Parte 16

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Emma fue consciente de que Jules, Erika y Mark estaban mirándola en silencio esperando un argumento sólido a sus reiterados ataques a Erika.

-Es solo... estoy nerviosa por la misión- concluyó a modo de excusa, sintiéndose impotente y cansada.

Mark se disponía a hablar cuando la voz de Jules interrumpió el incómodo silencio.

-Hey, mirad ahí.- indicó señalando con la barbilla en dirección a su destino, donde un pequeño grupo de hombres lobo y otro de vampiros se empezaban a arremolinar enfrentándose, ajenos a su presencia.

Rápidamente comenzaron a caminar hacia el grupo, que al percatarse de los cazadores se dispersaron cada uno en direcciones opuestas. Tras ellos se vislumbraba la silueta de un hada que miraba divertida el espectáculo ocasionado y que tras fijar la vista en ellos se cruzó de brazos a la espera.

Era una mujer alta, quizás de la misma estatura que Julian, con los ojos achinados, la tez pálida y un largo cabello rizado de color rosa pálido cuyos bucles se dejaban caer casi hasta el inicio de sus piernas.

-Cazadores de sombras. Disculpad que me ría, me encanta ver cuán viscerales son los sentimientos humanos.- les informó cuando Mark y Emma ya estaban a su altura dejando semi ocultos a Julian y a Erika.- Bienaventurados seáis. ¿Deseáis saber vuestra buena fortuna?

-No, - habló Mark con un tono serio y seguro - venimos en busca de vuestra ayuda para que ambas partes salgamos beneficiados.

La mujer dio un paso hacia Mark y se quedó frente a él examinándole fijamente el rostro, mirando de forma inquisitiva el color de sus ojos. Mark no retrocedió a pesar de que ella estaba a un palmo de su rostro, sino que se mantuvo firme en su posición mirando fijamente al hada.

-La cacería salvaje. –dijo la mujer cortando el leve silencio incomodo que se había formado.- Eres Mark Blackthorn.

-Un servidor.-respondió Mark tensando el mentón al no saber cómo iba a proseguir la conversación.

-Ahora que te has unido de nuevo a los cazadores de sombras,- comenzó a decir la hada mientras daba un paso atrás marcando la distancia pero con la vista fija en Mark. - conocerás que desde la paz fría está prohibido que se tenga contacto con nosotros sin permiso de vuestra queridísima Clave.

La mujer lo miró medio de lado dibujando en su rostro una mueca de fingida tristeza intentando ocultar en vano su sonrisa.

-La clave da permiso- exclamó Erika con voz de queda situándose al lado de Mark mientras que Julian se situaba cerca de Emma.

Claramente se vislumbró el gesto de sorpresa del hada quien al estar tan centrada en Mark no se había percatado de la presencia de Erika. Obviamente había reconocido los ropajes típicos de los miembros del Escolamántico.

-Un centurión- jadeó de manera inquieta dando unos pasos hacia atrás

-Apuesto que no contabas con eso. – bromeó Julian con una verdadera sonrisa que entre dejaba ver sus dientes.

-¿Que deseáis de mí?- preguntó la mujer de manera temerosa bajando el rostro dirigiéndose únicamente a Erika.

Ésta con una sonrisa en los labios de manera victoriosa centró su mirada en Emma que lucía una mueca de exasperación. Ella le devolvió finalmente la mirada y vio como Erika asintió con la cabeza a modo de darle voz en la conversación.

¿Por qué después de todo sigue queriendo ser simpática conmigo?, pensó Emma. Intentando parecer indiferente volvió su atención hacia el hada quien lucía como un ratoncillo acorralado.

-Un brujo ha sido asesinado y han visto a un hada huyendo del lugar. Apuesto a que sabes algo. – afirmó Emma.

La mujer se quedó mirándolos uno a uno examinándolos en silencio y volviendo a la posición vacilante con la que había comenzado la conversación.

-Quizás.- suspiró finalmente de forma aburrida.

-Sabe algo. – le reprendió Mark, el cual, conocedor de la naturaleza de las hadas, sabía perfectamente que cuando un hada trata de ocultar la verdad, habla con evasivas para no mentir.

-Si no quieres tener problemas con la Clave deberías empezar a hablar. – sentenció Erika cruzándose de brazos.

Emma se quedó asombrada por el tono y la actitud de Erika, puesto que a pesar de que siempre lucía como una chica dulce y jovial, también podía resultar bastante intimidante. El hada, tras lanzarles una mirada de nerviosismo y sin saber cómo contestarles, les dijo en actitud de reproche:

-No consigo explicarme porque habéis venido en nuestra busca en lugar de acudir directamente a nuestros superiores.

Emma se fijó en que Erika bajaba la mirada para después desviarla del centro de atención del grupo, un gesto extraño ante la respuesta del hada. Intentando dejar de lado este hecho, se volvió hacia el hada de manera fulminante.

-La reina seliee está desaparecida – argumentó Emma en un tono seco.

-Pero no el rey no seliee – indicó Mark tras ella con la voz baja.

Emma llevó sus ojos hacia Mark quien apretaba la mandíbula mientras fruncía el ceño sin mirarla. ¿Qué debía estar pensando? Sin duda él le había contado muchas cosas sobre la cacería y las fiestas de las hadas, incluso sobre Kieran, pero nunca había mencionado al rey no seelie. Claramente se le notaba afligido al recordar al rey, quizás fue el quien ordenó grabar las runas en la espalda de Mark a cuchillo. No pudo evitar sentir lástima al pensar en la lacerada espalda de éste, el cómo las gruesas y rugosas cicatrices no desaparecerían nunca.

-Deberíamos hablar con él, -fue la voz de Julian la que le sacó de sus pensamiento - después de todo no hay que olvidar que fue él quien le dio el conjuro a Malcom, y Iarlath era uno de sus hombres de confianza.

-La Clave ha intentado contactar con él sin respuesta alguna –dijo Erika con un soplido. - por lo que están a la espera de que se conceda la autorización para enviar a algún centurión. Hasta entonces no tenemos permiso para acudir al reino.

Emma no pudo evitar sonreír ligeramente cuando vio a Jules abrir los ojos de forma atónita mirando a Erika, para luego pasar a una expresión de molestia. Sin duda era algo que ella le había ocultado.

-Podría quedarme más rato viendo como os cruzáis las miradas unos a otros con vuestros sentimientos y emociones, -habló el hada con el tono de voz dormido- me divierte bastante, pero debo irme. Así que si no requerís nada más de mí...

Y con esta última frase que dejó en el aire, ésta se dio media vuelta con clara intención de abandonar al grupo de cazadores.

-La hada, ¿quién es? –se apresuró a preguntar Emma antes de que el hada los abandonara.

-Creo que su nombre es Sasne.

-¿Donde la podemos encontrar?- continuó preguntando Erika intuyendo que si no lo preguntaba, el hada no se lo contaría.

El hada vacilo unos segundos y al final resopló mientras parpadeaba pesadamente.

-Esta oculta, pero es de suponer que reside cerca de donde ocurrió el incidente. Intentaré que le llegue un mensaje para que se reúna con vosotros en unas horas.

Lord of ShadowsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora