El me atrapó

Amaras A Cesar ¡Oh! Lo Llegaras A Odiar.

Sin darme cuenta, la clase de ciencias a culminado, ahora tenemos dibujo técnico lo se porque tengo mi horario en la primera pasta de cuaderno.

El maestro de la siguiente asignatura ingresa, detrás del muchacho ojos castaños.

<me terminara volviendo loca>

Mientras va de camino a su banca, observó que sus manos están mojadas, tal vez se ha ido a refrescar un poco, para mi suerte este tiene que pasar por mi banca ya que estamos sentados en la misma fila.

Por el momento todo va bien. El maestro nos a pedido que realicemos dibujo libre...  es ahí cuando me empieza a gustar.

Al girar la mirada queriendo ver que dibujan el resto observo a la mayoría de la clase en sus moviles, aún no tengo uno, mamá gana muy poco, pero en vacaciones trabajare y me lo comprare.
Sigo observando, otra parte de los alumnos están simplemente platicando, sin pensarlo estoy mirando atrás, Él esta ahí! con su mirada penetrante su cornea se torna mas clara, tiene una mirada diferente a las que acostumbra a mirarme.

¿Se la ha pasado mirándome? Me pregunto, ¡que va! pero no creo es tan...  que tal vez sintió que he mirado hacia atrás y justo ahí me ha visto hemos juntado miradas, ojala nadie este viendo la cara que tengo porque en realidad la mirada de el me pone tonta.

Doy vuelta me quedo mirando hacia el suelo.

Ya he terminado mi dibujo y espero a que los demás acaben así no pareceré muy niña entregado de primera el trabajo.

-Muy tierno tu dibujo - Dice el muchacho de los ojos castaños si es cierto que es muy común este tipo de ojos, pero su mirada su cornea no solo se torna café es diferente ¿A que es muy guapo? Dice una voz dentro de mí para colmo mi subconsciente ya empieza a opinar.

Se ha levantado de su banca tan solo a observar lo que he estado haciendo.

-Gracias, hago lo mejor que puedo
- respondo.

-¡Ya! - solo me a dicho un ya, y se retira a su banca.

<veo estrellas>

Las horas pasan y suenan las campanas para salir a receso, empiezo a sentir un alivio al saber que saldré del aula y no le tendré que ver por unos minutos.

¡que extraño! como es posible que prácticamente quería que llegará este día para estar a gusto en mi nuevo instituto, ahora solo pienso en estar fuera de clase, ojala sean solo los nervios del primer día.

- Hola Emma, tienes un cabello hermoso - Susurra una voz femenina.

- Hola gracias, le contesto a la chica que me a alagado por un momento.

Ella solo sonríe y me invita para salir juntas con las otras compañeras, bueno me siento más a gusto al saber que no saldré a receso sola, mientras vamos camino al bar, ingreso mi mano a uno de los bolsillos de mi falda plisada, me detengo y siento que no llevo dinero ¡Dios! me he olvidado el dinero en casa ¡genial!

-¿Pasa algo? - Pregunta una de ellas.

- ¡No! voy al baño a mojarme un poco la cabeza, yo las alcanzo.

- Como quieras -dice todo el grupito de cinco chicas que me an invitado a receso.

- Las veo luego -digo mientras muestro la mas falsa sonrisa que alguien pueda imaginarse, ademas estas chicas en el transcurso de dirigirnos al Bar solo se la an pasado hablando de dinero y dinero ¡paso!
¡Pereza!

Camino rápido, para que no vean mis "nuevas compañeras" que me estoy desviando a el aula, creo que en mi mochila tengo unas monedas, así podré comer algo, camino por el pasillo e ingreso para cuando abro mi mochila ¡genial! apenas para comprarme unas mentas, me siento en mi banca diciéndome a mi misma que no es mi día, pego fuerte mi cabeza en la banca.

-¡¡auch!! Eso debió doler Emma.
Escucho una voz fuerte y tan peculiar.

¡Por favor! que no sea él, digo en voz baja, es a la última persona que quiero ver.
Levantó la mirada y le veo frente a mi, lleva en sus manos dos paquetes de galletas, me estira la mano brindándome una.

-Veo que no has traído dinero. Son de chocolate a las chicas le gusta mucho el chocolate ¿verdad?

-Gracias pero te equivocas si traje dinero solo que quiero quedarme aqui me ha dolido la cabeza, eso es todo y no quiero tus galletas
-respondo mientras mi estomago me desmiente sonando tan fuerte que si hablara me gritaría ¡Emma comelas! El coje mi mano la abre y me hace cojer las deliciosas galletas de chocolate. Pero terca suelto las galletas.

¡Si es verdad! e actuado como toda una tonta, él solo a querido ser generoso conmigo.

- Como quieras niñata - me dice y se va del aula.

¡Queeee me ha llamado niñata!
Que mal me siento.