Capítulo 103: Tesoros

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"Qué es esta cosa!?" jadeó Meng Hao, con su corazón sombrío. Sin más tiempo que el de tirar sangre por su boca, puso una Píldora de Fundación Establecida en su boca. Debido al nivel de su base de cultivo, la píldora no haría que su cuerpo se paralizara. Su poder purgó instantáneamente el Qi Helado.

Nadie excepto Meng Hao podía ser tan derrochador.

Su cuerpo pareció transformarse en un rayo de luz mientras que tiraba de la cuerda, cogiendo prestado su poder para salir disparado aún más cerca de la boca de la cueva. En este momento, sólo estaba a seiscientos metros de distancia. En sus talones a apenas noventa metros de distancia de él, estaban los rizos negros de pelo y los otros fantasmas. Lejos, detrás, dos mil quinientos metros dentro de la cueva, al final de la negra masa de rizos apareció una cabeza humana!

La cuerda roja penetraba la cabeza entre las cejas y continuaba extendiéndose hacia la oscuridad.

Era una cabeza de mujer. La belleza de sus rasgos era difícil de describir, como si no perteneciera al mundo mortal. Abrió sus ojos, que estaban llenos de frustración y confusión, como si antes de su muerte, hubiera demasiadas cosas que ella no comprendiera y demasiadas pocas respuestas.

Para Meng Hao, seiscientos metros no era demasiado lejos. Dado su actual base de cultivo, sería capaz de cruzar la distancia en el espacio de unas cuantas respiraciones. Pero, el Qui Helado en la cueva estaba afectando su velocidad, los incansables perseguidores detrás de él le forzaban a concentrarse.

Los rizos de pelo continuaban extendiéndose, parecían como si fueran a alcanzar los pies de Meng Hao en cualquier momento. Meng Hao tomó aire profundamente, después levantó su mano hacia el muro de roca.

Mientras empujaba contra él, el poder de su base de cultivo explotó hacia fuera para activar algunos de los objetos mágicos de respaldo que había puesto allí. Diez espadas voladoras salieron volando de pronto, disparadas hacia los rizos y después explotando. Sonó explosión, sacudiendo la cueva, Meng Hao salió disparado hacia delante, tirando fieramente de la cuerda roja.

Fuera del valle, los rostros de los siete cultivadores estaban blancos. Tres de ellos escupieron sangre y se tambalearon hacia atrás. Los restantes cuatro apretaron sus dientes y se mantuvieron sujetando. Detrás de ellos, las bestias venenosas parecían estar perdiendo poder.

"Tal vez esta vez haya un increíble tesoro. Es por lo que esto es tan pesado!"

"Cierto. Cuando tiramos de la roca de Espíritu Sellado, era increíblemente pesada..."

"Haha! Sacaremos un tesoro similar esta vez. No seáis rácanos con vuestras píldoras medicinales. Debemos de sacar este tesoro!" Los tres cultivadores lesionados apretaron sus dientes, jadeando. Sacaron píldoras medicinales y las consumieron. Con expresiones de entusiasmo y anticipación, dieron otra vez un paso hacia delante y tiraron de la cuerda.

Abajo en la cueva, Meng Hao tomó prestado la fuerza de la cuerda para volar otros trescientos metros. Los rizos negros estaban ahora un poco más lejos de él.

Sus ojos brillaron, su mano salió disparada hacia el muro de la cueva, donde había escondido el talismán. El talismán empezó a emitir una luz dorada, la cual formó un remolino y después se condensó en una figura borrosa que era imposible de ver claramente. Se giró y, emanando un poder chocante, cargó hacia el pelo negro y los otros espíritus perseguidores.

Mientras la explosión aumentaba, Meng Hao saltó hacia delante. Los espíritus perseguidores chillaron intensamente, cargando otra vez hacia él. Una mirada fría apareció en sus ojos, y dijo una sola palabra. "Boom!"

El talismán ahora serviría para una función adicional. Otra explosión onduló por la cueva antigua. Usando la energía de la explosión, Meng Hao salió hacia fuera. Estaba solo a treinta metros de la boca de la cueva. Cogió la cuerda roja y tiró de ella duramente. En un instante, salió disparado por treinta metros, saliendo de la cueva!

I Shall Seal the HeavensDonde viven las historias. Descúbrelo ahora