CAPÍTULO 74

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No hay un gran estadio de combate. No es un prado lo suficiente grande para que una lucha se desencadene entre dos especies enemigas, lo único que hay, es la guerra misma presenciada en todo el mundo.

      La gente ya no sale de sus casas, ya no hay risas, ya no hay parejas besándose en un cine, ya no hay chismes de instituto, ya no hay partidos de fútbol donde el capitán es el novio de la co-capitana del equipo de animadoras. Ya ni siquiera existe esa relación.

     ¿Cuál es la verdadera guerra? Personas en todo el mundo siendo asesinadas, con una rapidez y planeación, que le es imposible hasta a los controlley de evitar.

     La verdadera guerra significa la muerte del mundo; la destrucción de esas estructuras que significaban tanto para algunas personas, la desaparición de familias que se apoyaban ante todo, la violencia en las calles cuando lo único que quieres es conseguir una botella de agua.

     Militares armados, sin saber cuál es el verdadero enemigo.

     La caza de personas. La caza de controlley, y el contraataque de estos.

     Una relación que sería la salvación de muchas vidas, fue arruinada, sin contemplaciones, obra de la envidia y desprecio de una cazadora que nunca pudo ser lo que quiso ser. Víctor lo sabía, supo quiénes fueron los causantes de todo esto, y me lo confesó, le costó hablarme, pero lo hizo, supongo que por lastima.

     Miro su perfil por unos segundos, nadie nota lo mucho que nos distanciamos, realmente yo nunca anoté lo íntimos que nos volvíamos, no hasta ahora que esa confianza se fue.

     Víctor sabe demasiado, tanto que es peligroso, pero por ahora nuestra relación es lo suficiente complicada para querer tener una larga seria charla con él. Él fue quien hizo mal, no yo, y tendrá que aceptar que él será el de las disculpas, porque no me importa lo suficiente como para querer arrastrar la dignidad.

      Giro a mi espalda, viendo al gran grupo de personas que resguardamos; hay una par de hermanos con pijama, caminando a trompicones, aprieto mis labios volviendo mi atención al frente. Esto es inaceptable, estoy realmente odiando a los cazadores por irse por perseguir lindo gatito que sólo nos llevará a la desdicha a todos. Dioses, se supone que somos más inteligentes que los animales, lo suficiente para razonar con la paz necesaria para llegar a un acuerdo que nos favorezca a todos. Quiero matar a Tyler sólo por ser el líder de estos asesinatos.

     Los trabajos de los arquitectos hoy parecen de papel, porque el aire sólo baila encima de sus escombros. ¿En qué momento sucedió todo esto? No reconozco mi mundo. Aún mantengo la esperanza de pasar por un lugar lindo donde la comunidad siga viéndose normal, ajena a la hecatombe, pero ha sido un buen rato pisando tierra con todas estas personas y no hemos tropezado con nada más.

Malditos CazadoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora