Capítulo 3: Promoción a la Secta Exterior

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"Fuisteis a dormir temprano, ahora es tiempo de que el Abuelo Tigre os despierte!". La puerta se sacudió al abrirse, y un alto y fuerte hombre entró vestido con la ropa de los sirvientes. Miró fieramente a Meng Hay y al gordito joven.

"Empezando por hoy," dijo furiosamente, " vosotros dos, pequeños bastardos, cortareis diez árboles por día para mí, cada uno. Si no, el Abuelo Tigre os desollará vivos."

"Saludos, Abuelo Tigre", dijo Meng Hao, saltando fuera de la cama quedándose plantado nerviosamente." Tal vez podrías calmarte un poco.." antes de que pudiera terminar de hablar, el hombre se quedó mirándole a los ojos.

"Tranquilo! Piensas que estoy hablando demasiado alto?"

Mirando su fiera complexión y larga altura, Meng Hao dudé, entonces dijo, "Pero... el Hermano Mayor a cargo de los sirvientes ya nos asignó cortar diez árboles por día."

"Entonces, cortad diez árboles extra por mí" dijo con un tono frío.

Aunque Meng Hao no dijo nada, su cerebro no paraba de dar vueltas. Acababa de llegar a la secta de inmortales, y ya estaba siendo intimidado. No quería permitirlo, pero el hombre era muy grande y fuerte, y él mismo era claramente débil, incapaz de defenderse. Entonces miró la mesa y vio las marcas del mordisco. Pensando en cómo de fuerte era el joven gordito mientras andaba sonámbulo, le vino la inspiración. Inmediatamente le gritó al joven que se encontraba durmiendo.

"Gordito! Alguien te está robando tu mantou y tu chica!"

Tan pronto como las palabras salieron de su boca, el joven se sentó, con los ojos cerrados, y gritó con su cara deformada por un furioso salvajismo: Quien me roba mi mantou? Quien me roba a mi esposa?", gritó saltando fuera de la cama.. "te voy a vencer, vas a morir! Te morderé hasta que te mueras!" Empezó a golpear aleatoriamente por la habitación. El hombre grande permanecía en shock, entonces dio un paso adelante y abofeteó al joven.

"Quién osa gritar en frente del Abuelo Tigre!" Su guantazo aterrizó en la cara del chico, pero entonces el gran hombre gritó. El joven gordito, con los ojos cerrados, había mordido el brazo del hombre. Sin importar cómo de fuerte el hombre moviera el brazo, el chico no lo dejaba ir.

"Para de morderme, maldito. Para de morder". Este hombre era un sirviente, no un Cultivador. Había sido sirviente por una larga temporada, y su cuerpo era fuerte, pero el daño que le había causado hizo que le entraran sudores fríos. Le pegó con el puño, le pateó, pero no podía hacer que el joven gordito perdiera su presa ni la aflorara ni un poco. Cuanto más fuerte le pegaba, más profundo el joven mordía. La carne del hombre parecía destrozada, como si un trozo fuera a ser arrancado.

Sus gritos se escuchaban fuera de la habitación, por lo que otros empezaron a escucharlos. Una voz fría preguntó: "Qué es ese alboroto?".

Era la voz del hombre con cara de caballo. Tan pronto como el gran hombre la escuchó, empezó a temblar de miedo. A pesar del terrible dolor que le cruzaba su rostro, dejó de gritar.

"No es buena idea molestar al Hermano Mayor a cargo de los sirvientes" dijo el hombre rápidamente. "No hay beneficio en continuar con esto, rápido, para de morderme! No son necesarios los diez troncos".

Meng Hao nunca imaginó que el estado de sueño del joven gordito fuera tan intenso, y también quería parar la situación. Caminó directamente y golpeó ligeramente su cara, entonces le susurró a la oreja; "Han devuelto del mantou, y también a tu chica."

El joven de repente se relajó y abrió su mandíbula. Continuó golpeando el aire y volvió a su cama, su cara cubierta en sangre y entonces cayó de nuevo en el sueño.

I Shall Seal the HeavensDonde viven las historias. Descúbrelo ahora