Parte 30

344 17 5
                                    

Emma, se despertó a primera hora de la mañana debido a un grave malestar de estómago. Tan solo al abrir los ojos se encontró con un brazo que la rodeaba por la cintura y pudo notar el calor que irradiaba el cuerpo que se encontraba tras ella.

Sonrió al pensar que había vuelto a dormir con Jules como cuando eran niños. Pero cuando dormían juntos antes del encuentro en la playa apenas se tocaban ya que cada uno tenía su propio lado de la cama.

Extrañada, se giró ligeramente y vio unos destellos rubios tras ella, haciendo que fuera consciente de que se hallaba en la habitación de Mark.

Sintió algo parecido a una decepción. No entendía que porque Jules la había llevado hasta allí. Quizás era un mensaje para que arreglara las cosas con Mark.

Sin darle muchas vueltas se fue corriendo al baño, y tras soltar parte de su malestar se lavó la cara con agua fría y salió de vuelta a la habitación. Mark seguía durmiendo con el torso desnudo guardándole todavía el hueco junto a él. Se le veía tan dulce durmiendo... Tan similar a Jules... Podía ver como sus pestañas se movían ligeramente todavía en sus sueños.

Emma lo observó durante unos instantes, pero rápidamente se dirigió a la puerta y suavemente salió hacia su habitación. Casi en menos de cinco minutos, se había desecho del pijama y se había colocado algo cómodo para entrenar: un top que le sujetaba fuertemente el pecho y unos shorts oscuros junto con unas zapatillas. ¿Coleta o trenza? Al final se lo dejó suelto.
Tras ponerse una chaqueta de sport, salió a correr durante un rato bajo los rayos de sol. Debían ser casi las diez cuando volvió de nuevo al instituto y se fue directamente a entrenar con el saco de arena.

La sala estaba vacía y por los pasillos hacia la misma no se cruzó con nadie ni tampoco percibió ruidos de vida en el instituto.

Se colocó las protecciones en las manos para comenzar a golpear al saco con seguridad sacando todos los sentimientos que traía en su interior. Apenas llevaba una media hora cuando la puerta se abrió para dejar paso a Jules. Llevaba el pelo revuelto vestido con una ajustada camiseta de  manga corta que dejaba al descubierto sus brazos y unos pantalones de chándal ligeramente holgados. Emma se giró tan solos unos instantes para comprobar quién entraba en la sala, pero tras cruzarse con los ojos de su parabatai le hizo caso omiso y volvió de nuevo a su tarea.

Jules le lanzó una ligera sonrisa y avanzó  hasta quedarse a varios pasos de ella.

-¿No crees que ya le has dado una buena paliza? - preguntó éste bromeando mientras se colocaba tras el saco y lo sujetaba para frenar el balanceo.

Emma le lanzó una mirada furiosa haciéndole borrar esa sonrisa tonta de su rostro. ¿Por qué se sentía furiosa con Jules? Quizás no fuera por no haber sido él quien se quedara a dormir con ella, sino por haberla dejado en manos de Mark.

-¿Por qué no le das un descanso y pruebas conmigo? - volvió a preguntar levantando las cejas con una mueca en los labios.

-No quiero entrenar contigo, Jules. – dijo cansada, alejándose del saco de boxeo para quitarse la sudada chaqueta y secarse el sudor que le mojaba la frente.

Él también se apartó del saco y se dirigió a la mesa repleta de cachivaches donde recogió dos cintas de tela para empezar a enrollárselas en la zona de los nudillos para protegerse las manos. 

-¿No has dormido bien? – dirigió su mirada hacia Emma que lo miraba cruzándose de brazos mientras él realizaba la tarea. - Ayer parecía que habías entrado en coma por el cansancio.

Dibujó una media sonrisa en su rostro recordando a Emma casi en un estado de inconsciencia, sin poder evitar mostrar ligeramente los dientes.

-Sí Jules, he dormido bien. – respondió Emma de manera irónica con una sonrisa muy forzada y  fingida. No estaba bien actuar así con Jules cuando éste estaba intentando ser simpático así que intentó cambiar el chip esperando a que terminara para comenzar a entrenar con él. - No entiendo porque me llevaste a la habitación de Mark.

Julian bajo los ojos para quedarse mirando seriamente sus manos examinando el trabajo que había hecho protegiéndose los nudillos y tragando saliva antes de poder contestarle. Se encogió de hombros ante Emma sabiendo que ésta lo seguía observando.

-Porque estabas despierta por culpa de las pesadillas, -respondió soltando el aire que tenía retenido para volver a los castaños ojos de Emma. - y cuando duermes acompañada te son más llevaderas. Vamos, - le habló mientras se dirigía al centro de la sala dispuesto a enfrentarse a ella - mañana es mi cumpleaños. Cuando sea mayor de edad no podré entrenar contigo durante unos meses sin arriesgarme a una denuncia.

Sonrió de una manera tan divertida, que Emma tuvo la impresión de que nada había cambiado entre ella y Julian. Se sentía cómoda cuando Jules actuaba así con ella, y últimamente ninguno de los dos había puesto mucho interés en volver a comportarse como antes. Así que, ante el antiguo Jules, Emma decidió ser como ella era.

-No me lo digas dos veces o usaré eso en tu contra en alguna ocasión.- le amenazó de manera divertida señalándole con el dedo mientras se le contagiaban la sonrisa y diversión.

Se acercó hasta donde la esperaba, el centro de la sala, donde menos obstáculos habían. Se mantuvo a unos metros de distancia mientras el la miraba con sus ojos azules verdosos desde su sitio sin moverse, esperando a que fuera ella la que empezara.

Sin esperar para intentar sorprenderlo, avanzó bruscamente dirigiendo el puño hacia su estómago, pero obviamente lo esperaba y se apartó con un rápido movimiento cogiéndola del brazo que tenía extendido y para hacerle la zancadilla sin que golpeara el suelo. Pero se conocían bien, por como la había cogido del brazo sabía exactamente lo que iba a hacer así que apresuradamente saltó evitando caer y aprovechó para inmovilizarlo del brazo, volteó apoyando el peso de Jules sobre su hombro lanzándolo por encima suyo haciendo que impactara de espaldas sobre el suelo. Se situó sobre él, sentada a horcajadas tratando de inmovilizarle las manos.

Estando sobre él se recordó a si misma estando en esa posición dentro del coche con Jules sangrando tras arrancarse una de las flechas que Diego les había disparado.

Lord of ShadowsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora