Las conse cuencias de Amar

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-¿Porque la distancia César?
-Por mi Emma, yo soy el culpable de todo esto Nena... té extraño.
-Entra a casa mi amor, te are chocolate caliente o mejor un café, mientras lo preparo ingresas al baño y tomas una ducha, mamá no te sentirá lo prometo -digo un tanto segura de lo que digo.
-No Emma ya muchos problemas e causado, lo siento por venir.

Intenté hacer que entre a casa, pero fue inútil, César espera que baje del coche y se va dejando el ruidoso chillido de las llantas por todo el Barrio.
Corro a casa esperando que mamá no aya despertado. Me encierro en mi habitación y minutos después llaman nuevamente a casa.

-César eres tú- contestó esperando que este fuera de casa nuevamente.
-No Princesa, soy la mamá, siento mucho llamar a estas horas, pero mi hijo está por toda la casa ¡rompiendo todo! No para de gritar tu nombre, quiero pedirte que vengas se que es muy tarde pero un coche blanco ya está por llegar a recogerte, mi hijo te necesita Emma.
-Yo estaré pendiente no se preocupe ahí estaré -replicó a la mamá de César Feltom.

Minutos después me asesoró que mamá siga durmiendo, el coche blanco ya está fuera. Ya en la casa deCesar su mamá está aterrorizada de ver cómo César rompe todo lo que encuentra en su camino. Mis manos tiemblan y solo consigo decirle que sí podríamos ir a la piscina César acepta y le digo que me explique qué es lo que esta sucediendo.
Me abraza tan fuerte que hace sonar mi espalda, sus lágrimas y la sangre siguen rodeando su rostro, César se acerca y es cuando besa mis labios, no quiero soltarle pero empieza apretar más fuerte y siento dolor intento alejarme, se me es difícil tiene más fuerza y su madre se a quedado dentro de casa. Entre labios intento decirle que esta doliéndome mucho que no me gusta esa manera en la que esta besándome y es cuando de su boca salen cuatro palabras:

-Tu eres solo Mía -gime
Al terminar de decirme esas cuatro palabras escucho un estruendo dentro de mi labio inferior, el ruido que acabo de escuchar es como si rompieran una rosca en la mitad, me alejo y siento cómo algo tibio y entre espeso  sale de mi labio, la sangre no para de salir y los ojos castaños miraban con preocupación, Cesar sale corriendo y llega con algodón y agua queriendo detener el sangrado. Le empujó y salgo corriendo donde su mamá gritando ayuda, apenas ve mi labio sus ojos se desvían a Cesar. Observo que camina muy deprisa y entonces abofetea a Cesar.

-Llévatela de aquí mamá y si vuelvo a verte cerca de casa Acabaré contigo Emma! -grita Cesar a su madre y también se a dirigido hacia mi, después de lo que ha hecho me a dicho que Acabara conmigo, no entiendo nada.
- ¡Emma solo a venido porque se lo pedí, pero lo que as hecho no es de hombres hijo! Me llevaré a Emma pero contigo esto hablaremos mañana.

Salimos deprisa al coche blanco la mamá de César me asegura que iremos a una clínica la sangre esta siento detenida por un pañuelo de ella. Preocupada solo me pides disculpas abrazándome mi cabeza recae en sus hombros, al llegar me revisan y nos hacen saber que deben coger puntos, donde mamá se entere de lo sucedido no se que pasara con todo esto. César no se imagina la rabia y decepción que llevo dentro lo que me ha hecho no se lo perdonaré.

Al salir de aquella clínica suena el teléfono de la mamá de César contesta nerviosa y escucho que grita El nombre de su hijo. Cesar!
Al colgar mira mi rostro con preocupación, al llegar a mi casa está César arrodillado a los pies de mi Madre ¡Dios!

Antes de bajarme la mamá de César me dice que su hijo esta pidiéndole que lo perdone por lo que me a hecho.

Bajo deprisa de ese coche y los ojos de mamá al ver mi labio se agrandan como platos.

-César tu le as hecho esto a Emma -dice mi madre cogiéndome de la mano.

César al verme se levanta de inmediato y me mira de una manera que solo sabría decir que esta avergonzado y decepcionado de él mismo.
-bese muy fuerte los labios de Emma y lo siento tanto..

-Mamá entremos yo te lo explicaré todo -le digo a mamá.

Mi madre asustada me hace saber que esto parece un sueño, ya que hace poco me vio en cama acostada con aquella bata melón que me compro, le explicó todo desde el momento que llego César hasta este momento.  Mamá me prohíbe tan si quiere verle a la cara a César y me hace saber también que mañana a primera hora hablara con los padres de César.

Nos acostamos juntas en su cama y al día siguiente mamá, ya no estaba en cama corro a ver la hora y ya es media mañana.
Me acerco al espejo y mi labio rosa se a tornado a morado y hilos negros. Mis lágrimas salen deprisa pero esta vez seco mi rostro y me dirijo a la ducha... no sabría qué tiempo me he quedado en aquella ducha pero no he querido salir el agua es lo más relajante que puede a ver.
Al salir de aquel baño miro por el ventanal y mamá está afuera con dos carros sabría de quién son; la familia Cesar
Mamá grita mi nombre y con la salida de baño sin importarme corro donde está ella.

¡No puede ser!

Al salir a la acera de mi casa no sabría dónde poner un pie exactamente son 30 ramos de rosas que rodean mi Casa. César no está solo esta su madre y la mía. Saludo como de costumbre las dos me abrazan ¿que a pasado?en la media mañana que me quede dormida, No lo sé, pero este par de señoras an entablado una amistad. Eso cambia mi día a la final la madre de César no tiene la culpa de nada ella solo se desesperó cuando vio a su hijo tirando todo y pensó que yo aria que se calmara cosa que no fue así.

Ingresamos los 30 ramos de rosas a casa entre las tres. Mamá y la mamá de César se van a la cocina y aprovecho para irme a cambiar.
Pero al ir a mi habitación uno de los ramos llama mi atención un sobre amarillo donde pone;
Querida Emma, son las 5:30am he salido al dichoso mercado del cual tú me has hablado días atrás en el instituto, te cuento que me a gustado, nunca abría entrado a este sitio, pero un día me dijiste qué hay gente de la tercera edad que aún trabaja y que no te parecía justo, estas son las rosas más hermosas que aya podido comprar, y no por si costaron menos, tenías razón al decirme que ellos con tan solo poco eran felices y transmitían eso. En el momento de comprar a los 30 abuelitos cada ramo, vi sus rostros y las mejores risas que me pudieron brindar, se que con rosas no puedo hacerte perdonar lo que hice, pero quería que sepas que cada vez que recuerdo tus conversaciones y consejos me ayudan a ser mejor persona.
Cuida las rosas y no por mi, por los abuelos de el mercado, del cual ¡por cierto!  Deberían elegirte como su defensora, gracias Emma.

Pd: Te Amo

El me atrapó Donde viven las historias. Descúbrelo ahora