El me atrapó

¿Quien Crees que elegirá Emma?

Ingreso, por suerte no está mamá siempre llevo una copia de llaves conmigo. Me a dejado la comida guardada, pero el hambre se me a quitado con lo sucedido. Lo único que quiero es mi cama, ingreso a mi habitación y es cuando me quedo dormida. Para cuando pasan las hora abros mis ojos mi reloj de mesa marcan las 8:00 pm sin pensarlo me dirijo al baño quito todo mi uniforme, tumbándome en el suelo dejando que la tibia agua caiga junto con mis lagrimas, tenía que llorar todo lo que contuve esta mañana.

Minutos después.

Llevo puesta mi pijama me a regalado la abuela están cómoda y huele tan bien.

Recuerdo que no he arreglado mis cuadernos para el día siguiente.
Son las doce de la noche y no puedo dormir, me pongo a leer un poco sin darme cuenta mis ojos se empiezan a cerrar.

Pasan las horas, suena mi alarma de la mañana, me levanto, tomó otro baño como de costumbre, empiezo a arreglarme mas que el dia anterior cepillo y cepillo un poco el cabello haciendo unas ondas con las tenazas de mamá, me dirijo a su bolsa de maquillaje, arreglo mis pestañas veo como resaltan mis ojos color miel, abro su cajonera donde tiene su bisutería, coloco unos pendientes color esmeraldas que me impactan al verme los puestos, casi nunca me arreglo, pero me siento cómoda, no llevo nada exagerado, coloco un anillo para que mi mano se vea más delicada.

Le pido dinero a mamá, me despido y salgo con algo de positivismo de mi casa por saber que me espera un gran día.
Ya en el aula nos comunica el inspector que nuestro profesor no vendrá el día de hoy, para entonces todos se emocionan, pues la verdad a mi también me da gusto así podre hacer mas amigos, pero veo que todos salen del aula, quedadome sola sentada en mi pupitre, hoy si e traído dinero, me levanto camino al Bar, saliendo del aula me encuentro en el pasillo caminando sola.

-¡hayyyy! -Grito cuando siento que alan mi cabello.

-Lo siento.
Volteo, para mi sorpresa Cesar -podemos hablar un momento - dice un tanto nervioso.

Mi subconsciente le quiere gritar todo lo mal que pase después de como me trato en la salida del instituto, pero aquí estoy parada sin saber que responder, giro quedándome frente a su primer boton que abrocha su cuello, después cambio en dirección a su corbata, no me atrevo verle al rostro ¡pero que pasa conmigo! si yo no le he tratado mal ¿porque no puedo verle a los ojos? De repente suspiro, Cesar toca mi hombro, me apartó y le veo directamente a sus ojos ¿Que tiene este chico que me intimida tanto?

Ingreso las manos a mi bolsillo en lo que me doy cuenta empiezo a sudar, maldigo una y otra vez, los efectos que el causa en mi cuerpo, trato de respirar profundo, pero me es imposible el dolor sigue en mi pecho.

-Déjame en paz - respondo con lágrimas en los ojos recordando que me ha lanzado al suelo.

-No me hagas esto, no me gusta ver llorar a una mujer mas aun si se trata de ti. Esas lágrimas son por mi culpa, lo siento mucho. Perdóname -dice mientras con su pulgar detiene una de mis lágrimas que caen sin poder de tenerlas.

Mi corazon late mas fuerte, va a mil y a estas alturas no se, si es por sus palabras, o el recordar lo que me ha hecho.

-Eres un engreído que se cree capaz de tratar a los demás como se te venga en gana - digo mientras le empujo, para poder salir corriendo.

Cesar de inmediato reacciona, colocando mis manos en sus hombros, ahí esta otras vez mirándome con ternura, su respiración es mas fuerte como si hubiese estado jugando un campeonato de fútbol.

¡Dios! ese perfume que lleva puesto  acabado con mi olfato.

Soy nueva en esto de tener a un hombre tan cerca, sintiendo cosas extrañas cada vez que le veo, pero ahora que lo tengo a centímetros es inevitable no tener la cara que imagino tener.