Amaras A Cesar ¡Oh! Lo Llegaras A Odiar.

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Para cuando he terminado de discutir con el muchacho que me ha llamado niñata, me quedo dormida.

-Emma, volviste.. - me dice una voz masculina mientras abro mis ojos veo los hermosos ojos azules, me levanto de inmediato a besarle y decirle que no me quiero ir pero siento que tocan de mi hombro.

Esta vez mas fuerte y vuelvo a la realidad llegue al mismo sueño y fui despertada por el maestro de matemáticas que me indica que estamos en clases, me disculpo y de inmediato abro mis cuadernos.

<solo fue un sueño>

Mi cabeza gira sin que se lo ordenara a observar si aquel muchacho el de la vida real a ingresado a clases, cuando alzó la mirada ahí están esos ojos bellos viéndome de una manera tierna y extraña a su vez, giro de inmediato atiendo a clases.
Pasamos las clases todos callados, por unos momentos sentía que la mañana se me hacia eterna, suenan las campanas para hacernos saber que terminamos por el día de hoy.

Al salir por la misma puerta grande celeste, observó mi recorrido aun no a llegado, junto a él instituto hay una tienda, apenas compro una menta, me siento a esperar, mis compañeras de clase se acercan preguntando ¿si estaba enferma? porque nunca las alcance en receso, miento y digo que me dolía la barriga, veo que no me prestan atención, sus miradas están en los coches de los chicos que pasan con música a todo volumen como si estuvieran sordos, no me hace gracia ver como unos tontos con coches de papá se pasan una y dos veces por el instituto para ver a estudiantes y entre esas están mis nuevas compañeras.

Me suelto el cabello giro suavemente mi cabeza en círculos cerrando mis ojos para poder quitar el estrés del día de hoy, cuando les abro un coche negro brillante hacen que me quede observándolo, veo a una señora que está esperando a alguien mientras sigo observando su lujoso coche llego hasta su rostros, lleva pendientes dorados que resaltan sus ojos verdes de inmediato me mira sonríe con ¡un buenas tardes! respondo de la misma manera.

<Que señora tan simpática>

La curiosidad me invade al saber a quien viene a recoger, ¿tal vez tenga una hija estudiando aquí?... respiro y saco un cuaderno para dibujar mientras espero a mi recorrido.

-¡Cesar! ¡Cesar! Hijo..
Escucho que la señora del carro negro llama dos veces, prácticamente gritando.

De inmediato levanto mi cabeza, para saber a quien se dirige.

¡No puede ser!

Se llama ¡Cesar! es hijo de la señora simpática que me a saludado, mi compañero, el mal educado ¡no puedo creer!

<Pero es un muchacho engreído>

¡Lo que me faltaba! ver como se va el niño de mami.

- Que tanto vez - dice un tanto alterado y grosero, pues debe ser por lo de esta mañana al tirar sus galletas.

- El moco que tienes en la cara - miento.

Sin saber que responder, lo primero que se me viene a la mente, seré tonta ¿ Porque no le he dicho otra cosa? Con el hasta mis palabras no tienen sentido. Mi voz del interior llamada subconsciente me recuerda la payasada que he dicho. Mis mejillas empiezan a enrojecer e actuado como una niña.

Están limpio... la risa me invade de decir cosas absurdas ahora si seré la riza de muchos se lo he gritado y siento como las miradas de los estudiantes recaen en mi, escucho como murmuran.

Veo como los ojos de Cesar que ahora por fin ya se su nombre se encienden en rabia ¿Tal vez lo he hecho pasar un mal momento?

Me levanto para pedirle disculpas y el de inmediato sin medir su fuerza me empuja lanzandome a la acera mientras me grita.

-¡Serás estúpida! - replica mientras se sube a su coche.

Alzó la mirada y veo su rostro lleno de vergüenza, como si quisiera bajar a disculparse, esa mirada la conosco, es como cuando quieres regresar el tiempo y no cometer el horror que a hecho, actúa por impulsos, su cara se transforma de arrepentimiento. Asiento mi cabeza sabe que a hecho lo peor que un hombre puede hacerle a una mujer.

De inmediato lo vuelvo a ver mientras me levanto sacudo mi falda, nunca había mirado de esa manera a nadie! pero lo que a pasado no se lo perdonaré nunca.

Su mamá le ha hablado por lo sucedido, ella baja ayudándome a ponerme de pie, se disculpa retirandose. De repente un sentimiento hace que mis ojos se inunden de lágrimas pero no puedo llorar frente a todos, así que respiro.

¿Son las palabras que me ha dicho Cesar ? Y en la forma que me a lanzado contra la cera. Me pregunto, ¿como es posible que alguien en el primer día de clases haga que este apunto de llorar?

Mi recorrido a llegado justo cuando Cesar y su mamá se an marchado, subo con la esperanza de que no me pregunté de mi día, Oscar se da cuenta que mi rostro esta lleno de sentimientos de ira y tristeza, entonces, no dice ni una sola palabra respetando mi momento.

- Llegamos - Es lo único que escucho en todo el transcurso del instituto a casa.

-Hasta mañana - respondo.

El me atrapó Donde viven las historias. Descúbrelo ahora