Cuentan que desde la niñez le atrajo lo oculto, siempre buscaba más, parecía carecer de todo miedo, siempre decía a su abuela: Cuéntame otra historia de miedo antes de dormir… Su padre siempre estaba de viaje y su madre se hallaba en una constante lucha en contra de sus demonios personales, casi siempre bajo la misma apariencia; el alcohol.
A pesar de esto fue un niño normal, pero mientras el tiempo pasaba una duda crecía en su interior. Un día una idea estallo en su mente, existía una razón por lo cual lo atraía lo oscuro… la razón era sencilla; él no sentía temor. El temor era un sentimiento desconocido para él, las historias de terror causaban en si el mismo efecto que causaría un cuento de hadas en una persona común, no le asustaban, no le quitaban el sueño. En cambio le fascinaban, lo dormían plácidamente y lo llenaban de sueños maravillosos de mundos macabros, seres amorfos y suspiros indescifrables.
Aunque sabía esta peculiaridad propia, jamás la comento con nadie, pues sabía muy bien que podían tildarlo de loco. Comenzó una búsqueda interior para encontrar sus miedos, el camino lo llevo entre libros siniestros y horribles amistades. Aún así nunca dejó de ser bueno, sencillamente le gustaba lo oculto. El joven se hizo hombre y lleno su vida de éxitos y experiencias. Durante su cumpleaños número 27 fue llamado a casa; su madre estaba muriendo de cáncer de hígado…
Su madre apenas viviría unos meses, por lo cual decidió quedarse en su antiguo hogar hasta que llegase el momento de su partida. Quería llevarse todo el amor que pudiese de su madre, pasaban horas hablando sobre su pasado y sobre sus sueños. Él llego a tener plena confianza en su madre y una noche le contó su secreto. Él esperaba que ella solo riera por su extraña manía pero el efecto fue inesperado, su cara se tiño de blanco, comenzó a sudar y un temblor se apoderó de su cuerpo. “pobre mujer ya está muriendo… pensó”
Después de tranquilizarla un poco le beso la frente y la dejó dormir… Pocas horas después su sueño fue interrumpido por los llamados de su madre en plena madrugada.
-hijo debo contarte algo. Dijo su madre al entrar en su habitación.
– Imagino que me culparas por mi prematura muerte, sé que dirás que yo misma fui la causante debido a mi vicio por el alcohol, pero deseo que me perdones y entiendas que desde tu nacimiento he estado en un sufrimiento perpetuo. Tu padre no es un hombre normal, ni siquiera creo que sea un hombre. Cuando era joven estuve de vacaciones en un apartado campo y le encontré desnudo y cubierto de sangre mientras dormitaba a las orillas de un caudaloso rio. Lo llevamos a casa y le curamos, por días no habló. Una noche entro a mi habitación desnudo, hermoso, tan lleno de vida y solo me dijo gracias. Años después le encontré por la ciudad, me hablo sobre cosas extrañas, le creí un místico, un profeta, un extraterrestre, pero por sobre todas las cosas un ser inmensamente bello.
– Fruto de ese amor naciste, nunca más le vi y no le odie por ello, sabía que no era de este mundo, hasta el día que naciste, se presento en casa y dijo que debía vivir como un ser normal junto a mi. Al parecer todo era un sueño, solo me molestaba que estuviese apenas unas horas en casa. En pocos meses todo cambio, durante una noche de luna nueva ví lo que jamás debí ver… Tu padre… tu padre usaba siempre una máscara, por descuido la dejó cerca de tu cuna, él usaba, ¿Cómo diablos decirlo? Una máscara humana… él no era un hombre era otra cosa… Estaba allí de pie frente a tu cunita mostrándose tal como era, con su no-rostro y cantando algo inteligible. Te tome entre mis brazos y huí de esa cosa. Siempre me encontraba por lo que termine aceptando sus visitas siempre y cuando no entrara en casa. Toda tu niñez te observo por esas ventanas, toda tu niñez te arrulló tras de esos muros… Nunca supe que serías de grande, no sabía si te transformarías en una bestia que tan solo para poder ser vista tendrías que usar una máscara…
-Madre… mi padre fue malo? Solo por ser diferente le temías?
-Hijo si observas por la ventana y ves alguien con una máscara de demonio que pensarías?
-Que solo es un hombre disfrazado tratando de asustarme.
-Bien y sí ¿Vieses algo con una máscara de persona común? Acaso no pensarías que es un demonio disfrazado para no asustarte???
Nota final:
Adán se despertó a las siete de la mañana del día siete de julio y supo que su madre había muerto mientras el dormía, no pudo dejar de pensar si hablo con ella o con su atormentada alma, su padre lo espero sonriendo afuera de la casa… “Hijo debo contarte algo que te ocurrirá en tu próximo cumpleaños… Te gustan las máscaras???