Capítulo 6: Los Placeres del Espejo de Cobre

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La Hermana Xu era bien conocida en la Secta Confianza. De hecho, podías decir que todo el mundo la conocía, porque actualmente, la Secta Interna sólo tenía dos discípulos.

A parte de la Hermana Xu, el único otro discípulo era el hombre que se encontraba actualmente al lado de Shangguan Xiu.

El hecho de que la Hermana Xu le prestara su Cueva Inmortal, inspiró temor en todo el mundo, permitiendo que Meng Hao pudiera abandonar la plaza con su Piedra Espiritual y su Píldora de Condensación Espiritual. Todo el mundo le vio marcharse.

Aunque caminó hacia la distancia, con su espalda llena de sudor, todavía sentía cómo las miradas continuaban en él, como si fueran espadas invisibles. Lentamente se disiparon tan pronto como salió de su rango.

En el tiempo que tardan tres barras de incienso en quemarse, Meng Hao caminó sin parar. No quería volver a su habitación en la Secta Externa, por lo que siguió la hoja de jade blanca que la Hermana Xu le había dado a través de la Montaña del Sur. Al pie de la montaña encontró la Cueva Inmortal.

Fuera de la cueva, dos losas de piedra se apoyaban en la montaña. Todo estaba cubierto con ramas y vides; parecía ser un lugar completamente fuera de lo común, muy diferente de las dos viviendas previas de Meng Hao.

Los alrededores eran muy pacíficos y opulentos. No lejos de allí, un riachuelo bajaba por la montaña, y el viento se llevaba el calor, reemplazándolo con aire fresco.

Meng Hao permaneció en frente de la boca de la Cueva Inmortal, observándola totalmente contento. Ahora comprendía cómo de valiosa ese tipo de cueva podía ser. Claramente mucho más que cualquier otra vivienda. Ahora comprendía por qué los otros discípulos de la Secta Externa le habían mirado con celos y envidia cuando la Hermana Xu se la prestó.

"Este es un lugar para Inmortales," se dijo Meng Hao. Movió su mano derecha y la hoja de jade blanco voló directamente hasta la puerta de piedra verde de la cueva. Se estrelló contra la superficie y un sonido pulsante llenó el aire conforme la puerta se iba abriendo lentamente.

La Cueva Inmortal no era muy grande, y sólo tenía dos habitaciones. Una habitación era para practicar el cultivarse, la otra estaba sellada con una puerta de piedra. Meng Hao entró y la puerta de piedra se cerró lentamente detrás de él. Cuando se cerró, el papel de jade blanco voló a las manos de Meng Hao. En ese momento, un brillo suave empezó a brotar del rocoso techo.

Conforme miraba alrededor, se sentía más y más satisfecho. Finalmente, si mirada se paró en la puerta sellada. Murmurando para sí mismo, puso la hoja de jade en ella, y la puerta se abrió lentamente. En ese momento, un olor de densa energía espiritual flotó hacia fuera. Meng Hao miró dentro de la habitación, sus ojos en completo shock.

"La Cueva Inmortal de la Hermana Xu.... Éste regalo es demasiado valioso.". Le tomó unos momentos el recuperar la calma. Se quedó mirando fijamente la habitación de piedra, mirando a lago que parecía ser la boca de un riachuelo. De allí salía energía espiritual pura, multicolor y brillante como si creara remolinos en el aire. Quién sabía cuanto tiempo se había estado acumulando en la habitación. Tan pronto como la puerta se abrió, empezó a salir de allí, su dulce aroma entró en su nariz y boca. Incluso ese olorcillo te llevaba energía.

"Entonces, es un Manantial Espiritual." Meng Hao susurró. Era algo que nunca antes había visto, aunque había leído sobre ello en el Manual de Condensación de Qi. Algunos manantiales en el mundo eran Manantiales Espirituales, que no tenían agua, en realidad, fluían llenos de energía espiritual. No existían muchos, y la mayoría estaban ocupados por Cultivadores, algo normal, considerando la energía espiritual que emitían.

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