―Tu chaqueta.
Tyler se sienta en el asiento de conductor. Con una mano enciende el auto y con otra me acerca la prenda negra para que la tome, sin quitar su vista del frente. No la tomo, lo que provoca que él se voltee.
―Pero no tengo frío ―renegué. Por algo no la traje, ni siquiera me imagino como es que la agarro tan rápido, si cuando salimos de la casa no la traía.
―¿Recuerdas a dónde vamos? No es un parque infantil, es el sitio perfecto en el que se divierte toda clase de bandidos.
—No es la primera vez que estoy en un lugar como ese, y estoy vestida decentemente. Maldición, Tyler, van chicas con sólo una prenda puesta.
—Ellas son putas.
—¡Que hagas la mayor parte de tu piel publica no significa que seas puta! —Bueno, eso no sonó como en mis pensamientos.
—No, qué va. —Se exaspera—. Igual, tú ya no estás soltera cómo para ofrecerte a quien sea. —Rechino mis dientes, oprimiendo mis impulsos.
―Vete a la verga.
—Tú eres la que quieres ir ahí.
Le arrebato la prenda y me la coloco, fastidiada. No sé si enamorarme de los momentos 'Tyler súper posesivo' tomándole como significado que es porque me quiere, u odiarlos porque es demasiado controlador para lo que estoy acostumbrada.
—Hoy es una simple vestimenta, ¿qué pasará después? ¿Marcarás territorio como un perro? —Sonríe.
—No necesariamente.
Entrecierro mis ojos, mirándolo como si fuera un estúpido. Él, importándole mierda, hace una seña al lugar donde se cierran mis piernas y después apunta a su entrepierna. Hace un hoyo con su mano derecha, y con las izquierda simula un palo entrando.
Aprieto mis labios para no reír de su ocurrencia. Él sonríe complacido por ese acto y se inclina para darme un corto beso.
Se acomoda en su asiento y por fin pone el auto en marcha.
―Tendrás que esperar para eso, bombón —respondí a su verbalismo.
―Ignorando tus primeras palabras, ¿cómo mierda me acabas de llamar? ―Me mira brevemente para después regresar su atención al frente, mejor así, a la velocidad que va, seguro nos mata con sólo desviar su panorama un instante.
―Sí, y nunca en mi vida había dicho un apodo tan ridículo como ese. ―Arrugo mi nariz, asqueada por el apodo tan empalagoso, él ríe.
―¿Jitomatito no te parece ridículo?
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Malditos Cazadores
FantasyLa humanidad es amenazada por una guerra, una en la que el vencedor tendrá en sus manos el destino de la raza humana. Un enfrentamiento entre los que son capaces de controlar los elementos, y los que son inmunes a ellos. Controlley contra Cazadoras...