El me atrapó

Noche De Regalos

Lo bueno del coche son sus cristales oscuros que hacen que pierda un poco la vergüenza, mientras sigo besando su boca él me dice.

-¿Nena puedo hacer algo? Pero no me preguntes,  solo déjame hacerlo te gustara.

-Acepto - como era de esperarse cada ¡cosa que él dice, digo que sí.

Para entonces los botones de mi blusa rosada muy pegada al cuerpo se van rompiendo. Le importa un pepino el reglamento de que a una mujer el primer día debes ser conservado, el es, lo que es, "un salvaje" veo que con una sola mano desabrocha mi sujetador, este es todo un experto, me quita el sujetador, pero se detiene.

-¡Dios mío! Emma que preciosos son tus senos no puedo dejarlos de ver son... y los puntitos rosados, ¡mierda! ¡eres toda mía!
-Son pezones Cesar no puntitos - digo mientras frunzo la frente.

-Da igual eres mía, y ese par también.
-Aun no soy tuya- le informo con coquetería.

-Vaya, vaya ¡Emma! entonces de quien eres - dice enojado.

-Tranquilo solo que me refiero a esa parte de ser tuya - digo señalando hacia abajo. Y el suelta una risa.

-Que inocentes eres, bebe. - replica.

-Recuerdas el día que en tu casa me preguntaste si era ya sabes eso - digo con voz nerviosa.

-No, no recuerdo - dice riéndose con malicia, se da cuenta que me pongo incomoda con su respuesta y mejor cambia de tema - ¿Emma te acuerdas de la reunión que iban hacer en casa y un día después tu mamá enfermó pues le pedí a tu suegra que la dejara para este sábado?

-Me estás diciendo este sábado ¡hoy es sábado Cesar!- digo un poco confundida.

-Si Emma, aún tenemos tiempo, dame un segundo voy abrir la cajuela - dice mientras saca, de la cajuela una caja grande con un lazo color rojo, me pide que la abra, para cuando abro la linda caja, me encuetro con un hermoso vestido negro de mangas largas y muy corto de largo de piernas lleva un escote en la espalda. De inmediato veo la marca es de una tienda muy costosa, no creo poder aceptarlo o bueno a decir verdad soy su novia ¡no! Me lo merezco.

-Pero, en que momento lo has comprado, esta precioso pero tu mamá te hablara si sigues gastándote tu dinero en regalos para mí.

-Pues dicelo a ella que es mi confidente, ¡Emma! tranquila ella nos está esperando, aún tenemos tres horas para arreglarnos ¿nos arreglamos aquí en tu casa?

-Me parece, puede ser - digo encogiendo los hombros haciéndome la interesante.

-Bueno si no quieres está bien. - dice molesto

-Pero estoy bromeando cariño no te enojes y gracias por este hermoso regalo.
-¿Como me has llamado? Emma - replica Cesar sonriendo.