Parte 47

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Estaba tumbada sobre el pecho de Julian con una de sus manos sobre la runa parabatai dibujando los contornos de ésta de manera suave con el dedo índice, totalmente revitalizada después de haber vivido uno de los mejores momentos de su vida, con una sonrisa dibujada en los labios que ahora mismo sería difícil de borrar. Se sentía viajando en su pequeño universo sabiendo que tarde o temprano alguien, quizás ella misma, vendría con un alfiler y estallaría su pequeña burbuja de felicidad haciéndola caer de nuevo en la cruda y amarga realidad.

Tenía la mirada puesta en el movimiento de su dedo mientras notaba la mirada de jules que tenía los ojos clavados en su rostro, intentando grabar en su retina cada uno de los segundos que pasaba junto a Emma.

Recordó cuando éste le enseño su pequeño estudio secreto decorado con decenas de cuadros y su imagen retratada en cada uno de ellos, en especial uno en el que se veía como lucía dormida entre los brazos de él, sobre la húmeda arena bajo el manto de la oscura noche. ¿Todavía conservaba esos cuadros, o quizás se habría desecho de ellos ante los recuerdos y malas sensaciones que le provocaban tras lo que podría considerarse una rara ruptura? Quizás en la próxima visita al estudio se encontrara con una imagen de esta noche. La idea le emocionaba a pesar de que ella misma se regañaba en su interior. ¿Habría visto Erika su pequeño estudio secreto?¿La habría dibujado también a ella? “No es mi novia” había dicho Jules, pero sin duda después del beso que Emma había visto se percibían sentimientos.

-¿Qué va a pasar con Erika?- preguntó finalmente sacándolo de sus pensamientos, intentando saciar la curiosidad que le generaba pensar en la centurión y Julian. Levantó el rostro para poder mirarlo directamente a unos ojos que la miraban seriamente y con cierta preocupación.

-No lo sé.- contestó seriamente sin apartar la mirada - Solo somos amigos. -aclaró.

Solo amigos… ¿Por qué solo amigos cuando ambos sentían una clara atracción el uno por el otro? La idea le desagradaba y la enfurecía tan solo por plantearselo en su mente, pero era innegable que de algún modo a él le gustaba.

-Ella quiere ser más que tu amiga…¿no lo ves?- le volvió a preguntar intentando reprimir sin mucho éxito una mueca de tristeza que intentaba dibujarse en su rostro.

Jules se encogió de hombros sin importancia.

-Si ¿y?

Como que ¿y?” gritó en su mente, “¿¡qué piensas hacer con tus sentimientos hacia ella!?” inconscientemente puso los ojos ligeramente en blanco por el hecho de que tuviera que sacarle información a base de ser tan insistente.

Bajó la mirada para apartarla de sus ojos, sabiendo que no sería capaz de lanzar su siguiente cuestión de ver el tenue azul del mar embravecido.

-¿Le vas a dar una oportunidad?- formuló la pregunta tragando saliva con cierto nerviosismo sabiendo que había probabilidades de que la respuesta fuera “Sí” a pesar de lo ocurrido esta noche entre ellos.

El silencio de Jules todavía la hizo sentir más incomoda ante la posibilidad de que éste se estuviera planteando la pregunta y no le respondiera con un “No” rotundo como ella deseaba y esperaba.

-¿En serio quieres hablar de Erika?-habló finalmente él dejando asomar un poco de incredulidad en su tono de voz.

-No.- Emma respiró profundamente soltando un suspiro de frustración ante la ausencia de respuestas por parte de Julian. - Supongo que no.

Sintió repentinamente la necesidad de separarse del joven pensando que tendría que volver a ver como los labios de él volvían a juntarse con los de la centurión, incrementando una absurda furia en su interior recordando ese momento en su mente. Se incorporó quedándose sentada con los brazos apoyados sobre sus rodillas, tapando lo máximo posible de su cuerpo desnudo con la fina y sedosa sábana en la que ambos estaba resguardados.

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