Alguna vez has deseado algo con todas tus fuerzas? Algo por lo que te atreverías a poner tu vida en riesgo? Si es asi estas en el sitio indicado.
Para jugar a La Sombra del Niño necesitarás una pelota, papel, lápiz y un teléfono.
Cuando el sol esté poniéndose tendrás que acercarte al parque mas cercano que encuentres y una vez allí deja el balón encima del tobogán. Deberás esperar mínimo hasta medianoche, así que asegurate de haber comido algo e ir descansado.
Una vez llegue la medianoche deberás evitar mirar en la dirección donde está el balón o él no aparecerá. Deberás fijar la vista en la parte del final del tobogán hasta que veas que el balón rueda hasta bajar por el tobogán. Sabrás que no ha sido el viento porque oirás que él se ríe.
En ese momento tendrás taparte los ojos y contar hasta que él vuelva a reir. Si has contado hasta cien y aún no lo escuchas vete, él no quiere jugar hoy. Normalmente a los diez segundos oirás la risa. Abre los ojos. Aparecerás delante de la entrada del parque, y delante de ti habrá un bosque que no estaba antes, no te asustes y sigue adelante.
Al rato de caminar deberás haberte encontrado balones por el camino. Ignoralos hasta que no encuentres el tuyo. Cuando estés seguro de que el balón que hay en el suelo es tuyo, cógelo. Debajo tendrá un número que deberás apuntar en tu papel. Si en algún momento de la prueba oyes un llanto, corre hacia la salida. Le has hecho llorar y si te encuentra no tendrá piedad contigo. Si consigues reunir tantos números como los que contaste al principio del juego felicidades, has avanzado una gran parte. Ahora viene lo difícil.
Él comenzará a contar cuando apuntes el último número en tu papel, y contará hasta tu número, en ese momento saca tu teléfono y marca todos los dígitos antes de que él acabe de contar, si no, reza porque te deje vagar por el bosque toda la eternidad. Si lo has hecho bien oirás una voz de un niño al otro lado del teléfono preguntándote por tu deseo. Ahora es el momento en el que podrás pedir lo que sea que más quieras, pero él, a cambio se llevará un hijo tuyo para que juegue con él, y si no tienes, tu fertilidad. Cuando acabes de pedir tu deseo vuelve a taparte los ojos y cuenta hasta diez.
Volveras a aparecer en el sitio donde empezaste a jugar, sin el balón. Él también se lo queda. Te recomendaría no volver a ir a ese parque jamás, él te conoce y a veces quiere jugar aunque tu no lo desees. Al dia siguiente Encontraras que lo que pediste ya esta en tu posesión.
Espero que tus hijos valgan lo que tus deseos…