La bienvenida.

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Eran las 11 de la mañana y yo aun estaba dormida en mi cama, por eso amaba no ir al colegio, odiaba la idea de despertarme temprano para irme a encerrar a un edificio lleno de profesores molestos y adolecentes que solo hablaban de cosas estúpidas. Aun que quisiera seguir durmiendo unos molestos rayos de sol entraban por mi ventana impactandose en mi cara. Mientras trababa de taparme con la sabana escuche la voz de mi hermano saludando a mi mama. Así que me deshice de la idea de dormir un poco mas.

Al levantarme pude notar que ya podía mover un poco mas mi pie sin que me doliera al apoyarlo en el piso. La crema milagrosa que mi mama había puesto un día antes si había servido.

Antes de bajar a enfrentar a mi hermano decidí lavarme los dientes y peinar un poco mi cabello que estaba todo enredado. Pude bajar un poco mas rápido esta vez las escaleras y me fui directo a la cocina y poder desayunar algo.

-Buenos dias _____- me dijo mi mama cuando entre a la habitación y ella salia de ahí dejándome sola con mi hermano.

-Buenos días- dije abriendo el refrigerador, trate de ignorar a mi hermano que estaba sentado en una silla del comedor mientras sacaba el envase de leche.

-Que tu- le dije poniéndome enfrente de el.

-Hola _____... ¿Que no te aburres de no hacer nada todo el día?- me contesto mi hermano con su típica cara seria. yo solo me gire a buscar la caja de cereal que estaba en la cómoda de la despensa. Después de hacer mi fabuloso desayuno le conteste poniendo mi plato en la barra de la cocina.

-No la verdad no me canso ni me aburro- sabia que a el le molestaba tanto mi actitud pero que se le podía hacer.

El era 5 años mayor que yo, el en cambio era muy diferente a mi, era como el hijo perfecto. Cuando murió nuestro padre el tomo el papel de padre mio, a sus 17 años pensaba como un adulto de 30. El en vez de tomar el camino del alcohol, de las fiestas o de todo lo que hice yo, se involucro mucho en la escuela y se metió a trabajar para poder ayudar a mi mama. No es que mi mama necesitara la ayuda económica de el, ya que cuando mi papa murió dejo varios seguros de dinero que nos ayudaron a poner un negocio de muebles para el hogar y tan buena fue su venta que después 2 tiendas mas se abrieron en la ciudad, por dinero no nos preocupábamos, no eramos ricos ni mucho menos millonarios, pero teníamos una vida estable.

En estos momentos un silencio incomodo invadió la cocina así que decidí romperlo.

-Mi mama me dijo que querías hablar conmigo, de que se trata- por fin pude ver como el dejaba su celular alado de el y me contesto tan tranquilo

-Mas tarde te digo, ahora tengo que salir- Dijo poniéndose de pie y comenzando a caminar en dirección a la salida. -Dile a mi mama que no tardo mucho. Y se fue, y ahí estaba yo parada en la cocina con unas ansias por saber que era lo dichoso que me iba a decir.

Mi angel.*JUSTIN BIEBER & TU* (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora