Nació un ángel de tres ojos en el mundo, con un ojo que podía ver el pasado, un ojo que podía ver el presente y un ojo que podía ver el futuro.
En el primer día, los residentes se congregaron para observar mientras el ángel abría su ojo hacia el pasado. Vio todos los horrores que habíamos sobrevivido y causado: el derramamiento de sangre, los asesinatos, las duchas de gas, el abuso sin sentido y los siglos de conflicto. Derramó una sola lágrima por cada víctima, hasta que había llorado tantas lágrimas que su ojo se pudrió.
En el segundo día, se esparció la palabra hacia las villas cercanas, y estas se unieron a los residentes locales para observar al ángel abrir su ojo hacia el presente. Vio las guerras en el medio oriente, la hambruna en el sur, la corrupción y la codicia. Una vez que lo había visto todo, se cosió su ojo para que nunca se volviera a abrir.
En el día final, una multitud de miles se había amasado en las puertas para observar al ángel de tres ojos mientras abría su ojo hacia el futuro. Solo tomó un instante antes de que el ángel gritara, alzara su mano y se arrancara el ojo.