Capítulo 155: La Última Persona

66 7 0
                                    

El tiempo pasó lentamente, unas cuatro horas. El poder gravitacional apareció otra vez durante ese tiempo, Meng Hao continuó volando dejando atrás montaña tras montaña.

Este lugar era muy extraño. El sol ardía intensamente arriba en el cielo. Si mirabas fijamente, sin embargo, podías también ver la vaga forma de una luna dentro de él. Parecía que dentro de otras dos horas se separarían.

Después de otra hora de viaje, apareció una llanura enorme delante.

La llanura estaba llena de hierba alta, más o menos de la mitad de altura de una persona. Era movida por el viento, haciendo que la llanura pareciera más como un mar. El único sonido presente era el susurro del viento. Dentro de la llanura había un área sin hierba. Tres personas estaban allí sentadas.

Habían dos mujeres y un hombre. El hombre era de edad media y vestía una túnica negra. Su rostro estaba inexpresivo, tenía sus ojos cerrados en meditación. Un aire frío salía desde su cuerpo. Estaba en la etapa final de la Fundación Establecida. Era uno de los tres Cultivadores en la etapa final de la Fundación Establecida que habían viajado a este lugar en el compás Feng Shui violeta.

De las dos mujeres, una era de mediana edad y con algo de sobrepeso. Sus rasgos eran ordinarios, casi como los de una chica de granja. Era otra del grupo de tres poderosos Cultivadores en etapa final de la Fundación Establecida.

Su rostro estaba lleno de una expresión impaciente mientras que ella miraba a la última mujer. La mujer vestía un velo que cubría la mitad de su rostro y oscurecía sus rasgos haciéndolo misteriosamente desdibujado.

"Compañera Daoísta, me invitas a venir, por qué debo quedarme sentada esperando? De cualquier modo, no creo que nuestro destino sea realmente tan peligroso como la guarida de un dragón o el cubil de un tigre. Realmente no somos suficientes con el compañero Daoísta Sima y yo misma?" Rió fríamente. El frío hombre de mediana edad abrió sus ojos dejando de meditar. Brillaban mientras miraba a la mujer en el velo.

"Compañera Daoísta Li, por favor, espere un poco más", dijo la mujer del velo con una voz suave. "He invitado a cinco personas en total. Si no llegan, entonces podemos mejor dejarlo. Con solo nosotros tres, nuestras oportunidades de éxito serán muy pocas."

La mujer Li resopló y parecía estar apunto de decir algo más. Al final no lo hizo.

"Sé paciente un poco más", dijo la mujer del velo. "El sol y la luna cesarán de superponerse en unas dos horas. Si no han llegado para entonces, entonces no tendremos otra opción que hacer un intento nosotros mismos."

Pasó una hora, en ese momento un rayo de luz colorida apareció. Dentro de él había una mancha violeta. Quien fuera que se estuviera aproximando, vestía una túnica violeta.

Esta persona se acercaba a toda velocidad, llegando allí en el espacio de unas cuantas respiraciones. Era un hombre joven con rasgos atractivos y una ligera sonrisa en su rostro. Por su vestido violeta, era obvio que no era una persona ordinaria. Después de aterrizar, sus ojos se deslizaron por los otros tres. Les sonrió y unió las manos para saludar.

"Llego tarde", dijo Xie Jie1, "Por favor, perdonadme, Compañeros Daoístas. Siento haberte tenido esperando, Hermana Junior Han." No era ni más ni menos que Xie Jie, discípulo del Cónclave de la Secta Tamiz Negro. Miró hacia la mujer del velo y con una sonrisa de superioridad, reveló su identidad.

Su aparición hizo que la mujer Li frunciera el ceño ligeramente. Se plantó y devolvió el saludo. El hombre frío, sin embargo, hizo poco más que asentir ligeramente.

La mujer del velo frunció el ceño mientras los otros dos la miraban.

Ella rió ligeramente, removiendo su velo. Su rostro era increíblemente bello y delicado, su piel era tan lustrosa como el jade. Todo parecía brillar más intensamente debido a su belleza.

I Shall Seal the HeavensDonde viven las historias. Descúbrelo ahora