Capítulo 98: Valle de la Cuerda Roja

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El tiempo fue pasando lentamente. Pronto, había ya pasado medio mes. En una particular noche, la luna llena estaba especialmente brillante, eclipsando a la mayoría de las estrellas. Estaba colgada en el cielo, llenando la tierra con su gentil y plateada luz.

Parecía brillar de una forma especialmente intensa sobre el grupo de valles, especialmente sobre el valle en el que estaba Meng Hao localizado. Mientras brillaba sobre la niebla, ésta comenzó a hervir, lentamente girando en lo que parecía ser un vórtice.

Fuera del valle, los siete cultivadores estaban esperando, con sus ojos brillando. Miraban hacia la niebla dentro del valle, con expresiones de expectación en sus rostros.

"La hora ha llegado..." dijo el anciano del sapo, con su voz baja. Incluso mientras sus palabras salían de su boca, un sonido de gorgojeo se podía escuchar desde dentro de la niebla.

El sonido era indefinido, pero cuando llegaba a los oídos, se clavaba en el corazón. Se escuchaban sonidos de chasquidos, la niebla del valle se agitó.

El tiempo pasó, el gorgojeo se fue haciendo más claro. En medio de los sonidos de chasquidos, la niebla se puso a girar una y otra vez hasta que apareció un remolino gigante. Los filos del remolino de niebla parecían ser capaces de atravesar los muros de los precipicios a su alrededor, haciendo que se fundieran. Roca líquida fue cayendo por la superficie de los precipicios.

Al mismo tiempo, una cuerda roja apareció desde dentro del vórtice. Era tan gruesa como el brazo de una persona y era tan roja como si hubiera sido bañada con la sangre de incontables personas. Un sonido zumbante llenó el aire mientras el vórtice y la cuerda giraban. Tan pronto como la cuerda apareció, los siete hombres parecieron vigorizados.

Los ojos del anciano del sapo brillaron. Se dio un mordisco en su lengua y escupió algo de sangre, al mismo tiempo que realizaba un encantamiento y sacaba un fragmento de metal negro desde dentro de su bolsa privada.

Los otros seis hombres hicieron lo mismo, escupiendo sangre y sacando piezas fragmentadas de metal negro. Parecían estar muy familiarizados con el proceso, como si ya hubieran hecho esto antes.

La sangre entró en el vórtice y, aparentemente debido a esto, el vórtice de pronto paró de rotar. La cuerda, sin embargo, no lo hizo.

Las piezas de metal de los siete hombres giraron por el aire y entonces se juntaron para formar un sable negro.

La espada flotaba sobre el valle, apuntando hacia la cuerda roja, la cual dejó de rotar en ese momento.

Con un grito suave, el anciano del sapo salió volando para coger la cuerda roja con ambas manos. La cogió sin dudarlo, a pesar del hecho de que estuviera mojada, como si estuviera cubierta con sangre. Los otros seis hombres aparecieron detrás de él, uniendo sus fuerzas para tirar de la cuerda.

Un atronador rugido se escuchó en el área mientras lo hacían. La cuerda emergió lentamente unos treinta metros desde dentro del vórtice. Mientras lo hacía, un Qi de color negro emergió para llenar el área. Finalmente, alcanzó el punto donde la cueva de Meng Hao estaba localizada, sumergiéndola.

"A los trescientos metros, conseguimos la Piedra de Jade Espiritual. A los seiscientos metros, conseguimos el miasma tóxico. La última vez que tiramos, fueron novecientos metros y conseguimos la bestia sellada en piedra. Hoy, conseguiremos alcanzar los mil quinientos metros!"

"Cierto! De acuerdo con los textos antiguos de nuestro Clan, si sacamos mil quinientos metros, abriremos el primer sello y el espíritu ancestral del Clan se despertará. Tomará la forma de una Fundación de Veneno y nuestras bases de Cultivo puede que asciendan otro nivel!" Los ojos de los siete hombres brillaban mientras que sujetaban la cuerda.

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