Parte 39

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Tras cantarle un muy descoordinado cumpleaños feliz, estaban todos enfrascados en la celebración, a punto de cortar el pastel de cumpleaños que Livvy había comprado, cuando Diana entró precipitadamente en la sala.

A Jules se le paró la respiración pensando en que Diana querría aclarar las cosas, pero se relajó un poco ante sus palabras.

-Chicos, hay un aviso. -habló ligeramente alarmada – Los más mayores venid al despacho, el resto continuad con lo que estéis haciendo.

-Yo también quiero ir.- protestó Ty frunciendo mucho el ceño sintiéndose molesto de ser excluido por Diana.

-Y yo.- añadió Livvy dando un paso al frente.

Iba a ser Jules quien les negara la participación pero en ese instante tan solo podía notar los latidos de su corazón que palpitaba en sus oídos por el nerviosismo de tener que enfrentarse a la instructora.

Diana apretó los labios momentáneamente juntando las cejas.

-No, no estáis preparados. -Ambos tenían la intención de replica, pero ante la mirada fulminante de Diana decidieron quedarse en silencio con las palabras en la boca.- No hay peros que valgan.

Todos se miraron unos segundos en cuanto ésta desapareció, pero seguidamente siguieron sus órdenes y salieron de la sala. Las celebraciones debían esperar.

-Lo primero, -empezó hablando Diana cuando Mark, Cristina, Diego, Erika, Julian y Emma se posicionaron frente al escritorio del despacho que en la teoría debería pertenecer al tío Arthur- feliz cumpleaños Jules; y lo segundo, han encontrado el cuerpo de un brujo de aspecto latino en malas condiciones. -Bajó la mirada hasta uno de los folios que se encontraban en la mesa y tras sujetarlo para leerlo continuó con un resoplo - Se llamaba David y tenía dieciséis años.

Emma tragó saliva al recordar el brujo con el que había estado peleando tratando de protegerlo ante al horda de demonios Iblis que trataban de atacarlo. Sin duda debía ser él.

Estuvo tentada de hablar y explicar lo sucedido el día anterior, pero tan solo le acarrearía problemas con Diana por no haber dado parte en cuanto hubiese llegado al instituto. La Clave tendría que haber sido informada, pero con lo del beso apenas había dejado de pensar en Jules durante todo ese tiempo.

Sus ojos fueron directos a Mark, quien también la miraba directamente a ella, puesto que era el único que sabía acerca del brujo, de los demonios Iblis y Leviatán. El joven levantó ligeramente una ceja mirándola de forma interrogatoria esperando a que fuera ella quien hablara si se decidía.

No, lo mejor era intentar evitar decir nada puesto que solo conseguiría tener que dar explicaciones sobre temas de los que no quería hablar.

De manera casi imperceptible hizo un pequeño movimiento con la cabeza intentando que solo él fuera capaz de interpretar la negación. Tras una pequeña mueca en el rostro de Mark, ambos volvieron a dirigir sus miradas a la instructora que tenía la vista fija en la mesa.

-Id e investigar un poco a ver que información podéis recopilar. -prosiguió Diana volviendo a juntar varias hojas de papel que habían esparcidas encima del escritorio de roble oscuro.

-Nos cambiamos rápidamente, y en cinco minutos nos encontramos en la entrada del instituto- propuso Diego dando una palmada al aire tratando de apresurarlos.

Todos asintieron y empezaron a dirigirse de forma casi ordenada hacia la puerta del despacho cuando Diana levantó la vista y habló con voz de queda:

-Julian y Emma. - ambos giraron rápidamente la cabeza para mirarla ante su mención. -Vosotros os quedáis.

Emma se cruzó con la mirada de Mark viendo sus ojos alarmados mientras volvía a tragar saliva de forma brusca por tener la boca seca, aunque no fue con los únicos ojos que se encontró; ya que todos les dieron un último y preocupado vistazo a ambos antes de salir de la puerta mientras ellos se quedaban atrás casi como si les hubiesen petrificado.

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