52. Addictive

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-Y esta es tu habitación.-Abrió una de las puertas que había en mejor estado y me invitó a entrar con un ligero movimiento de mano.

Si era sincera, el lugar no estaba mal. El cuarto era bastante amplio, no tanto como el de Alexandría, claro está. El santuario, como lo llamaban ellos, era una gran fábrica antigua; estaba la parte en la que habitaban los salvadores, eran naves gigantes dentro de esta, separadas por cortinas que hacían cubículos para poder habitar. Y luego, estaba donde vivían los más cercanos a Negan y este mismo, eso si que eran habitaciones.

-Quiero mis cosas.-Exigí a la par que me situaba delante de él con los brazos cruzados.

-En cuanto me asegure que no me matarás, te las daré. Mientras tanto, acomódate, nena.

Me senté en un pequeño sillón ocre al lado de la cama ¿Y ahora que haría?

Alexandría estaba ahora a cargo de Negan, pero no temía eso. Sabía que Rick era una de las personas más orgullosas que había conocido en la vida, y no dejaría que los salvadores le dejaran por los suelos. Percibía que Grimes se vengaría, pero no podría vencerles. Por lo que había visto, los salvadores sobrepasaban los cien, mientras que los Alexandrinos no llegaban a la mitad. Pero Rick quería ganar.

Negan había secuestrado a Daryl, mi Daryl, y no sabía donde podría encontrarse en este gran lugar, los pasillos me harían perderme y estoy segura, que ningún salvador me diría donde se encontraba.

Aún seguía en shock por haberle encontrado. Los recuerdos volvían a mi mente. Cuando por fin había olvidado su existencia, aparecía. El apocalipsis mata a los más débiles y se queda con los más fuertes, esto era como una guerra, éramos como soldados en el frente de batalla. Sobreviviendo y apreciando la vida, cada segundo y minuto que la compone. Todo pasa por algo. Y quizá, que haya encontrado a Negan sea uno de los motivos por los que deba ser más fuerte aún.

Giré el pomo de la puerta y la abrí cuidadosamente, pero chocó con algo. Un hombre de 1.80 de altura se dio la vuelta y me miró fijamente.

-¿Qué haces?-Me pregunta mientras me mira de arriba a bajo.

-Quería saber si me podrías traer algo de comer. Ahí dentro.-Señalé el armario de la diminuta cocina.-No hay nada.-Se quedó pensando unos segundos, pero accedió.

Ahora tendría vía libre para escapar y poder encontrar a Daryl.

Abrí silenciosamente la puerta y miré tanto a los laterales como al frente para asegurarme de que no me pillarían. Las paredes grises del lugar me ocultaban con gran facilidad.

-Creo que no deberías cantearte tanto.-Dijo a mis espaldas una voz de mujer mientras que tomaba del hombro. Me giré lentamente.

Una chica de unos veintitantos años se encontraba frente a mi; Era alta, un poco más que yo, en buena forma y una media melena ondulaba pegaba a la perfección con sus ojos claros.-No me mires así, está claro que estas intentando escaparte o buscar a alguien.-Tomó mi mano y me metió en una habitación vacía.

-Llévala algo de ropa y tráela a mi despacho.-Se escuchó a Negan al otro lado de la puerta.

-¿Por qué me tomaste así de la muñeca? Me has dejado marca.

-Oh, de nada. Te he salvado de que Negan te pillase porque te estabas escapando y tú lo único que haces es quejarte...-Bufó.-Soy Irati.-Me tendió la mano y no muy segura la acepté.-¿Y tú?-Me quedé callada observándola ¿Sería de fiar?- Tranquila, puedes confiar en mi.

-¿Lees la mente o algo?-Pregunté con burla mientras alzaba una ceja.-Soy Alexandra, puedes llamarme Alex o como prefieras...¿Puedo hacerte una pregunta?-Irati asintió convencida.-¿Por qué llevas un vestido en medio de un apocalipsis?

-Negan nos obliga.

-¿Nos?

-Si, a todas su esposas.- Reí con fuerza ¿Acaso estaba hablando en serio?.-Y tu te convertirás en una de ellas si no quieres estar al frente de batalla. Él te da esas dos opciones para elegir. Si decides ser su esposa tendrás que estar las 24 horas del día libre por si el te necesita. Y si escoges ser un Salvador tienes que enfrentarte a los muertos y con las personas.

-No estaré al frente de batalla y mucho menos seré su esposa. Porque hoy me voy de aquí.

Si, estaba molesta. Muy molesta. En parte ni me tendría que importar, pero el muy estúpido dejó tanta huella en mi que es imposible no sentir un poco de celos.

-No te creas que es tan fácil. En cada entrada y salida hay salvadores armados.-Me advirtió mirando hacia atrás.

-¿Dónde llevan a los que secuestran?-Irati se encogió  de hombros

-Ni idea, pero suelen trabajar en el patio.-Ella me miró asustada y de inmediato se agachó bajando su cabeza.

-¿Qué mierdas haces aquí?-Sentí un aliento en mi nuca.-Sabía que no tardarías mucho en escaparte de la habitación.-Negan me tomó del brazo.-Irati, vete con las demás y no te quiero volver ver hablar con ella si no quieres pagar las jodidas consecuencias.

Mientras me llevaba a no se donde, pude observar como todos los salvadores que nos cruzábamos se agachaban a nuestro paso. Negan abrió una puerta y ambos entramos en una especie de despacho. Yo me senté encima de la mesa con los brazos cruzados mientras fruncía el ceño y le miraba.

-Quiero ver a Daryl.-Le exigí.

-Y yo quiero que todo el universo sea mío pero no es posible. Bueno, tiempo al tiempo. No te quiero ver fuera de la puta habitación salvo que yo te lo diga.-Dejó a Lucille en la esquina de la habitación y volvió a colocarse frente a mí.

-Agh, cuanto te odio.-Susurré mientras me levantaba.

-¿Perdón? Claro que no me odias.

-Has matado a dos de mis amigos. Y a mi... a otro de ellos le tienes secuestrado. Claro que te odio.

Con un rápido movimiento me tomó de la cadera y me acercó a él, quedando a muy pocos centímetros. Sonrió, y acercó mis labios a los suyos.

Esa sensación... la sensación de su barba contra mi cara, de saborear sus labios...

-¿Ves? No me odias, aún me quieres, Al.

Era adictivo, y después de tanto tiempo y de tanto daño, lo seguía siendo.



"APOCALYPTIC BITCH" (Daryl Dixon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora