Capítulo 45: Una mirada atrás hacia el mundo mortal después de Tres años

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El viento del otoño circuló alrededor del Monte Daqing en el norte del Estado de Zhao. Muchas de las enredaderas se habían secado y las hojas flotaban hacia abajo por la montaña, cayendo al río. Quizá ellas, como la botella de calabaza de hace años, con el tiempo llegaran al Mar de la Vía Láctea y entonces flotaran por el Gran Tang en las Tierras del Este.

Bajo el Monte Daqing había tres condados. El Condado Yunjie era el más floreciente de los tres, no era muy grande, pero bullía de la cantidad de gente. Cuando era el día de mercado, la gente de toda la región de la montaña, se concentraba allí, y había un gran barullo de voces que llenaba el aire.

En este día, un joven que vestía una túnica escolar de color azul y limpia caminaba por el Yunjie, pareciendo inquieto de la emoción. Aunque fuera un extranjero, su rostro parecía familiar, era, por supuesto, Meng Hao.

Caminó por las familiares calles, pasando cerca de las casas y las tiendas. Dio una vuelta por el mundo mortal, recordando muchas cosas de su pasado. Este lugar contenía sus recuerdos de la niñez, la amarga soledad de su niñez, y su terco apego a los estudios. Por lo que tenía numerosos e inolvidables recuerdos.

Pasando por un largo patio, dijo, "Aquí debería ser donde vive la Srta. Sun...." Los muros que antiguamente parecían tan altos, ahora parecían de alguna forma más cortos. Pasados los muros, estaban las habitaciones de la Srta. Sun, un lugar que había sido objeto de muchas fantasías en el pasado.

Muchas veces había imaginado a Steward Sun tomándole apego a él, y que entonces le ofrecía la mano de Lady Sun en matrimonio. Se rumoreaba que tenía la belleza de una diosa.

Habían pasado tres años, no demasiado tiempo, pero para Meng Hao, parecía como si hubiera pasado toda una generación y ahora hubiera otra generación distinta.

Agitando su cabeza emocionalmente, estaba apunto de irse cuando de repente las puertas principales de la mansión Sun se abrió y apareció una . Meng Hao paró, cuantas veces en el pasado había mirado hacia el patio esperando dar un vistazo a las habitaciones de Lady Sun? Sus ojos parpadearon conforme vio la silla de manos. El viento movió de repente la cortina de la silla, y vio a una chica extremadamente gorda dentro, su cara cubierta con puntos negros. Era joven. A Meng Hao se le al verla.

Si no hubiera reconocido a la sirvienta cerca de ella, nunca habría creído que esa joven mujer era realmente la Srta. Sun.

La silla de manos desapareció en la distancia y Meng Hao continuó caminando, sintiéndose un poco arrepentido.

"Acabo de destruir la imagen de mi amante soñada..." se dijo, agitando su cabeza. "Bueno, los sabios tenían razón: evitar las miradas inapropiadas. No debería de haber mirado, no debería haber mirado." Un gesto triste apareció en su cara mientras caminaba alejándose.

Por la tarde, Meng Hao se encontró mirando boquiabierto a una casa grande lejos, en la distancia. Estaba desgastada y dilapidada y había claramente gente viviendo dentro. Podía escuchar el ruido saliendo hacia fuera. Sonaba como si los ocupantes estuvieran discutiendo.

Esa era la residencia familiar de Meng Hao. Hace años, había sido desalojado y fue forzado a venderla. Dentro de la casa habían muchos bellos y felices recuerdos del pasado, al igual que algunos amargos, aún así, los recuerdos más fuertes fueron del la época después de que sus padres desaparecieran.

Las imágenes aparecieron sucesivamente en la mente de Meng Hao. Permaneció allí hasta que el ocaso empezó a caer.

Silenciosamente, se acercó a la puerta, levantó su mano, y tocó.

La llamada acalló el estruendo de la discusión que continuaba sin parar desde la tarde. Después de un momento, la puerta se abrió. Un hombre de mediana edad apareció allí, con el ceño fruncido. Su cara cubierta de arrugas debidas a una vida de duro trabajo.

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