Capítulo 57

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JR

Lleve cargando a _______, supongo que de tan cansada que estaba se quedo profundamente dormida.
—Yo fui el héroe aquí, me pertenece la fama— alegó Jaime— y la chica, pero eso lo discutimos después, chicos.
Todos reímos negando con la cabeza. Eso me recordó la confesión de Ren, eso quiere decir que tambien lucharía por ella, pero yo no le permitiré ganar, lo siento, Ren.
Mire al cielo que era nublado. Realmente cuando no estas buscando al amor de tu vida que esta en peligro, puedes detenerte a observar el paisaje y admirar que es muy hermoso.
—¿Y ahora qué?— se detuvo a preguntar Aron.
—Pues, saldremos de este lugar y regresaremos a Corea— respondió Min Hyun.

Regresamos a Corea, _________ había despertado antes, durante el vuelo, pero ha vuelto a dormir. Así que la recoste sobre la cama y la observe dormir como el día que la había besado por primera vez.
—Dongwoo— murmuró con el ceño fruncido. Sentí tristeza, «¿Ella sabrá lo que le paso?». Luego, lentamente abrió los ojos. «Rayos, se dió cuenta de que la miraba»—, él murió, ¿no es así?— me preguntó con voz seca. Me límite a asentir— Jong, él me ayudó a salir de ahí, y Adrián lo mató. Dongwoo no quería secuestrarme, pero se vio obligado— me explico con lágrimas en los ojos. Pase mis dedos para enjugar su llanto.
—Siempre estaré agradecido por su sacrificio y por haberte ayudado—confesé—, recuérdalo por los buenos momentos y su amor hacia ti, eso es lo que él querría. —ella asintió y yo recordé nuestra última conversación por teléfono, me sentí arrepentido y le dije: —Perdóname por haberte gritado ese día.
—No te preocupes, incluso lo había olvidado— admitió con una pequeña sonrisa.

___________

Estuve hablando un pequeño rato con Jong hasta que recordé al Señor Lee.
—Jong, necesito que me hagas un favor— le dije.
—Claro, ¿Qué necesitas?
—Llévame a la casa del Señor Lee.
Jong asintió y me ayudó a ponerme de pie, salimos de la habitación con dirección a la puerta principal.
—_________, ¿cómo te encuentras?— me preguntó Ren deteniendome.
—Bien, Ren. Por cierto, muchas gracias— le dije abrazandolo.
—Nos preocupaste mucho— dijo acariciando mi cabello.
—Lo siento— dije separandome—. Pero ahora tengo que ir a buscar a alguien, cuando regrese les explicó todo, ¿okey?
—Sí, estaremos esperando.
Asenti y salí del departamento junto a Jong. Él repitió la acción de abrirme la puerta para subir al auto, aún así note que algo lo disgustaba, mínimo sus celos no cambian.
—¿Qué fue lo que descubriste?— me preguntó mientras conducía.
—Bueno, mis papás no son mis papás realmente, ellos no podían tener hijos, pero tampoco adoptar por su situación económica, así que contactaron a Adrián, él era como el líder de una organización dedicada a la delincuencia. En ese entonces, la esposa del Señor Lee, que era mexicana, iba a tener una hija, así que Adrián mando a secuestrar a la niña, y sus hombres tenían órdenes de matar a quien interviniera, entre esas personas estuvo mi madre y como podrás imaginar, la mataron.
—¿Entonces tú eres hija de...?
—¿Del Señor Lee? Al parecer, sí.
—¿Es en serio? Es una locura, ¿Quién lo creería?
—Lo sé, nunca crei que me hubieran robado de bebé y dado a otras personas.
—Eso y que tu padre sea el dueño de la cadena de hospitales más importantes de Corea.
—Ni en mis mejores sueños.
—¿Y por qué el loco de Adrián se quería casar contigo?
—Ah, porque el que me haya robado no favorecía del todo a mis "papás", ellos me tendrían que dejar cuando cumpliera la mayoría de edad para que él se casara conmigo.
—Que idiota. No lo permitiría, obviamente.
Su comentario hizo que me sonrojara, así que desvíe la mirada para que no lo notará.
—Hemos llegado— me dijo estacionando el auto. Me encogi de hombros dejando ir un profundo suspiro—, ¿Quieres que te acompañe?
—No hace falta, gracias. Ahora vengo— le dije sonriendo y saliendo del auto. Al estar frente a la puerta, toque el timbre, Myung fue quien me abrió.
—Señorita _________, que sorpresa, ¿Qué la trae por aquí?— me preguntó dejándome pasar.
—Hola, Myung, quisiera ver al Señor Lee, por favor— le contesté.
—Esta en la oficina, señorita— respondió—, pase.
—Gracias— agradecí pasando hasta la oficina del Señor Lee, estando ahí, golpeé ligeramente la puerta.
—Adelante— escuche decir desde adentro, así que pase—. _________— pronunció mi nombre con sorpresa.
—Buen día, señor Lee— salude con una reverencia.
—Toma asiento y dime, ¿Qué te trae por aquí?
Me acerqué al escritorio y tome asiento frente a él.
—Señor Lee, esta va a ser una conversación muy personal.
—¿A qué se refiere?
Me sentía nerviosa e intimidada por la reacción que el señor Lee pudiera tener, incluso mis piernas temblaban.
—Fui a mi casa en estas vacaciones, mis papás regresaron a México, pero yo fui a buscar respuestas, y encontré esto— le explique entregándole la foto.
—Pero...________, esta foto es mía, ¿Cómo es que la tienes contigo?
—Envié a alguien a buscar la suya, señor Lee, porque esa foto estaba en mi casa.
El señor Lee asintió con aire serio.
—No hara falta— me dijo abriendo su cajón y sacando la misma fotografía—, pero aún no entiendo cómo es que estaba en su casa.
—Mis papás me mintieron antes de irse a México y eso impulso el que buscará respuestas de mi pasado. Estando allá encontré la fotografía, pero Adrián y sus hombres me secuestraron— El señor Lee abrió los ojos de par en par por la sorpresa—. Mis papás no podían tener hijos y tampoco adoptar por su situación económica, así fue que contactaron a Adrián, en ese entonces usted iba a tener una hija con su esposa— añadí. En ese momento un nudo se formó en mi garganta «¿Y si no me cree?»—. Las ordenes eran llevarse a la niña y matar a los que intervinieran y entre esas personas estuvo su esposa.
—Entonces...¿Eso quiere decir qué...?— El tono de voz del Señor Lee era frágil como si su voz se fuera a romper. Asenti apretando los labios e intentando no caer en llanto—, ¿Tú eres la hija que me robaron?— preguntó mirándome con lágrimas en sus ojos— No puede ser que te haya encontrado, creí que nunca te volvería a ver— el señor Lee se puso de pie y se acercó a mí, para acuclillarse junto a mí y abrazarme.
Por alguna razón, este abrazo fue diferente, creo que era por el hecho de que estaba con mi verdadero padre.
—Desde un principio me encariñe contigo, porque te pareces a tu madre, pero no creí que fueras mi hija— comentó con una sonrisa sincera—. Ahora, nada nos separará de nuevo. Desde hoy vienes a vivir aquí.
—No hace falta, realmente— respondí.
—Claro que sí, quiero convivir contigo y que me hables de todo lo que ha pasado, recuperar los años perdidos. Además Sunny amara la noticia.
Sonreí como respuesta.

Overcome. JR y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora