CAPÍTULO 27

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Ausculto unos pasos acercándose. Me alzo para tratar de seguir corriendo, pero él lo impide tomándome por la cintura.

—¡Mike, suéltame!

     Trato de liberarme de sus extremidades, pero me es imposible cuando mi cerebro no me permite hacer más que estúpidas sacudidas al azar. Él, cansado de mis bruscos intentos por soltarme, me voltea con destreza. Sin siquiera dejarme lanzarle una mirada asesina, estaciona sus labios sobre los míos.

      Un fárrago me pasa forzándome a olvidar todo lo que estaba pasando. Le respondo al beso. Sus manos en mi cintura hacen pequeños y suaves círculos mientras me comporto extraña mimando su fisonomía. Estos no son los labios de Mike. Tan pronto como me doy cuenta de ello, me separo de él, empujándolo.

—¿¡Qué demonios te pasa, Tyler!?

      Siento furia desfilando por mi aura, él no debió de hacer eso, no cuando yo pensaba que era Mike. Paso con fuerza mi muñeca por mi boca para quitarme la saliva del imbécil. Estoy temblando. Quiero caer.

—Perdón... —Mis labios se hacen como gelatina temblorosa. Me duele todo, el cuerpo, mis sentimientos—. Perdón por lo que provoqué, Nancy. —Aprieto mis parpados por unos segundos. Te necesito, control—. No fue mi intención, pero ¡Joder! ¿Por qué mierda tienes que estar besando a Mike todo el tiempo?

     Un sentimiento de diversión se apodera de mí a pesar de la inestabilidad de mi cuerpo.

—¿Y eso en qué te afecta?

—¿En serio lo preguntas? Creí que ya habíamos aclarado esto, pero no hay problema, yo estoy encantado de repetírtelo todas las veces que haga falta... —Mi bipolaridad es contagiosa—. Odio que toquen lo mío.

      Su mirada y expresión seria no evitan que la risa brote de mí. Me duele horrible reír pero es irresistible. Dispongo apaciguar mi alegría porque no está siendo favorable para mi cuerpo. En cualquier momento voy a caer. Hago una fugaz mueca sufrida.

—Tyler, yo no soy tuya.

—¿Por qué lo niegas, Nancy? —Intenta acariciar mi mejilla, pero me retiro antes de que lo consiga.

—No soy de nadie.

—¿Quieres que te lo demuestre? —Altanero, se acerca a mí. Tambaleo hacia atrás. Ay, no ¿en serio me estoy dejando intimidar por él? Con gran esfuerzo, me paro recta, demostrándole así que conmigo no va a jugar al gato y al ratón—. Y la Nancy que conozco, regresa... —Sonríe orgulloso de mí. Levanto una ceja; hasta ese simple movimiento me roba aire—. La Nancy que no demuestra debilidad ante nada; la Nancy que estoy seguro no se alejara por más que me acerque... —Su rostro se coloca lo más cerca posible de la mía. Por más que desee alejarme, no puedo, caeré si lo hago. ¿Quiere a la puta? Pues a la puta tendrá—. Y sé que si te beso, no te podrás resistir. —Sus labios palpan intencionalmente los míos.

Malditos CazadoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora