CAPÍTULO 16

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—¿Así que te ves en un futuro con Tyler? —Cam elige comida vareada depués de sonreírme, tácita.

—Me da igual con quién sea siempre y cuando nos amemos. —Me encojo de hombros mostrando mi indiferencia. La manzana más grande es la afortunada a la hora de tomar mi comida.

—¿Quién diría que eres una empalagosa? —Molly habló con burla. Comenzamos a caminar, todas las chicas con su atención en mí.

—El que desee una relación de mutuo amor, no significa que sea empalagosa. Y no especulen idioteces. Por ahora no amo a nadie, así que lo de puta me queda mejor.

     Nos sentamos. Mi asiento queda en frente del odiador de espermatozoides. Lo saludaría si no estuviera entretenido viendo algo en el celular de Luke, de hecho los chicos no notan nuestra presencia por estar atentos a esa pequeña pantalla.

—¿Y no sientes nada por Mike? —Preguntó Tina antes de comenzar a masticar.

     Las chicas saben un poco de la relación que hay entre él y yo. Y yo de lo que ellas pasan con los chicos de cama. Es algo así como un tema de conversación divertido. Al parecer siempre hay un tipo que no se da con una noche o que dice el nombre de su ex-novia mientras su pene entra y sale de tu cuerpo. El punto es que les conté sobre Mike, pero no saben más que su nombre.

—No. —Dudo—. No lo sé. —Esas palabras son sinceras. Muerdo mi manzana, pensativa. Tal vez Mike me gusta de otra manera y ni siquiera me he dado cuenta.

—¿Sólo comerás esa manzana? —No me gusta la mirada que recibo de Tyler, hay reproche en ella. Y de nuevo me he vuelto el centro de atención.

—Sí, desayuné mucho en mi casa, no tengo hambre. —Muerdo otra vez mi manzana. Me atraganto con ella al recordar que no le dije eso a las chicas, maldición.

—Claro que no, nos dijiste que no alcanzaste a desayunar hoy en la mañana por ir a recoger tu mochila a la casa de Tyler —Molly fue la que habló.

      La miro con seriedad, no puedo ni confiar en ellas.

—Les mentí, en realidad sí comí un poco.

—Al que le mientes es a mí.

      Las manos de Tyler toman mi cintura para elevarme de mi lugar. A esto me refiero con que los chicos siempre me cargan con facilidad. La forma en que me sostiene no es nada cómoda, me siento como un niño de cinco años siendo colgado de los brazos de su padre.

—Vamos a ir a que elijas algo de comer. No debes evitar la comida y mucho menos mentirme. —Camina a la barra de comida. Me estoy enojando. Tyler es mi amigo, no mi jefe, no tine ningún estúpido derecho a decirme qué hacer y qué no hacer.

Malditos CazadoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora