Capítulo 13: Varonil Cao Yang

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La Hermana Xu era como una piel de tigre, que si la llevabas puesta mientras andabas por la Secta Externa, llamaría enseguida la atención de todo el mundo. Cuando los discípulos de la Secta Externa vieron a la Hermana Xu caminando con Meng Hao, sus caras se llenaron de extrañas expresiones. Esto era cierto sobre todo para aquellos que habían comprado medicinas de Meng Hao más temprano ese día. Primero florecía el odio, seguidamente lo contenían.

Para aquellos que tenían un nivel de Cultivo más alto, que todavía no sabían qué había pasado en la meseta, pero de todas formas reconocían a Meng Hao, no hacían más conjeturar que no era nadie con quien poder meterse.

En realidad, Meng Hao no sabía nada de ello, pero se había convertido en una persona bastante famosa en los dos últimos meses en la Secta Externa.

Por lo que a él le concernía, la parte más importante era conseguir terminar el día. Justo ahora era de noche, y no había muchos discípulos observando. Ni si quiera la mitad de los discípulos habían visto la escena.

Dándose cuenta de que ésta era una oportunidad que era difícil que se diera, no la iba a dejar perder. Meng Hao charló con algunas de sus mejores palabras de humilde escolar. Llevó a la taciturna Hermana Xu hacia la Tienda de Píldoras de Cultivo, donde el hombre de mediana edad, al mismo tiempo nervioso y ansioso, le vendí todo tipo de píldoras curativas a muy bajo precio. Le tomaría meses recuperar la cantidad de píldoras que Meng Hao le había comprado.

Fueron también al Pabellón del Tesoro. Cuando la Hermana Xu miró fieramente al astuto hombre, su cara se volvió pálida. Secretamente le entregó una Piedra Espiritual a Meng Hao y le indicó que podía cambiar el espejo de cobre en cualquier momento. Meng Hao le dio un frío gruñido, mirando desdeñosamente, diciéndole al hombre que había perdido el espejo ya hacía tiempo.

El Hermano del Pabellón del Tesoro rió amargamente y se disculpó. Le dijo que no se preocupara, que ese espejo se había perdido en el pasado y siempre había alguien que lo encontraba en dos o tres años. Al pie de la montaña, Meng Hao observó a la Hermana Xu caminar hacia la distancia, rodeada por la luz de la luna. Era la primera vez que se había dado cuenta de lo increíblemente bella era ella, como algún tipo de diosa inmortal.

"Que pena que sea tan fría, de otra manera, pensaría en casarme con ella." Fantaseó por un tiempo, entonces carraspeó un par de veces y se dirigió de nuevo a la cueva.

La noche pasó sin ningún tipo de problema, y temprano al siguiente día, conforme los primeros rayos del amanecer aparecían, Meng Hao se puso en camino enérgicamente hacia la meseta.

"Estoy a muy poco de alcanzar la cima del tercer nivel de Condensación Qi. Que malo que no tenga las píldoras medicinales adecuadas. Los Núcleos Demoníacos no son fáciles de conseguir, y tendría que volver a ir a esa montaña negra, que simplemente es demasiado peligrosa." Conforme caminaba, una idea empezó a formarse.

"Mi objetivo ahora es conseguir Piedras Espirituales. Entonces, la próxima vez que consiga un Núcleo Demoníaco, seré capaz de dar un salto masivo de progreso. Si puedo alcanzar el quinto nivel de Condensación Qi..." Su corazón comenzó a desbocarse, sus ojos empezaron a brillar con anticipación.

"Estar en el quinto nivel en la Secta Externa te hace ser una especie de señor. Y mucho más importante, puedes usar la técnica Caminando en el Viento." Meng Hao recordó al Hermano Wang Tengfei y cómo era capaz de flotar siete pulgadas por encima del suelo, empezando su corazón a latir más rápidamente.

Pronto, la meseta apareció en frente de él, apresuró la marcha. En todos los aspectos parecía un humilde escolar, se sentó con las piernas cruzadas en la roca.

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