Parte 29

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-Gracias Clary, -habló con la cara enterrada en su cuello y su rizado cabello rojizo - quizás no me vaya, pero me gusta saber que tengo esa opción.

Clary rio y soltó su agarre para mirar a Emma y soltarle la gran bomba, aunque seguramente ya la esperaba.

-Además, si te vienes me podrás ayudar con la boda… - dijo con voz pausada como si estuviera hablado de la noticia más habitual del mundo.

-¿La boda? -Preguntó Emma con los ojos muy abiertos y una sonrisa de sorpresa en el rostro, esperando a que Clary se lo confirmara de nuevo.

-Sí . -le respondió levantando la mano derecha en la que portaba un anillo con unos pajaros dibujados: un anillo Herondale.

Así que al final todo había salido bien para Clary. Su historia de amor se forjaba con un gran final: y vivieron felices cazando demonios. Ella y Jace eran la prueba de que el amor existía realmente. No pudo evitar pensar en ella y Julian.

-Dentro de poco pasaré a ser Clarissa Herondale. -dijo con una amplia sonrisa.- No me termina de gustar, pero creo que a base de repetirlo sonará mejor.

-Me alegro por ti Clary. Bueno, por vosotros.

-Gracias Emma.- Esta vez fue Clary la que se acercó a darle un suave abrazo. - Bueno va, yo también tengo que irme. Jace estará histérico por que regrese. Odia no poder acompañarme en estas misiones.

Y tras despedirse volvió a abrir de nuevo un portal por el que regresó a su hogar, dejando a Emma en el solitario vestíbulo.

Era tarde, pero aun así cuando subió hacia las habitaciones, a pesar de que no tenía la intención de quedarse a pasar la noche con él, visitó momentáneamente la habitación de Mark, ya que la había dejado preocupada y quizás le vendría bien hablar con alguien. Pero tras abrir la puerta de forma suave se encontró a Mark ya inmerso en sus sueños.

En otra ocasión hablarían. Y con este ultimo pensamiento se dirigió a su habitación intentando encontrar un poco de paz durmiendo entre sus sábanas .

Malcom estaba frente a ella con una escalofriante sonrisa en los labios mientras Emma permanecía acorralada en una esquina junto al cristal. Éste movió el brazo para atacarla pero esta vez Emma no tenía la runa brillante de resistencia dibujada en su brazo por lo que impactó totalmente en ella.
Tras eso solo pudo notar como el agua la engullía haciéndola reencontrarse con los cadáveres de sus padres mientras los rodeaban toda clase de monstruos marinos…

Se despertó sobresaltada y sudada en su cama con la respiración todavía jadeante. Sus pesadillas con Malcom y sus padres Cada vez eran más frecuentes, y el hecho de dormir sola no hacía más que agravar su insomnio.

Miró el reloj, que en ese momento marcaba las cuatro y media de la madrugada. Se encontraba cansada pero incapaz de poder volver a retomar su sueño. Se levantó de la cama y salió de su habitación todavía con el pijama puesto para dar un paseo por la playa. Con el glamour nadie la vería asi que le daba un poco igual. Se dispuso a bajar las escaleras hacia la entrada cuando escucho la voz de un niño tras ella.

-Emma, ¿duermes conmigo? – preguntó Tavvy con unos grandes y adormilados ojos azules abrazado a Oso, el oso de peluche que le regaló Cristina.

Si Tavvy se lo pedía a ella era porque habría estado deambulando por la casa en la búsqueda de Jules, sin haberlo encontrado. Imaginó que tampoco podía dormir.

-Claro, vamos a tu habitación. – acompañó a Tavvy, el cual caminaba arrastrando sus pies descalzos, hasta su cuarto y ambos se tumbaron en la cama.

Apenas pudo contar hasta diez antes de que el pequeño de los Blackthorn volviera a dormir de nuevo.

Así que Julian tampoco podía dormir. Quizá estuviese en la playa. Y quizá estuviera allí con Erika, ¡ Uhg! Pero aun así se arriesgó a ir, ella también necesitaba notar el roce de la arena entre sus pies.

Efectivamente cuando bajó la colina hacia la playa encontró la silueta de Julian en la oscuridad de la noche, tan solo iluminada por la luna. Se encontraba solo, sentado mirando hacia la luna.

-¿Tú tampoco puedes dormir? – habló Emma en voz alta cuando ya se encontraba casi a su lado.
Como siempre, a Jules no le pilló por sorpresa. Tan solo giró la cabeza para mirarla un instante y luego volvió sus ojos hacia el cielo nocturno mientras Emma tomaba asiento a su lado junto a la arena. Buscaba las palabras en su mente para tratar de normalizar la situación pero no encontraba nada.

-Cada vez las pesadillas son peores. -comentó Julian en voz baja- Y después de la visita de hoy a la Corte de la Luz… ¿Cómo está Mark?

Por un momento pensó en mentirle y decir que estaba bien o cualquier cosa, ya que al ser su “novia” debería saberlo, pero decidió ser todo lo sincera con Jules que pudo.

-Todavía no he hablado con él.- dijo con voz cansada tras un largo bostezo.

Pudo notar como Julian se tensaba a su lado y contenía por unos segundos el aliento, sin embargo no tardó en volver a la normalidad.

-¿Por qué?- preguntó con curiosidad finalmente.

-Hemos discutido y... -mintió. No quería contarle la verdad sobre ese aspecto, pero dicho esto quería dejarle claro a Jules que ella y Mark volverían a estar juntos en un futuro. - Pero no te preocupes, lo arreglaremos.
Cansada, se juntó más con el cuerpo de Jules y apoyó la cabeza contra su hombro izquierdo llevando su mirada hacia el vaivén de las suaves olas del mar deslizándose sobre la fina arena de la playa.

No supo cual fue realmente el momento en el que sus ojos se cerraron y se sumergieron de nuevo en la oscuridad de sus pensamientos devolviéndola al mundo de los sueños.

Era increíble la facilidad con la que caía rendida incluso estando delante del mar, algo que siempre la había aterrado, simplemente por estar junto a Julian.

En un momento dado sintió que volaba  de nuevo en los brazos de alguien. Entreabrió los ojos y vislumbró que era Jules el que la sostenía entre sus brazos, alzándola para traerla de regreso al instituto. Quiso revolverse y decirle que la bajara, pero el cansancio no se lo permitió así que disfrutó de los instantes acurrucandose contra el torso de su parabatai intentando impregnarse del olor tan familiar y característico de Julian.

Lord of ShadowsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora