Capítulo 19: Los Vientos Vuelven a Soplar.

129 8 0
                                    

Meng Hao abrió sus ojos y vio al Gordito traer entusiasmado a un joven. Bajito, con la tez cetrina y demacrado, contrastaba bastante con el pálido y rollizo Gordito

Meng Hao le reconoció. Era uno de los miembros del grupo que habían traído a la Secta Confianza ese día y que llevaron junto a Wang Youcai al Cuartel de los Sirvientes de una montaña diferente.

En aquel tiempo, había parecido alguien fuerte y bonachón, pero ahora parecía sombrío y en circunstancias pobres. De todas formas, había una cierta dureza en sus ojos mientras hablaba de las inolvidables experiencias en la Secta Externa.

Aparte, se había atrevido a entrar en la Zona Pública con solo el primer nivel de Condensación Qi.

"Saludos, Hermano Meng," dijo el joven, pareciendo un poco entusiasmado. Pero después el entusiasmo desapareció e hizo un extremadamente respetuoso saludo a Meng Hao con las manos unidas.

"Acabas de entrar en la Secta?" le preguntó Meng Hao, recordando con un suspiro su propio primer día.

"Llevo ya un mes," dijo bajando la cabeza.

"Que sabes sobre Wang Youcai?"

"Murió," dijo el joven con una expresión entumecida en su cara. Después de que las palabras salieran de su boca, una mirada de dolor apareció en sus ojos.

"Wang Youcai murió?" dijo Gordito aturdido. Meng Hao se mantuvo en silencio.

"En el Cuartel de Sirvientes, éramos responsables de sacar agua," explicó. "El Hermano Youcai pensó que yo era demasiado joven, por lo tanto me ayudó muchísimo. Una vez, en un camino de montaña, una poderosa ráfaga de viento nos golpeó y le lanzó por un precipicio. Le busqué por dos meses, pero únicamente pude encontrar algunos huesos rotos.... Debe de haber sido devorado por animales salvajes."

Una mirada de pena apareció en la cara de Gordito y Meng Hao dejó escapar un suspiro. Los cuatro habían llegado al mismo tiempo, pero en menos de un año, uno de ellos realmente había muerto. Meng Hao se sintió mal, e incluso peor cuando recordaba que era el único hijo del carpintero Tío Wang.

"Pequeño Tigre, puedes quedarte con nosotros. Con Meng Hao alrededor, nadie se atreverá a acosarte" dijo Gordito mientras le golpeaba emocionado en el hombro.

"No, está bien, yo estoy... estoy bien." El joven parecía dudar, y Meng Hao pudo decir que estaba pensando sobre alguna cosa. Al final, movió su cabeza y rehusó la oferta de Gordito. Les saludó con las manos unidas y se fue por su camino por la meseta.

"Qué le ocurre? preguntó Gordito todavía aturdido.

"Todo el mundo tiene secretos," dijo Meng Hao hablando despacio. "Quizá ha tenido algún golpe de suerte sobre el que no quiere hablar. Si no fuera así, por qué vendría aquí estando únicamente en el primer nivel de Condensación Qi" Meng Hao parecía perdido en sus pensamientos conforme el joven desaparecía en la distancia.

"Incluso si Pequeño Tigre tiene algún secreto, podemos averiguarlo por nuestra cuenta si queremos hacerlo. Nos ha menospreciado." Medió Gordito. Él tenía una personalidad abierta y directa, y no pensó nunca de una forma estratégica. Ofrecer algo a alguien de buena fe y que lo rechazara era obviamente una forma de aumentar su indignación.

En las regiones bajas del continente Nanshan , el invierno era corto y pasaba casi en un instante. El calor de la primavera llegó, y las flores florecieron. Otra vez era abril. Un año había pasado desde que Meng Hao había llegado a la Secta Confianza.

Con la ayuda de Gordito, había acumulado una gran cantidad de Piedras Espirituales de la Zona Pública de bajo nivel, e incluso más píldoras medicinales y algunos objetos mágicos. Iba a menudo hacia las montañas salvajes para cazar bestias demoníacas. Incluso se había acercado a la montaña negra en su búsqueda, pero siempre regresaba con las manos vacías. Los rugidos que emanaban desde la región de la montaña negra crecían más y más intensos, por lo que Meng Hao no se atrevía a entrar.

I Shall Seal the HeavensDonde viven las historias. Descúbrelo ahora