I Shall Seal the Heavens

Capítulo 118: Sin Entrar en el Monte Cielo, la Ascensión Inmortal es Imposible

Meng Hao miró tranquilamente a Chu Yuyan y dio unos cuantos pasos hacia atrás. Había empezado a estudiar Confucionismo y Daoismo a una edad temprana. A pesar de los increíbles cambios que había experimentado, estas enseñanzas todavía existían en su corazón. No es que él fuera incapaz de aprovecharse de alguien en problemas, pero en lo referente a la moralidad, tenía una línea límite. No tocaría a Chu Yuyan.

Ella era su enemiga, no su amiga. Castigarla era una cosa, pero hundirse en tal nivel de depravación iría en contra de su verdadero ser. Él podía no ser un completo caballero, pero no era ningún tipo de escoria depravado.

Había algunas cosas que no haría nunca. Todo el mundo tenía una línea límite. Para Meng Hao, eran los principios y la moralidad.

Pensó otra vez sobre la Píldora de Fundación Perfecta. Había asentado su Qi y había calmado su mente, después, se plantó en una espada voladora y subió volando por el aire.

Pasó suficiente tiempo como para que un palo de incienso se quemara. Todo alrededor de Chu Yuyan estaba tranquilo. Finalmente estaba inconsciente, su Qi era enfermizo, como si estuviera sufriendo de algún tipo de enfermedad severa.

Meng Hao regresó. Cuando aterrizó en el suelo, miró hacia Chu Yuyan y dejó salir un suave suspiro. Sacando otro set de ropa desde su bolsa de Cosmos, la cubrió y después se sentó con las piernas cruzadas cerca.

El tiempo pasó lentamente. Pasaron cuatro horas antes de que Chu Yuyan abriera los ojos. Tan pronto como lo hicieron, se vieron llenos de confusión. Después se iluminaron mientras recordaban algo. Se sentó allí silenciosamente.

No dijo nada ni saltó, en cambio, silenciosamente caminó hacia la cueva. Pasó algún tiempo, volvió a salir de la cueva, sus ropas estaban de nuevo en orden. Su rostro estaba pálido, pareciendo muy débil y cansada. Le dio a Meng Hao una mirada llena de complejidad.

No había perdido su memoria. De hecho era más bien lo contario. Claramente recordaba cada una de las cosas que habían pasado, incluyendo ver a Meng Hao alejándose por el cielo.

Los ojos de Meng Hao se abrieron y le dieron una mirada estudiándola. "No hice nada para dañarte," dijo lentamente. "Esa píldora medicinal fue un castigo por tu intento de dañar mi base de cultivo. Necesitas comprender la verdad de la situación en la que estamos aquí. Mis instrucciones lo son todo."

No quedaba arrogancia en Chu Yuyan. Sus sentimientos en cuanto a Meng Hao eran increíblemente complejos.

Sí, le odiaba. Pero bajo las circunstancias actuales, debía elegir el irse antes que tocarla. Chu Yuyan no quería, pero actualmente sentía aprecio mezclado junto con su odio. Estos complicados sentimientos dentro de ella se sentían como riadas, amenazando con sumergirla.

Ella no sabía cuantas píldoras medicinales tenía Meng Hao, pero por sus acciones, podía suponer que incluso aunque la píldora que estaba elaborando fuera importante para él, no estaba preocupado sobre que ella intentara envenenarle o que cambiara la receta.

"La fórmula de píldora que me ha dado es muy extraña. Debido a las interacciones entre los diversos ingredientes, cambiar las cantidades de la fórmula está simplemente más allá de mi habilidad. No sería capaz de producir una píldora completa...."

"Aun así, incluso si realmente lograra ajustar la fórmula, dado la personalidad de este tío, es posible que pudiera hacerme consumirla... Realmente, es totalmente imposible de saber si terminará consumiéndola por sí mismo. Tal vez coja alguna serpiente y la fuerce a consumirla.

"De hecho, incluso es posible... que la píldora no necesite ser consumida. Tal vez use algún otro método para fundirla y provocar los rayos. Tal vez es por esto que no le importa." Frunció el ceño. Era realmente imposible averiguar la respuesta, y no tenía idea de lo que hacer. Miró hacia Meng Hao, con una expresión indesea. Cuanto más lo pensaba y más profundizaba en sus estrategias, más asustada se volvía.