Capítulo 86: Lámparas Demoníacas que Separan al Cielo y la Tierra!

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"Avanzar rompiendo el sello?" Los ojos de Meng Hao brillaron mientras observaba las siete lámparas de aceite del suelo. Las miró por un momento, después salió disparado hacía ellas.

Ignoró los aullidos del Patriarca Confianza. Después de saquear todos los tesoros previos, estaba ahora seguro de que el Patriarca no podría salir.

"Qué estás haciendo!?" En su cámara subterránea, la furia del Patriarca Confianza se elevó a nuevas alturas. Aún así, viendo la mirada en el rostro de Meng Hao, el miedo floreció en su corazón. Estaba empezando a arrepentirse de haber dejado irse a Meng Hao. La mirada en sus ojos era aún más fuerte que la mirada que había aparecido cuando Meng Hao empezó a robar sus tesoros.

Ignoró al Patriarca Confianza, quien sabía ahora que era alguien en quien no podía confiar. Meng Hao miró a las siete lámparas. Caminó lentamente a su alrededor, mirando pensativo.

Cada paso que dio parecía aterrizar directamente en el corazón del Patriarca Confianza.

"No tiene importancia," dijo el Patriarca Confianza en un intento de consolarse a sí mismo." Este pequeño bastardo está solo al noveno nivel de Condensación Qi. No puede tomar nada de la energía espiritual de las lámparas demoníacas..." Sus ojos se ensancharon cuando vio que Meng Hao, después de dar unas cuantas vueltas alrededor de las lámparas, se sentó con las piernas cruzadas para meditar.

Meng Hao se sentó allí, con sus ojos brillando. Parecía dudoso, pero después de un tiempo, la determinación llenó sus ojos.

"El Patriarca Confianza me ha engañado. Tomar unos cuantos de sus preciosos tesoros no es suficiente para calmarme. Voy a tomar esta energía espiritual también. Entonces seré finalmente capaz de relajarme." Meng Hao apretó sus dientes cuando pensó sobre la única Piedra Espiritual de grado bajo que el Patriarca le había dado. Y además estaba el tema del veneno. Por cuanto a Meng Hao le concernía, la no eliminación del veneno le había llevado a un camino de desesperación.

"Los objetos valiosos no pueden absorber la energía espiritual de las siete lámparas, ya que no tienen conciencia... Bien, la absorberé por mí mismo!" De pronto cerró sus ojos y empezó a movilizar su base de Cultivo, intentando respirar la energía espiritual que salía de las lámparas de aceite encendidas.

Pero no importó cuánto intentó absorber la energía espiritual, tan pronto como abandonaba las lámparas de aceite, ésta era succionada hacia el suelo. En las profundidades de su cámara subterránea, el Patriarca Confianza dejó salir un gran suspiro de alivio.

"Meng Hao, pequeño gamberro, lo que sea que intentes será inútil. Realmente te atreves a intentar robar mi poder espiritual?" el Patriarca Confianza dejó salir un carcajada de alivio aunque algo amarga. Cuando llegó a los oídos de Meng Hao, éste frunció el ceño por un momento. Después, su rostro se volvió calmado de nuevo.

"No hay necesidad de ponerse nervioso, Patriarca," dijo serenamente. "Sólo acabo de empezar."

El Patriarca Confianza le miró asombrado.

Los ojos de Meng Hao, que habían estado cerrados, empezaron a moverse mientras recordaba la imagen de su batalla con Shangguan Xiu y en cómo la perla de Pequeño Tigre le había permitido alcanzar el décimo nivel de Condensación Qi.

Este era el método que deseaba emplear. Regresaría al décimo nivel de Condensación Qi. Aun a pesar de que el increíble poder del décimo nivel de Condensación Qi le separara del cielo y la tierra, Meng Hao quería ver si era capaz de permitirle absorber el poder espiritual de las lámparas.

El legendario décimo nivel de Condensación Qi había existido en tiempos antiguos, pero ahora estaba prohibido por los cielos, separado. Pero Meng Hao... había alcanzado el décimo nivel una vez antes... había caminado por el camino roto.

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