66. ¿Pero tú y ella...?

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Observaba Alexandría desde la plataforma de vigilancia. Todas las personas que habían sido rescatadas del Santuario se encontraban aquí; algunas iban a ser destinadas a el Reino, puesto que allí había más sitio y otras, se quedarían. 

Lo que dijo Simon de las provisiones era cierto, y unas horas después, apreció él y Rick con un gran camión a rebosar de comida. 

Los salvadores no intentaron atacarnos, es más, nos pidieron perdón por todo el daño que causaron en la Comunidad, defendiéndose con la idea de que Negan les había lavado la cabeza.

Reemplacé mi puesto a Tara, mi tuno ya había acabado hacía cinco minutos. 

Ezequiel había venido a visitarnos, junto con Shiva, quien ya se había dado por vencida de volver a su hogar. Carol y el rey se llevarían a los niños que se habían quedado huérfanos tras el desastre.

-¡Ala, mira un tigre!- Los mocosos llevaban en su espalda las mochilas que les habían sido asignadas con ropa y unas cuantas galletas por si el hambre asomaba en el camino. Todos rodearon a Shiva, y la tigresa no tardó ni un segundo en tumbar en el suelo patas arriba para ser acariciada.

Detrás de todos y con el paso más lento que una tortuga, se encontraba Aiden, el cuál no se veía para nada asombrado de ver un tigre y parecía no tener ganas de irse.

En este último día, no se había separado de mi y de Daryl. Tomó confianza con él cuando le invitó a una chocolatina cuando estábamos rumbo hacía Alexandría. Y desde ese momento, no se había separado de nosotros.

-¿Qué ocurre pequeño?-Me agaché a su altura para observarle mejor la cara.

-No quiero irme.-Hizo un puchero con su boca, lo que causó en mi mucha ternura.

-Pero tienes que hacerlo, cielo. Irás a otra comunidad y conocerás a más gente y...¡A lo mejor te echas novia!-Rió levemente al escucharme decir lo último.

-No quiero. Prefiero quedarme aquí con Daryl y contigo, Alex.- Quedé en silencio. Le hice una seña con mi mano y me fui corriendo en busca de Daryl.

Él estaba arreglando su moto en el garaje de casa, con Irati.

-¡Hola!-Saludé.-Daryl, quiero decirte algo...-Ella lo entendió desde el primer momento, y se fue dejándonos solos, no sin antes darme un beso en la mejilla en forma de despedida.

-¿Qué ocurre?-Tiró hacia un lado el cigarrillo.

Tomé su mano y me senté en el sillín de la moto.

-Esto...Aiden quiere quedarse aquí y he pensado...-No sabía como decírselo, temía que me respondiese mal o se enfadase conmigo.

-Está bien.

-Pero si todavía no te lo he dicho.-Observé su mano encima de la mía, esta se hallaba manchada de negro, por la porquería de la moto.

-No hacía falta que me lo dijeras para saberlo, solo con verte a cara ya me lo he imaginado.-Sonreí sin mostrar mis dientes.- Sé lo que quieres decirme solo con mirarte, es como un poder que tengo.

-Entonces...¿Si?-Asintió haciendo una mueca en su cara.

-Me cae bien el niño. Se podría decir que le he cogido cariño en poco tiempo. Es como yo cuando era niño; antisocial, callado...

-¿Solo cuando eras niño?¿Seguro?

-Vete a la mierda.-Dijo a la par que se reía.

-Ahora vengo, iré a por él. Y luego quizá por la noche puedo recompensarte...-Le guiñé un ojo.

-Si insistes...Ah por cierto, como me imaginé lo de Aiden acondicioné la habitación de la esquina para que pueda dormir cómodo.- ¿En qué momento pensé que a Daryl no le agradaría la idea? Cada vez tenía más ganas de anunciarle que sería padre en unos cinco meses, pero algo de miedo quedaba.

-¿Te he dicho alguna vez que te amo?

-Si, demasiadas.-Reía mientras le dejaba pequeños besos en la cara.

Le abracé por el cuelo y él apoyó sus grandes manos en mis caderas que estaban en constante ensanchamiento por la vida que se estaba formando en mi interior ¿Es que acaso Daryl Dixon aún no se daba cuenta?

Es decir, mi ropa había cambiado; las camisetas de tirantes que usaba hacía un tiempo habían pasado a ser camisas anchas que ocultaban a la perfección mi tripa hinchada. Y Los pantalones eran reemplazados por leggins oscuros, pues el botón ya no abrochaba. No solo mi cubertura se había modificado; mi cara estaba más redonda y mis tobillos ya no eran los mismos.

No solía ser yo muy cariñosa si la situación no lo pedía, no obstante, creía que la forma en la que se estaba comportando Daryl con el pequeño lo merecía.


Narrador omnisciente

Rick le pasó la ración de comida a Negan, que no consistía más que un simple e insípido plato de pasta con un pequeño chorro que apenas se apreciaba de salsa de tomate enlatada. El prisionero tomó el plato y con ansia empezó a comer bajo la atenta mirada del líder de Alexandría.

-El Santuario fue atacado.-Dijo Grimes de la nada, provocando que Negan parase de llevarse alimento a la boca casi al instante.- Por caminantes.

-¿Quedó alguien?

-Poca. Entre ellos un grupo de niños, más gente y también Simon.-Explicó.

-¿Puedo hablar con él?-Cuestionó con la mirada puesta en el suelo de cemento.

-Eso no va a poder ser posible, Negan. No ahora.-El sheriff se encogió de hombros, intrigado por el comportamiento tan extraño que llevaba teniendo Negan estos últimos días. Así que se atrevió a preguntar.-¿A qué es debido tu cambio? ¿Por qué?

-Rick, Rick, Rick...yo sigo igual que antes.-Esa sonrisa que todos temían apareció, pero la diferencia entre esa y las otras ocasiones es que era fingida.

-Te equivocas... ¿Por qué preguntas cada vez que alguien viene a verte por Alexandra? ¿Qué con ella?-El rostro del hombre más alto cambió a serio.

-¿Está bien? ¿Le ha pasado algo a Al?

-¿Lo ves? Los primeros días aquí te comportabas como el mismo gilipollas de siemp...-Con un largo suspiró levantó su cuerpo del suelo y se arrimó a los barrotes, para luego tocarlos con suavidad.

 Su mirada se juntó con la de Rick Grimes. Se sorprendió pues nunca había conocido ese lado de Negan; su lado humano.

-Rick, Al está embarazada.-Él se sorprendió.

-Entonces Daryl será padre ¿Y?-Negan se aclaró la garganta.

-Ese es el problema.

-¿Pero tú y ella...?

-Si, Rick, si; follamos.

Sin mediar palabra él se fue, dejando a Negan con su plato de comida sin terminar.

Negan solo buscaba hablar con Alexandra. Desde que se enteró de la noticia lo único que deseaba era verla para saber la verdad. Ya no era ese hombre que todos conocían en el mundo post-apocalíptico. Sin él quererlo se había convertido en el hombre del que Al se enamoró años atrás en ese prostíbulo de los suburbios de Atlanta. Eso, sin duda, traería problemas a  ambos.



¡Hola amores!

He decidido actualizar por los 2,4K votos ¡Mil gracias!

¿Os gustaría que Negan siga siendo imbécil o queréis ver su lado ¨tierno¨?

¿Qué pensáis de Aiden? Yo ya le amo

¿Amáis tanto a Jeffrey como yo?

Gracias por leer

"APOCALYPTIC BITCH" (Daryl Dixon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora