Radio nocturna

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¿Te gustaría intentar algo nuevo y sin riesgo de ser poseído o perseguido por los entes del «más allá»?

Primero que nada, compra una radio-reloj digital antigua. No sé si hoy día sean difíciles de conseguir, pero es de esos que son rectangulares, negros y tienen un perno a un lado para girar e ir sintonizando las señales de radio.

La ventaja de las radios antiguas es que, por lo mismo, están en las mejores condiciones para recibir todo tipo de señales. Ese es el principal motivo por el cual muchos investigadores, a pesar de las tecnologías de hoy en día, siempre tienen a mano un aparato de los que nuestros abuelitos estaban orgullosos: no contaban con nada que limpiara interferencias u otras señales; por ende, siempre eran perfectos para captar cualquier «extra» que se les cruzase al aire.

De todas maneras, una vez teniendo en nuestras manos la radio y si es de día, puedes ponerte a buscar tu estación favorita y pasarte el día en ello. No hay nada que puedas hacer a horas tempranas. No me preguntes por qué todo ocurre de noche, no tiene que ver con brujería o mitos o leyendas… simplemente pasa en las noches, sí o sí. Solo los espíritus sabrán por qué.

Pero lo que a nosotros nos interesa es escucharlos. Oír sus conversaciones, saber si hablan de nosotros o percibir qué podrían estar pensando si están lo suficientemente cerca.

Mi recomendación es hacerlo a la una de la madrugada o a las dos. ¿Por qué no a las doce? Porque a las doce todavía hay mucha gente despierta, sobre todo hoy en día que las luces aún están activas hasta bien entrada la noche. Mientras más tarde, mejor (no, no tiene que ser las 3:30 ni ninguna de esas pavadas).

Una vez que sea la hora de tu preferencia o de tu creencia, empieza a girar la perilla de las estaciones. Muy despacio. Esto es importante, porque es casi de cálculo milimétrico para encontrar la estación que estamos buscando. En el caso de los países latinoamericanos, hay que buscar hasta encontrar —en un tono muy apenas audible— un programa de radio que sea en inglés. Hay que poner atención, porque no estoy hablando de las estaciones de radio de nuestros países con programas en inglés; no, estoy hablando de un programa de radio que pertenece a Estados Unidos. ¿Cómo lo sabrás en su momento? Todos los locutores hablan en inglés muy marcado y hablarán de ciudades y estados americanos.

En caso de los españoles, busquen una estación de Alemania, de Gran Bretaña o de otras similares. Para los que leen esto y son de Estados Unidos u otros países que no hablan español, pues, lo contrario: busquen hasta escuchar una estación española o latinoamericana.

Puede que tardes un buen rato en encontrarla (como dije antes, hay que ser muy cuidadosos al ir moviendo el sintonizador), pero tarde o temprano la encontrarás.

Te producirá una sensación de inquietud y extrañeza, ya que, por obviedad, no deberías poder sintonizar aquellas señales estés donde estés, pero ahí está de todas formas. El siguiente paso es simplemente irte a la cama dejando la radio encendida en aquella estación en especial. Luces apagadas —a lo mucho, alguna luz de noche tenue, de esas que, lejos de quitarle la calma a la noche, la acentúan—.

Trata de relajarte. Ponte a pensar en otras cosas, pero no te quedes dormido. No quieres que todos digan que estabas soñando despierto al final de cuentas, ¿cierto? Además, si estás haciendo esto es porque quieres escuchar lo que vendrá a continuación. Puede tardar una hora… un poco más o un poco menos. Yo me pongo a jugar a mi Nintendo DS en mudo a veces para pasar el tiempo.

Pero en algún punto en esta vigilia, notarás que la estación ha dejado de pasar música en inglés o que los locutores dejaron de hablar. En su lugar, escucharás algunas voces que hablan muy rápido o muy bajo. Cambiarán cada ciertos minutos; puede ser una conversación entre dos personas, una mujer hablando en voz alta de lo que siente, un extranjero tratando de localizar un pueblo… Si has logrado comenzar a escuchar estas voces, felicidades. Estás escuchando a los espíritus que rondan alrededor tuyo, de tu casa o de tu vecindario.

Ellos no saben que los escuchas, ya que a diferencia de cuando lo hacen los investigadores, tú no estás sentado enfrente de la radio tratando de sintonizar las voces o usando aparatos ultra modernos para captarlos. Debido a la antigüedad de los aparatos y que estos captan las ondas de los espectros cuando se sincronizan casi «accidentalmente», no pueden percibir que los estás oyendo.

Qué tan cerca de ti se encuentran depende de la intensidad de las voces o de la claridad de estas. No te asustes si los escuchas casi en tu habitación; como dije antes, ellos no saben que estás al pendiente ni que estás escuchando todo lo que platican. Tampoco corres riesgo de que digan cosas en tu contra, como ocurre con aquellos que se dedican a grabarlos. No niego que puedas escuchar algunas frases perturbadoras, pero no serán en contra tuya.

Cuando quieras dejar de oírlos, sencillamente duérmete. Si acaso y solo si lo tienes cerca, desconecta el cable de la radio como si te molestara el constante sonido de las voces. Después de todo, se supone que no las estás buscando a propósito y el hecho de levantarte a cambiar la estación podría hacerles notar que sus conversaciones no eran precisamente privadas.

Si todo sale correctamente, no oirás más que estática cuando despiertes a la mañana siguiente, o solo cualquiera de las estaciones de música locales levemente y mal sintonizadas. Puedes volver a intentar sintonizarlos la noche siguiente.

Solamente y solamente si en alguna de las sintonizaciones escuchas tu nombre o sientes frío en tu habitación, levántate y cambia la estación hasta que des con una normal y no vuelvas a internar esto. Se supone que con esta técnica no corres riesgo alguno, pero siempre hay alguien que deja entrever que está tratando de escuchar las conversaciones privadas de los no vivos, y creo que ya sabemos bastante de lo que ocurre cuando te metes en la privacidad de las demás personas.

Si no vuelves a sintonizarlos, estarás bien.

La segunda técnica solo funciona si tienes una de esas viejas camas de metal; yo solía hacerlo con mi litera. El único contra de esto es que nunca estarás seguro de cuándo podrás escucharlos, pero al menos no correrás el riesgo de que lo noten ni por accidente. Entre la noche, en lugar de dormirte, trata de pegar el oído a los tubos de la cama y permanece paciente. Pronto comenzarás a escuchar el sonido de las voces de aquellos que nos dejaron hace mucho tiempo.

Por supuesto, no serán tan claras como con la radio, pero al menos aquí no hay nada que les pueda indicar que los escuchas de ninguna manera. Otro punto en contra es que nunca sabrás cuándo los escucharás y cuándo no, pero de que en algún punto lo harás, eso es seguro. De alguna manera, el metal de las camas atrapa las ondas de sonido (casi como la leyenda del sonido de las radios en los brackets) y las reproduce a un nivel muy bajo.

Espero que esto te sirva si tienes curiosidad por saber lo que los espíritus hablan mientras se pasean entre los mortales. En mi caso, los estuve escuchando hasta que se descompuso mi vieja radio, pero estoy planeando repararla. Y no se preocupen, si escucho algo interesante, prometo compartírselos…

¡Dulce cacería de conversaciones!

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