Capítulo 38: Manual de Condensación Qi, Escritura Sublime de Espíritu.

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Pasaron dos meses en el parpadeo de un ojo. Meng Hao había sido miembro de la Secta Interna por toda una estación. No continuó visitando tan a menudo la Secta Externa. Como un pez en el agua, Gordito se había acostumbrado a sobrevivir por sí mismo, y estaba bastante a gusto.

La mayor parte del tiempo, Meng Hao permanecía en el Pabellón Mágico.

Un día estaba sentado con las piernas cruzadas, con una expresión calmada en su rostro mientras leía un texto escrito en bambú. Levantó su mano derecha y empezó a realizar gesto de encantamiento, haciendo que una mágica luz circulara a su alrededor, apareciendo algunas sombras en su cara.

Un Globo de Agua apareció, pero inesperadamente se transformó en niebla y se disipó a su alrededor. Meng Hao frunció el ceño, dejó el texto de bambú, buscó en su túnica y sacó una hoja de jade reluciente.

Era de un blanco puro y borrosa por dentro, como si estuviera llena con niebla. Una inspección más minuciosa reveló que en su superficie realmente era translúcido, como el cristal.

"Chen Fran, Xu Qing, Meng Hao, venid al salón del templo principal, en la Montaña Este." Las palabras fueron dichas por una voz dignificada que se transmitía desde la hoja de jade. Era fácilmente identificable, ya que pertenecía al Líder de la Secta He Luohua.

Meng Hao enderezó los textos de bambú, se plantó y salió dando zancadas silenciosas por la puerta principal del Pabellón Mágico, recorriendo su camino hacia la cima de la Montaña Este.

Casi al mismo tiempo que salía, dos figuras salían disparadas hacia la cima. Una tenía una amable y gentil cara, llena de honradez: Chen Fan. La otra era bella pero fría: Hermana Xu Qing.

Xu Qing dio una mirada hacia Meng Hao. Era la primera vez que se habían visto desde el anochecer de aquel mes previo.

Los tres salieron directos hacia la cima de la Montaña Este, llegando al salón del templo principal. Daba una sensación de antiguo, la rica ornamentación daba una sensación de que hubiera pasado por muchos años. Este era un lugar muy importante en la Secta Confianza, un lugar por el que habían pasado muchas generaciones, únicamente los discípulos de la Secta Interna lo podían visitar.

Dentro del salón del templo principal había nueve estatuas. La principal era de un hombre anciano, su expresión no era de enfado, pero aún así estaba llena de poder. Sus ojos oscuros parecían brillar con vida. Su mano derecha estaba levantada hacia él, su barbilla alzada como si estuviera mirando por encima del hombro a toda la creación. Parecía emanar algún tipo de aire indescriptible y dominante. Detrás de él, estaban posicionadas ocho estatuas cuidadosamente, todas ellas poseían una apariencia de seres transcendidos.

Meng Hao había visitado este lugar durante sus primeros siete días dentro de la Secta Interna. Se había arrodillado delante de las estatuas, sabía bien que ese calmado, poderos y anciano hombre no era ningún otro que el Patriarca Confianza. Las otras estatuas eran los otros Patriarcas de la Secta Confianza.

El Líder de la Secta Luohua permaneció debajo de las estatuas, dando la espalda a Meng Hao y los otros conforme entraban. Miraba a las estatuas como si estuviera en trance. Era imposible decir qué estaba pensando. Cerca de él estaba el Gran Anciano Ouyang. Asintió a los tres, con una expresión solemne en su rostro.

"Rendid homenaje al Patriarca," dijo, con su voz profunda.

Meng Hao, Xu Qing y Chen Fan se inclinaron respetuosamente ante el Patriarca Confianza, con sus caras ensombrecidas.

"Me uní a la Secta cuando el Patriarca Confianza llevaba desaparecido por cien años," dijo He Luohua. "En ese tiempo, la Secta Confianza todavía estaba en sus días de gloria." Suspiró y se giró. Meng Hao, Chen Fan e incluso Xu Qing le miraron con los ojos brillando.

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