Parte 51

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Emma se disponía a entrar en el despacho del tío Arthur. Éste y Diana se encontraban detrás suyo, esperando en el pasillo puesto que los hermanos silenciosos habían solicitado hablar de forma individual con cada uno de ellos. Intentaba adoptar una actitud relajada a pesar que la inquietud recorría cada uno de los poros de su piel.

Aplanó la falda vaquera que al fin se había decidido a vestir junto con una camiseta negra de manga corta que taparía la runa que aún brillaba en su espalda si por algún descuido se movía su pelo. Tragó saliva cuando ya tenía puesta la mano sobre el pomo notado su garganta reseca y sabiendo que esto le dificultaría el poder hablar con claridad.

Al abrir la puerta con cautela, junto al amplio ventanal que dejaba ver parte de las vistas de Los Angeles, se encontraba una silueta tenebrosa que siempre le creaba malestar ver. Se trataba de un hermano silencioso con su túnica color pergamino, que reconoció al instante: El hermano Enoch.

Alejado de él, sobre una de las esquinas del escritorio se encontraba recostado un hombre  con los brazos cruzados al que conocía bien.

-¡Jem! - Suspiró aliviada puesto que su presencia la hacía sentirse menos oprimida por la situación. Éste la miró con una sincera sonrisa en los labios mientras se incorporaba para recibirla en un abrazo que Emma aceptó agradecida y que la hizo sentir apoyada por el que era el único miembro de su familia que todavía vivía. -¿Qué haces aquí? ¿Dónde está Tessa? – Preguntó en voz alta paseando la vista brevemente por la habitación, como si tratara de encontrarla.

Se separó de él recordando que la sombra del hermano Enoch seguía presente en la habitación haciéndola sentir incómoda. El hecho de encontrar nuevamente a Jem era una grata sorpresa que había recibido, y ver como lucía tan jovial al verla, le hizo recordar la expresión pensativa que se reflejaba en su rostro cuando había entrado en el despacho. ¿A qué se debía esta visita?

-Tessa está en el laberinto Espiral investigando el último cadáver encontrado ya que los hermanos silenciosos no pueden determinar que clase de criatura mágica ha sido capaz de hacer eso… -explicó calmadamente - Y yo estoy aquí porque la Clave quería que los hermanos hablaran con el instituto de Los Angeles y he pensado en acompañarlo para ver como va Kit.

Bueno, aclaraba la razón por la que él estaba ahí y el porqué de la ausencia de Tessa; pero eso no explicaba la razón por la cual la Clave enviaba a los hermanos silenciosos al instituto, ni lo que trataban de averiguar. Se sintió levemente decepcionada de que Jem mencionara tan solo a Kit y no se acordara de ella en su explicación.

-Y para hacerte una visita a ti Emma que te tengo abandonada.- dijo ella de forma sarcástica bajando su tono de voz varias octavas intentando imitar la voz de un hombre.

Dibujó una sonrisa que dejaba ver sus dientes de forma divertida intentando liberar parte de la tensión que estaba reteniendo en su interior, pero solo obtuvo una mueca similar a una sonrisa de nerviosismo en los labios de Jem. Vale, no era momento para bromas, lo acababa de captar en ese instante.

No es una visita de cortesía Emma Carstairs.” Habló la voz del Hermano Enoch en su mente, provocando que un calambre desagradable le recorriera la columna vertebral haciéndola encogerse.

No soportaba el pensar como los hermanos silenciosos tenían la capacidad de colarse en sus pensamientos y lo molesto e incómodo que resultaba escucharlos en su interior.

-¿Qué queréis saber? – preguntó pensando si sus futuras respuestas a las cuestiones que le lanzaran le terminarían descubriendo en sus mentiras. Iba a intentar contar toda la verdad posible ocultando ante todo la información referente a Jules, ya que aunque la runa brillaba en su espalda, ésta no era seguro que funcionara.

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