me siento feliz

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Esta es la historia de un matrimonio. Se llamaban Jhon, y Stacy, ambos eran muy felices. Jhon era propietario de una de las mayores empresas de juguetes de la zona, se encargaba de hacer a los niños felices cosa que obviamente, le hacia feliz. Ver las caras de los felices niños sosteniendo sus peluches y muñecos de caras felices. ¿Quién no sería feliz así? Stacy en cambio no trabajaba, pero era feliz. Ellos tenían una hija, su nombre era Lucy. Lucy era una chica muy hermosa y siempre mostraba una alegre sonrisa en su rostro. Pero Lucy, no era feliz.

Todo empezó en un día normal y feliz. Siempre feliz. Jhon tuvo que ir muy temprano a trabajar, pero no le molestó, estaba feliz. Pensó:

-¡Que suerte tengo! Mucha gente odiaría levantarse temprano para ir a trabajar pero a mi en cambio me hace feliz. No todo el mundo tiene un trabajo por el cual levantarse temprano, debo estar feliz por ello.

Lucy en cambio, no entendía la felicidad de su padre.

-Pero, mucha gente trabaja y no se levanta tan temprano... ¿Realmente es un motivo por el que sentirse feliz?

Lucy no lo entendía. ¿Por qué es feliz?¿Levantarse temprano es motivo de felicidad? Entonces yo no quiero ser feliz. Ella no siempre era feliz. No veía lo bueno de ser feliz. No era suficiente motivo para ella el tener un trabajo para ser feliz. ¿Que egoísta no? Pero aun así mostraba siempre una sonrisa en su rostro. No quería deprimir a la gente feliz. Ademas, Lucy era muy hermosa. Siempre alegraba a la gente simplemente con verla sonreír. El ser infeliz no era motivo para deprimir a los de su alrededor.

Ella pensaba eso continuamente. Para ser feliz, haz feliz a los demás. Lucy sonreía y sonreía. ¡Pero no era feliz! Parece que ver feliz y contenta a la gente de su alrededor no es motivo para ser feliz. Lucy realmente era muy egocéntrica al pensar así. Un día, su madre Stacy fue a hablar con ella.

-Dime, hija mía. ¿Por qué no eres feliz?

- No tengo ningún motivo para ser feliz.

- ¿A no?¡Mira a tu alrededor! Tienes una buena casa, comida en el plato, estudios... Hay gente que no tiene nada por eso-

-Pero mama también hay gente que tiene más. Hay gente que tiene menos, y gente que tiene mas que nosotros. Por eso no soy feliz, pero tampoco me deprimo y me encierro.

Lucy era muy testaruda, ademas de malcriada. ¡No se le debe hablar si a una madre! Vaya... realmente Lucy era una mala niña. Y, para colmo no era feliz.

Fueron pasando los años y la empresa de su padre fue cayendo. A la gente no les gustaba sus muñecos. Decían ser de mala calidad e irreales. Poco a poco Jhon se fue estancando. Pero el, era sumamente feliz.

-Es cierto que me estoy quedando sin empresa, y que estoy cobrando menos... Pero, ¡No es motivo para ser infeliz!¡Hay gente que lo pasa mucho peor que yo!¡No debo estar deprimido!¡Nunca!

Eso es lo que Jhon se repetía continuamente. Realmente muy positivo, y todo lo que decía era muy cierto. No es motivo para no ser feliz. Vaya, Jhon era realmente inteligente además de positivo. Y obviamente, era feliz.

Un día Lucy, le dijo a su padre:

-Papá, basta. Tu... no eres feliz, ¿cierto? No... No tienes que esconderlo, al fin y al cabo... ¿Qué motivo tenéis para ser felices?

-Jaja... Lucy, ¿Cómo puedes decir eso? ¡¡Claro que soy feliz!! Tu madre, yo... ¡¡Todos somos muy felices!! Tu... Tu por qué... ¿¡Por qué no puedes ser feliz como todos nosotros!? Je... Jeje... Por ti... por tu culpa está asi la empresa... Por tu culpa cayo todo Lucy... Dime, hija mía ¿Por que no puedes ser feliz? ¿¡Por qué!? ¡¡Por tu culpa no somos felices!! ¡¡Todo por tu culpa!! ¿Me ayudaras a ser feliz? ¡¡Esto es tu culpa, lo mejor que puedes hacer es compensarnos y hacernos felices a todos, Lucy!!

-Pa-papá...

Esta es la historia de un matrimonio. Ellos son un matrimonio muy feliz. Sus nombres son Stacy y Jhon. Stacy no trabajaba, pero era feliz. En cuanto a Jhon, solía tener una fábrica de juguetes. Pero quebró. Por suerte, con el dinero sobrante consiguió hacer una última muñeca. Era muy realista y de gran calidad. Era una muñeca única, por lo que no estaba a la venta. Pero aun así, Jhon la tenía en una vitrina expuesta y cobraba la entrada para poder verla.

-¿Cómo la habrá hecho?

Se preguntaban todos asombrados al verla. ¡Incluso estaba hecha a tamaño real! Era impresionante. Jhon, nombró a esta muñeca Lucy. Lucy una muñeca muy hermosa, y mostraba una alegre sonrisa en su rostro. Pero Lucy, no era feliz.

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