Emma tan solo tuvo tiempo de coger a Cortana y buscar las llaves del coche, para cuando llegó a la entrada del instituto Julian ya bajaba por las escaleras con las armas y las estelas.
Los estúpidos zapatos la ralentizaban demasiado. Ojalá hubiese tenido un par de minutos extra para ir a su habitación y ponerse sus amadas botas; porque definitivamente lo que llevaba puesto ni era cómodo ni le daba libertad de movimiento.
Sus compañeros ya se habían ido en el otro coche, ya que no había ni rastro de ellos. Sintió pena por David, el brujo al que intentó salvar. ¿Qué encontrarían? Un cadáver, obvio. ¿Pero en que condiciones?
Se quedó momentáneamente anonadada viendo a Jules con el pelo desordenado por la agitación y rapidez con la que se movía, y con un lateral de la camisa que vestía caída sobre sus vaqueros oscuros. Él apenas se había fijado en que ella estaba parada mirándolo, pero sin duda Emma consideraba que era merecedor de llamar la atención.
Cuando ya estuvo casi a su altura levantó la vista para mirarla, clavando sus ojos azul verdoso en la figura de Emma. Se había colgado a la espalda la vaina donde estaba enfundada Cortana. Al llegar junto a ella le pasó uno de los pequeños cuchillos serafín que llevaba y una estela, mientras él se colocaba el cinturón de armas y se colgaba la correa de su ballesta.
Solo tenía un cinturón, no había traído ninguno para ella. Quizás no lo había tenido en cuenta.
-¿En serio, Jules?- habló levantando las manos con el cuchillo serafín en una y la estela en otra, dejando al descubierto la figura de su cuerpo con el ajustado vestido.- ¿Dónde pretendes que guarde esto?
Éste se quedó mirándola con una mueca mientras se rascaba la parte trasera de su cuello, casi en el nacimiento del pelo.
-Si... eso va a ser un problema.- dijo con la voz tirante -Lo siento, no he pensado en traerte un cinturón extra.
Emma dejó el cuchillo serafín sobre el mueble del entrador y se quedó mirando su reflejo en el ancho espejo que se situaba sobre éste. Resoplando se hizo un rápido recogido en forma de moño despeinado, atravesándolo con la estela para sujetarlo.
Ambos salieron hasta el coche aparcado frente al instituto y Emma le lanzó las llaves a Julian para que fuera él quien condujera, éste las recogió al vuelto sin mirar y entro en el coche, sentándose ella en el asiento del copiloto.
Tan pronto como los dos estuvieron dentro del vehículo, Jules puso rumbo hacia la dirección que Diana les había proporcionado. Él guardaba silencio y no apartaba la vista de la oscura carretera.
-Oye Jules, - habló Emma apoyando el hombro sobre la ventanilla mientras intentaba localizar la luna en la penumbra del cielo - gracias por lo de Diana.
Jules la miró brevemente pero no reflejó en su rostro ninguna expresión, tan solo bajó los ojos un instante y volvió a fijarse en el camino que estaba recorriendo.
-Por Raziel, Emma, no tienes que darlas.- dijo al final seriamente como si su agradecimiento fuera innecesario - Fue culpa mía.
-No, no fue solo tu culpa... - le corrigió rápidamente terminando la frase en el aire - yo también te besé.
Emma se quedó mirando su rostro esperando encontrar algo que cambiara en él pero, si reaccionó, ella no pudo alcanzar a verlo desde su posición. Lo vio apretar la mandíbula y tragar saliva antes de disponerse a hablar.
-¿Por qué? - preguntó él súbitamente clavando los ojos en su rostro, que lo miraba con interés - ¿Por qué me besaste de nuevo tras la bofetada? - aclaró sin apartar la vista.
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Lord of Shadows
FanfictionHistoria alternativa. Tras la muerte de Malcom Fade, la calma en el instituto de Los Angeles apenas dura unos días. Jem al hablar con Emma le descubre que, si entre dos parabatai surge el amor romántico, aumenta el poder de ambos llegando a destruir...