14. Prostituta, era prostituta.

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ACLARACIÓN

*Como ya dije, la novela no va a ser 100% igual que la Serie, por lo que habrá variaciones respecto a los capítulos/contenido. Quería aclararlo por si veis algo que no cuadra o es diferente. La novela tomará su propio camino con algunas semejanzas a la serie.
Estaré subiendo capítulos más seguido, tengo ya como 5 escritos y a lo largo de esta semana los iré subiendo para adelantar la novela. No os entretengo más, disfrutad del capítulo.

Atte: Alexandra b.

-Grimes.- Llamé a Carl, quien se encontraba limpiando su pistola y poniendo de nuevo su característico silenciador. Desvió su mirada y la dirigió hacia mi, esperando a que hablase.- Iré con tu padre a por provisiones. Sustituiré a Mich, ella se encuentra mal y no voy a dejar que él vaya solo.

El pequeño de los Grimes asintió.

-¿Me puedes traer comics? Me leí todos los que hay en la biblioteca de la prisión y los que me trajiste en la última expedición también.

-¡Pero por supuesto! Eso ni se pregunta pequeño Sheriff.- Revolví su cabello con mi mano, bufó y me dió un manotazo. Solté una carcajada y me fui hacia la salida , donde Rick me esperaba.- ¿Metiste a Lexy en el coche?- El mayor de los Grimes asintió y con un ademán pidió que me metiera dentro del vehículo.

Carol, con ayuda de Beth y Carl abrieron la reja con un par de caminantes fuera quien Rick con el coche los atropelló.

-¡Dios, parece que ha llovido sangre!- Solté una carcajada y él rió de lado.- ¿Volviste a ver a Lori?- Pregunté de la nada, él pareció sorprenderse ante mi pregunta y yo también.

Me di una paliza mental ¿Por qué diablos tuve que preguntarle eso? Ahora me sentía mal por ello.

-N-no hace falta que respondas. Fue una tontería.

-No te preocupes. No, ya no la veo...la última vez que lo hice me dijo que cuidase a Carl y a Jude. Me dejó claro que ella estaría bien.- El silencio reinó todo el lugar.- ¿Sabes? Me recuerdas mucho a ella...

¿Qué? ¿Yo? No, no, no.

-¿Yo? ¿Por qué?- No la conozco, pero por lo que me hablaron de ella no nos parecíamos en nada, ni en el blanco de los ojos, supongo...

-Tratas a Carl como si fueses su madre, al igual que lo haces con Judith. Tus ojos y los suyos son como dos gotas de agua...

El camino transcurrió en silencio. El único ruido que se hacía presente era el del motor, o quizá el de nuestra tos cuando pasábamos por una pequeña horda de caminantes con las ventanillas bajadas.

-Oye... Perdona si te molestó que dijera eso, no era mi intención molestarte.- Suspiraba mientras se apretaba el puente de la nariz con los dedos.

- No te preocupes. Me tomó un poco de sorpresa, solo eso.- La tensión entre nosotros se podía ver a kilómetros, yo no sabía porque me comportaba así.

A lo lejos podía verse un pequeño pueblo, o bueno, eso parecía. Conforme nos acercábamos se diferenciaba una larga calle con algunas tiendas y entre ellas casas bajas, la mayoría de ellas poseían un pequeño patio.
Rick paró el coche en seco. De no ser por mis rápidos reflejos hubiese terminado con los dientes en la guantera, pues me había olvidado ponerme el cinturón.

-Si cuando los policías obligábamos a la gente a ponerse el cinturón es por algo.- Rió ruidosamente y yo le repetí burlándome de él.


-Oh Rick, estamos en el Apocalipsis ¡Cuidado que si atropellas a un caminante vas a dejarle sin familia! ¡Pero si casi no se nota cuando han chocado de lo podridos que están! Sheriff le matas tú o lo mato yo.- Dijo haciendo referencia al caminante que estaba golpeando la ventanilla del coche.

Hizo un ademán con la mano y con mucho gusto tomé a Lexy, salgo del coche y le incrustó los pinchos de mi preciada arma en su podrida cabeza llenándome de sangre.

-¡Qué puto asco! Sabía que no iba a durar limpia mucho tiempo.- Me quejé.

-Será mejor que nos metamos en una casa pasar la noche, está anocheciendo y no nos queda mucho tiempo para que los caminantes estén más activos.- Me tomó de la muñeca y nos metimos corriendo en la primera casa abierta de la calle.- Con suerte encontraremos provisiones para pasar la noche.

Y estaba en lo cierto allí encontramos un hornillo de gas, con unas cuantas latas de judías.

- Dejaremos uno para comer la hora. Las otras cinco las llevaremos a la prisión.-Asentí y prendí el hornillo. Ya caliente, puse la lata en medio y nos pusimos a cenar.

-¿Qué hacías antes de todo esto?- joder, otro igual.

Creo que si miento a Rick podría estar en graves problemas con mi conciencia. Se lo diré, pero solo a él, creo que tengo la suficiente confianza para decírselo porque se que no se lo comentará a nadie más. O más le vale.

- Antes que nada, por favor, no se lo digas a nadie. Esto queda entre tú y yo...

- Como si hubiese sido asesina, violadora...

-Prostituta, era prostituta.-Él me miró y abrió un poco la boca asombrado.- Hace unos años me mudé aquí, vine desde Seattle. Mis padres estaban en un mal trago económico, vendieron su coche y estaban a punto de embargarles la casa. En mi ciudad, no había trabajo por lo que decidí venirme. Necesitaba un trabajo con el que ganarse lo suficiente para que ellos y mi hermano llegasen a fin de mes y sin estudios no iba a encontrar otro trabajo que me diese el suficiente dinero.

-Entonces, ¿Ellos se quedaron allí?- Asentí a duras penas.

- Espero que hayan sido fuertes y sigan con vida. Mi profesión me hizo fuerte, a no tener miedo. Y en parte lo agradezco, si no hubiese sido por eso seguramente esté muerta. O quizá encerrada en una habitación esperando a ser salvada.

- Lori también era así, fuerte hasta el final.-Sonrió melancólico.- Dios... Necesito aclarar mi mente.- Susurró.-¿Puedo hacer algo?- Preguntó y yo no muy segura asientí.

Me tomó con sus manos la cara delicadamente.

¿Me estaba besando?

"APOCALYPTIC BITCH" (Daryl Dixon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora