No se lo podía creer, estaba utilizando con Erika el lenguaje que usaban ellos desde niños, escribiendo el uno en la piel del otro mensajes ocultos que no querían que los adultos escucharan.
Se sintió traicionada por Jules. Hablar en silencio era cosa de ellos, y estaba incrédula por el hecho de que él compartiera eso tan íntimo con una chica a la que conocía de varios días, como si algo tan personal de ellos dos, fuera insignificante.
La furia le reconcomia en su interior. ¿Cómo era capaz de hacerle eso Jules? ¿Tan poco significaba para ella? Tenía ganas de gritarle e incluso de pegarle un par de puñetazos en el brazo para liberar su creciente enfado.
Tuvo que morderse la lengua y contar hasta diez para evitar montar un número delante de sus compañeros, pero la sensación seguía en su pecho y no podía quitarse la traición de su cabeza. Necesitaba distraerse y alejarse de Julian ya.
Fue entonces cuando se dio cuenta de que el coche estaba ya en el parking del instituto, con Mark sentado en los escalones que subían hacía la puerta principal. Éste, lucía pensativo mirando hacia la oscuridad de las estrellas, distraído de la llegada del coche.
Mark, pensó Emma con una malísima idea que le rondaba la cabeza pero que al mismo tiempo no podía ignorar. Sin más dilación, cuando Diego apagó el motor del vehículo, Emma se bajó rápidamente del coche mientras Mark, ya consciente de la llegada de ellos, se incorporaba para recibirlos.
La cazadora sin volverse a mirar a sus compañeros corrió a reunirse con el chico hada saltando a sus brazos cuando ya estaba a su altura. Mark, sorprendido recibió a Emma sujetándola por los muslos para sostenerla mientras ella rodeaba fuertemente con las piernas su cintura y posaba sus brazos sobre su cuello.
Estaba con su equipación sucia, llena de icor e incluso sangre, con el pelo desordenado que se le pegaba al rostro por el sudor pero aún así era una chica digna de admiración.
Emma le miró fijamente a sus distindos ojos sumergiéndose en el azul del mar y fundiéndose en el oro mientras él le devolvía la atónita mirada con una radiante y brillante sonrisa. Ahí estaba su parte hada, disfrutando con el pequeño caos. No obstante, el chico apartó la vista para mirar tras ella, pero se lo impidió cogiendole el mentón con una mano encarándolo de nuevo a ella. Mark levantó las cejas con su media sonrisa y fue lo que necesitaba Emma para avanzar los centímetros que separaban sus labios.
Era un chico muy guapo que no pasaba desapercibido, no tanto como Jules según la percepción de Emma, pero era alguien que le hacía olvidar y ausentarse de la realidad de su entorno y era agradable estar con él. Quería divertirse con él, dejar de pensar en Julian y en los sentimientos que intentaba reprimir. Quizás esta muestra de afecto molestará a Jules, pero peor para él; al fin y al cabo ¿porque tenía que importarle como se sintiera o que le molestará cuando él no la había tenido en cuenta antes de compartir algo tan especial de ellos con Erika?
Sus bocas se abrieron dejando paso al encuentro de sus lenguas mientras ella se aferraba al fino cabello rubio de Mark, y enredaba sus dedos entre su grandes rizos. Si cerraba los ojos casi podía imaginar que era el pelo de Jules el que le rozaba las yemas.
¡Deja de pensar en Julian!, se gritó.
Notó las manos de Mark avanzar desde los muslos hasta su trasero. Un encuentro casual que se estaba convirtiendo en un momento fogoso más íntimo y que sus compañeros estaban presenciando.
-Dejad algo para la cama- dijo Diego con una risa divertida cuando pasaba por su lado retornándolos de nuevo a la realidad.
Con la respiración levemente agitada ambos separaron sus bocas momentáneamente. Emma no pudo evitar mirar hacia atrás encontrándose directamente con los ojos que buscaba: los de Julian. Éste los miraba con desagrado y un ligero enfado, y en cuanto sus miradas se cruzaron, él apartó la vista con un cierto desprecio. Sí, se le veía molesto y Emma a pesar de saber que estaba actuando mal y que más tarde lo lamentaría, se alegró de su enfado.
Antes de que éste pasara con el paso firme junto a ellos, Emma volvió de nuevo sus ojos hacia Mark que la miraban con lujuria.
-Llévame a la habitación. - le habló ella cerca de la oreja como si fuera un susurró a pesar de estar segura de que Julian o Erika la habrían oído.
Jules paró en seco dejando paso a su hermano y a su parabatai, intentando no mirar a ésta. Desde el día en el que los vio en la habitación nunca los había vuelvo a ver en ese estado o actuando con tanto deseo como lo estaban haciendo ahora.
¿Por qué Emma le estaba torturando de esa forma? pensaba Julian. Quizas habría sido por el beso con Erika. Pensar en que ella pudiese estar celosa de que otra chica besara sus labios le alegró tan solo un instante antes de volver a ver como ahora ella se besaba con su medio hermano. Todavía le resonaba la voz de Emma en sus oídos.
Ahí volvia a estar esa horrible sensación. Otra vez volvía a imaginarse las manos de Mark sobre ella haciéndola suya, recordándole que ya no le pertenecía a él.
Erika seguía cogiéndole fuertemente de la mano. Le encantaba su compañía. Era un poco como estar con Emma antes de enamorarse completamente de ella. Sin duda le ayudaba a distraerse, pero ahora no podía quedarse hasta las tantas charlando; necesitaba espacio: ir al estudio y desfogarse.…
Mark la llevó en sus brazos hasta la habitación de él. Ni siquiera la soltó cuando tuvo que abrir o cerrar la puerta. Tan solo la dejó bajar cuando ya estaba junto a la cama.
Emma con cierta torpeza se quitó sus sucias botas dejándolas apartadas en un rincón de la habitación. Agitada por el momento con Mark y la adrenalina de la batalla, a la vez que se hacía consciente de la suciedad en su cuerpo, se quitó los pantalones, la chaqueta y la camiseta con destreza quedándose únicamente con una ropa interior mal conjuntada.
Se miró las prendas y el cuerpo sintiéndose avergonzada de no parecer una de las modelos que aparecían en las portadas. A Mark parecía no importarle. La miraba expectante como un ladrón mira a su joya más preciada.
Fue Emma la que se acercó al él para cogerle del dobladillo inferior de la camiseta y levantarsela, ayudándole así a que ésta saliera fácilmente por sus hombros y su cabeza. Él la desecho en el suelo con brusquedad recorriendo de nuevo su piel con la mirada.
Ella pegó su cuerpo contra el esbelto torso de Mark notando la calidez que emanaba y posó las manos sobre su rostro a modo de caricia, para pasar a tocarle las puntiagudas orejas, bajando por la línea de éstas hasta su robusto cuello y finalmente posando las manos sobre los hombros mientras se ponía sobre sus puntillas para alcanzar los labios del chico con los suyos.
Mark no esperó más y reaccionó. Se avalanzó sobre ella cogiéndola de la cintura, olbigandolos a tumbarse sobre las sábanas de la cama quedando Emma sobre él. Ésta se acomodó poniendo las piernas a ambos lados de él sentándose sobre la parte más baja del abdomen. Las manos de Mark acariciaban su suave piel dibujando su silueta, desde los senos hasta las caderas mientras sus bocas profundizaban en los lujuriosos besos.
Se quedó sentada separándose de Mark que la observaba con deseo. Sin pensarlo mucho dirigió las manos hacia su espalda y con agilidad desabrochó el cierre de su sostén haciendo que éste se resbalara por sus brazos y cayera en un lateral de la cama.---Tenía que decirlo: No me odien por el capitulo!! Gracias por sus estrellitas, por sus comentarios y sus mensajes privados! Espero que os esté gustando la historia, y sean pacientes, próximamente más y mejores capítulos! Un beso!---
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Lord of Shadows
FanfictionHistoria alternativa. Tras la muerte de Malcom Fade, la calma en el instituto de Los Angeles apenas dura unos días. Jem al hablar con Emma le descubre que, si entre dos parabatai surge el amor romántico, aumenta el poder de ambos llegando a destruir...