Parte 26

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Kieran.

Avanzó parte del camino hacía ellos pero se detuvo esperando a que el grupo llegara hasta su posición.

-El rey no quiere recibiros, - dijo de manera imparcial e indiferente sin apenas mirarlos cuando ya estaban casi sobre él. - pero supone que no le queda alternativa ninguna dado a que vuestra Clave ha sido insistente a pesar de las negativas. Va a personarse ante vosotros no lo dudéis. Os advierto que no es muy comunicativo.

Emma se quedo unos segundos observando como se veían Mark y Kieran, esquivandose las miradas, denotando de que entre ellos dos habían habido unos sentimientos muy fuertes e intensos y que ambos trataban de ahogar en su interior. Desde que empezó con el joven su ficticia relación no había sido consciente de que quizás Mark estaba todavía enamorado de Kieran.

Tras la traición de éste hacia Mark, algo entre ellos se rompió, y aunque luego Kieran trató de enmendar su fatídico error, ya era demasiado tarde. Claramente se notaba la tensión y los sentimientos en el ambiente entre ellos, lo podía notar Emma y seguramente también lo intuía Cristina quien también analizaba la situación con sumo detalle. Emma se cuestionó si quizás ella y Julian se debían ver igual, ambos tratando de reprimir las emociones. Seguramente algo trasmitirían, pero todos lo podían dar como un hecho normal dado que los parabatai pueden ser muy recelosos entre ellos cuanto a parejas se refiere.

-Gracias Kieran. -respondió finalmente Mark.

Se disponían a seguir su camino cuando Kieran , tras coger aire, soltó la petición que le rendaba la cabeza.

-Mark, espera. ¿Podrías dedicarme unos minutos? -pidió Kieran con una fuerte inseguridad en su voz, el pelo le cambió del azul eléctrico oscuro que parecía tener cuando lo vislumbraron al principio, para mostrar un azul más tenue y claro.

Mark paró en seco mirando los rostros de cada uno de su grupo parándose unos segundos en los ojos de su hermano. Tragó saliva dudoso.

-Mark, no tienes porque hacerlo. - le tranquilizó Julian quien interpretó la expresión de Mark como incomodidad ante el hecho de quedarse a solas con el hada.

-No pasa nada Julian, debo recordar que al final nos ayudó a derrotar a Malcom.

"Sí, pero eso no quiere decir que le debas nada" pensó más de uno en el grupo. Erika era la única que se sentía más confusa y fuera de lugar dado que ella no había estado presente durante la historia de Mark y Kieran.

-Pues me quedo contigo. -afirmó con voz rotunda y decidida Jules.

-No, -respondió Mark en un tono que hizo que Julian no quisiera cuestionar su decisión - ves dentro, ahora entraré yo.

...

Todos avanzaron para entrar en el oscuro castillo siguiendo un estrecho pasillo que los llevó directamente a una sala bastante amplia donde se encontraban reunidos varias hadas con un aspecto más o menos normal, algunos semiarbustos y otros semi arboles. Todos se encontraban en torno a un siniestro trono, actualmente vacío, hecho con ramas muertas, espadas y algo extraño que parecen ser huesos de distintos tamaños y seres.

Hubo un silencio en cuanto el grupo apareció, en el que todos los ojos allí presentes se clavaron en ellos como alfileres. Estaba claro que no eran bien recibidos. Algunos volvieron a sus conversaciones mientras que muchos otros se dedicaron a murmurar y cuchichear sobre su estancia.

Hubo una conmoción en lo alto del pabellón, y una sola explosión de un cuerno rompió el murmullo tranquilo en el claro. La nobleza alzó la vista. Una figura alta había aparecido junto al trono. Era todo de blanco, sal blanca, con un doblete de seda blanca y guantes de color blanco hueso. Cuernos blancos se retorcían a ambos lados de la cabeza, contrastando contra la negrura de su cabello. Una banda de oro rodeaba su frente.
Cristina exhaló: "El Rey."
Emma pudo ver su perfil: era hermoso. Claro, preciso, limpio como un dibujo de algo perfecto. Emma no podría haber descrito la forma de sus ojos o pómulos o la curva de su boca, y carecía de la capacidad de Jules para pintarlo, pero sabía que era extraño y maravilloso y que iba a recordar la cara del rey de la Corte de la Luz toda su vida.
Se dio la vuelta, poniendo su rostro a plena vista. Emma oyó jadear débilmente a Cristina. El rostro del Rey se dividió por la mitad. El lado derecho era la cara de un hombre joven y guapo, luminoso con la juventud y la belleza. El lado izquierdo era una máscara inhumana, piel gris pegada al hueso y correosa, con la cuenca ocular vacía y negra, moteado de cicatrices rojas. (Extracto copiado del adelanto de Cassandra Clare)

...

Mark se quedó observando al grupo como desaparecía por la entrada del funesto castillo antes de volverse hacia Kieran esperando la razón por la que quería que él se detuviera. Tras poco más de un mes desde la última vez que lo había visto, pudo notar como varias líneas de expresión decoraban el rostro de Kieran recordándole que aquí el tiempo no corría de la misma forma que en su mundo, y que aunque hacia poco que lo había visto, en su rostro y en su piel se denotaba que en el mundo de las hadas quizás habría pasado incluso un año.

-Kieran... - comenzó hablando Mark rompiendo el silencio viendo que el príncipe hada seguía callado sin apenas poder dirigir la mirada hacía el.

Al oír su nombre levanto el rostro mostrando sus diferentes ojos, negro o y plata que lo miraban con tristeza y cariño. Como si por fin reaccionara a la presencia del cazador, se bajo de lomos de su corcel para ponerse a la misma altura que Mark y situarse frente a él.

-Soy consciente de que apenas ha pasado algo más de un suspiro para ti - dijo con la voz temblorosa cogiendose del colgante para tensar arcos. Mark no pudo evitar sonreír viendo a Kieran nervioso cuando por norma general siempre era decidido y valiente - desde nuestro último encuentro, pero este tiempo para mi ha sido interminable. La cacería me resulta insufrible si no estás tú cabalgando junto a mi.

Desde luego la Cacería Salvaje hacia mella en cualquiera de sus integrantes que por lo general eran obligados a unirse. Era duro pasarse noches sin dormir y días sin beber para ir allí lugar donde reinaba la muerte ha rebuscar entre los caídos.

También a Mark le costó sobrellevarlo, pero sin duda todo fue mejor cuando Kieran apareció en su vida. Odiaba la Cacería pero ahora que ya no pertenecía, anhelaba el sentimiento de libertad.

-Kieran, confiaba en ti.-habló a modo de resumen de todos los pensamientos que revoloteaban en su cabeza- Hicieron daño a mi familia por tus celos egoístas.

-Me disculpé por ello, tan solo deseaba tenerte de vuelta. Intenté redimirme. - explicó Kieran refiriéndose al encuentro con Malcom

-Lo sé, pero para mi no es suficiente. - si me necesitas, si me necesitas de verdad, avisame e iré, le recordaba las palabras su mente. No lo necesitaba de verdad. Lo que le sucedía era que no estaba a acostumbrado a la soledad. - Mi familia me necesita, y tu tan solo me he echas de menos no me necesitas realmente. Ni siquiera soy el mismo Mark al que adoras en tus recuerdos ¿no te das cuenta? - abrió los brazos para que Kieran fuera consciente de su gran cambio, tanto físico como psicológico.

-Tu aspecto es diferente, tu habla es distinto e inclusive tu comportamiento es contrario al que solías tener. - se expresó con un ligero tono de tristeza viendo que Mark tenía razón. No era el mismo y posiblemente ya nunca volvería a ser el mismo que cabalgaba junto a él.

Los dos se quedaron en silencio sin saber ninguno de los dos cual podría ser sus siguientes palabras, tan solo se observaban a los ojos recordando un tiempo y unos momentos que no se volvería la a repetir.

-¿Tus sentimientos han cambiado? - preguntó Kieran.

¿Han cambiado?, se preguntó Mark.

-Si - respondió con voz rotunda, puesto que la intensidad de su amor hacia Kieran había menguado notablemente, Cristina se había colado en un resquicio y a Emma le tenía un cariño muy especial.

Kieran, no convencido con la respuesta de Mark, puesto que le resultaba muy ambigua eligió bien su siguiente pregunta.

-¿Me sigues amando?

Lord of ShadowsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora