Bajo del auto con naturalidad. Mike posa sus manos en mi cintura y despega mis pies del pavimento. Evito mi desequilibrio apoyándome de sus hombros. Ambos nos miramos risueños. Su emoción pudo haber reventado porque gané la carrera, o porque de nuevo somos amigos. Sea como sea, yo adoro recuperarlo.
Mi cuerpo comienza a bajar, siendo sostenido ahora con sus antebrazos, pegando mi vientre al inicio de sus pectorales. Agacho mi cabeza dispuesta a saborear su boca. Un motor gruñiendo detiene mis intenciones. Rueda los ojos, las ganas se nos han ido.
Vuelvo a sostenerme por mí misma. Toman mi mano con fuerza, volteo al propietario y Alex me sonríe un poco. Está incomoda aquí, pero no puede negarme que se divirtió conmigo conduciendo a todo motor.
—Ahora sabrás quién es Tyler.
La junto más a mi cuerpo, protegiéndola de que se pierda.
El misterio con el que mi amiga se comporta comienza sembrar ansiedad. Quiero saber quién es ese chico al que le gané. Embriagada de ese sentimiento, miro el auto azul que está en frente de nosotros. No sé qué es lo que siento exactamente al conectar nuestros ojos. Estoy sorprendida, pero arrepentida, feliz y... rara.
Todas mis emociones se disuelven cuando no corresponde a mi sonrisa divertida. Su mirada es fría y sus puños están apretados. Mis pupilas van a mi izquierda y arriba. Fue una simple carrera. Perder no debería provocar tanto odio en él.
Discutí con el sobre hacerme suya y ni siquiera sabía su nombre. Me doy un golpe mental. ¿Quién hace eso? Oh, sí, ¡yo!
—Tyler —saludó Mike demasiado amigable.
—Mike —dijo frio. Voltea su cara a mí—. Espermatozoide maduro —no hubo rastro de diversión en sus ojos.
—Odiador de espermatozoides. —Se acerca a mí, todos se separaron dándole espacio como si de un rey se tratara. Eso fue patético, tampco es tan bueno.
—Felicidades. —La calentura va desapareciendo de su rostro.
—Gracias.
Cuando pienso que se irá a hacer algo más interesante que estar aquí mirándome así, se inclina a mi oído. Me paralizo asombrada.
—Te voy a hacer mía y me aseguraré de que nadie que no sea yo vuelva a besarte. —Se aprovecha para dejar un beso baboso en mi lóbulo después de acariciarlo con sus dientes. Algo me mantiene inmóvil, incapaz de alejarme.
Alex y él intercambian miradas significantes antes de irse.
Yo no puedo hacer nada más que tragarme mi enfado, ya que cuando recupero mi cuerpo él se ha subido al auto.
Cuando toda muchedumbre se dispersa sin nada que chismear, localizo a dos hombres que me miran detenidamente. Al levantar una ceja en forma interrogativa, ellos sólo asienten como saludo y se van. Hago el amago de ir tras ellos pero Mike se interpone en mi camino.
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Malditos Cazadores
FantasíaLa humanidad es amenazada por una guerra, una en la que el vencedor tendrá en sus manos el destino de la raza humana. Un enfrentamiento entre los que son capaces de controlar los elementos, y los que son inmunes a ellos. Controlley contra Cazadoras...