormentan sus brazos sangrones. Eso no pudo ser causado por una pelea a golpes.

     Examino mí alrededor con precisión. No tardo en hallar una botella de alcohol, que seguro usó para evitar la curación del cazador, y dos navajas reposando en el comedor. Iugh.

—¿Se te olvidó que ahí comes? —Ríe.

     Memorizo que nunca de los nuncas comeré en esa mesa.

     Doy un pequeño repaso a toda la sala, unas partes de ella se encuentran destruidas, como si el cazador hubiera intentado escapar. Y sepa qué mierda intentó hacer Santiago para volver a amarrarlo.

     No me inquieto mucho, los cazadores siempre se curan en el máximo de una semana, no necesitan puntos o algo parecido. Y aunque no lo hicieran, este cazador de entre todos los demás, es el que menos me podría afectar. Un violador no es de mi interés, no del bueno.

      Los cazadores (al igual que los controlley), si algún medicamento es absorbido por una de sus heridas o es cocida, el proceso sobrenatural de curación no les trabaja, y tienen que sanar como haría una persona normal. Sólo que ellos tienen la superioridad de jamás enfermarse.

      Cuando tenía catorce años, mi padre me explicó que en cuanto un bebé cazador surge se le encaja una navaja en su brazo para saber qué tan rápido es su curación (más bien, cual es el alcance de unsur que tienen) y despertarlos debido a que salen dormidos. Esto ocasiona una cicatriz en su brazo por su sensible piel de recién nacidos.

Malditos CazadoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora