Part 6

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Con el ambiente más relajado entre ellos, ambos se acercaron a una mujer delgada de baja estatura que estaba de pie junto a lo que parecía el cuerpo inerte de un hombre. Ésta era de tez muy pálida, casi blanca, con unos ojos totalmente negros que no tenían ni un ápice de blanco y con el cabello que iba desde el plateado brillante de raíz hasta un tono blanquecino en las puntas. Iba vestida con un vestido de tela azul marino que se le ajustaba hasta el pecho y luego caía en vuelo, como de otra época.

-¿Rose? –preguntó Jules cuando casi estaban a su lado.- Soy Julian Blackthorn y ella es Emma Carstairs.

-Los famosos parabatai, -se tomó unos segundos para examinarlos de arriba abajo a ambos. Jules puso una mueca de incomodidad ante el hecho de que los hubiera vinculado como parabatai tan rápidamente.- sois conocidos en el mundo de las sombras. –argumentó.

-Ya, ya. –soltó Emma. Se quedó mirando el cuerpo tendido que había a escasos metros de ellos. - ¡Por el ángel! ¿Qué ha pasado?

Parecía el cuerpo de un chico joven y bello, que hubiese sido momificado. Era como un esqueleto hubiese sido recubierto con una fina capa de arrugada piel, dejando marcados la silueta de los huesos. Seguía vestido con una americana informal de color marrón encima de una camisa blanca y unos vaqueros oscuros. Su rostro cadavérico estaba adornado con dos pequeñas y puntiagudas protuberancias que nacían en su frente, bajo su largo y lacio pelo negro.

Se podía apreciar como tenía una fea herida circular desgarrada en un lateral de su cuello, bajo el cual se había formado un pequeño charco de sangre. Demasiada poca como para haber muerto desangrado, pensó Emma, aunque claramente esta no debía ser la única causa.

-Theodor era un gran amigo mío.- informó de forma melancólica Rose, mirando el cuerpo de su fallecido compañero.- Habíamos quedado casi al final de la madrugada, pero en cuanto he aparecido ya estaba así.

-Siento lo de tu amigo.- dijo a modo de condolencia Julian livianamente apenado mientras se cruzaba de brazos.

-¿Crees que ha sido un demonio?- preguntó Emma con normalidad a su parabatai, haciendo uso de la frialdad que caracterizaba a los cazadores de sombras.

-No lo creo,- le respondió arrugando la nariz. - no se dé ninguno que pueda dejar en este estado a una persona y menos a un brujo. -Centró la mirada en Rose para dirigirse a ella.- ¿Sabes si hay alguien que quisiera hacerle daño?

-Todos los brujos tenemos enemigos, - contestó de forma despreocupada.- pero no sé de nadie que sea capaz de hacer eso. Somos inmortales, no sé qué es lo que ha podido acabar con él.

-Le han quitado una gran cantidad de sangre, lo han dejado seco literalmente. –comentó sorprendida Emma.

-Le han sorbido la energía hasta consumirlo, -dijo Rose como aclaración con el semblante triste mirando el cuerpo.- ha debido sufrir hasta el último instante.

-Nunca había visto nada igual. –dijo Julian también enfocando la mirada hacia el cadáver. Apartó la vista y la dirigió hacia Rose - ¿Has visto algo que nos pueda ayudar?

-Un hada.

-¿Cómo? –Preguntó Emma confusa.

-Un hada, -repitió Rose mirándola con sus ojos opacos y un gesto de disgusto haciéndola sentir incomoda.- la he visto observándome a lo lejos y ha salido corriendo cuando ha visto que la miraba.

- ¿Y no podías empezar por ahí?- le espetó bruscamente Emma a Rose. No entendía como un detalle tan importante lo hubiera pasado por alto durante la conversación.

-Emma. –Le repicó Julian sin mirarla, manteniendo la calma.- Hay que informar a la clave, tenemos prohibido investigar en todo lo que esté implicado el mundo de las hadas desde la Paz Fría. Voy a llamar a Diana.- les anunció y se apartó de ellas dirigiéndose hacia el camino que llevaba al coche mientras sacaba su móvil.

Rose se quedó anonadada mirando a Julian y como se movía. Emma la vió y no pudo evitar sentir que la sangre se le coagulaba en los pómulos a la par que la inundaba una oleada de sentimientos de celos. Rose movió su mirada hacia la de Emma sintiéndose súbitamente avergonzada ante su expresión.

-Es guapo. –sonrió con un tic nervioso a modo de excusa y disculpa.

-¿Perdona? – Preguntó Emma intentando sonar confusa y desplazando los malos sentimientos que tenía.

-Tu parabatai – aclaró Rose.

Y era verdad. Emma miró hacia donde él estaba, viendo cómo se pasaba los dedos una y otra vez por su castaño pelo rizado con la mano en la que no tenía el móvil, mientras inquieto, andaba a zancadas de un lado al otro. Ella suspiró por dentro mientras las comisuras de los labios se le curvaban levemente hacia arriba. Como si se sintiera observado, él paró en seco y dirigió sus ojos casi turquesa con los rayos del sol hacia donde se encontraban ellas, cruzándose directamente con los ojos de Emma.

Rápidamente ella desvió la mirada a Rose sintiéndose abochornada de que la hubiese pillado mientras lo miraba. Pero pensándolo mejor, todavía se sintió más ridícula con la reacción que había tenido apartando la vista como si tuvieran 12 años.

-No sé, no soy objetiva. –concluyó Emma quitando importancia al tema.

Tardó solo varios minutos más en colgar la llamada y se acercó de nuevo a ellas.

-Diana viene de camino. –Explicó guardándose el móvil en el bolsillo - Va a venir con un hermano silencioso para llevarse el cuerpo y averiguar qué es lo que le ha pasado a tu amigo.

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Lord of ShadowsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora