Capítulo 3: surprised to see me?

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ANNA POV

Era viernes por la mañana y había decidido sorprender a Mina. Iba de camino a su casa para darle una sorpresa. Como siempre, iba con mis cascos escuchando música. Sonaba Sweet child o' mine de Guns n' roses y la motivación iba expandiéndose por mi cuerpo. Antes de que empezara a fingir que tocaba la guitarra eléctrica, puse Say Something de A great big world y Christina Aguilera. Cuando ya estaba en la puerta de casa de Mina, apagué la música, me quité los cascos y piqué al timbre sonriente. No la veía desde hacía años ya que mis padres encolerizados conmigo no me habían dejado ni siquiera hablar con ella para despedirme. Aquella era otra cosa que jamás les perdonaría a aquellas brujas. Por otro lado, estaba ansiosa por saber qué cara pondría al verme, no sabía que había vuelto y mucho menos mi cambio radical. La puerta se abrió lentamente.

- ¿Sí? - Mina asomó la cabeza. Su cabello rizado color arena había crecido considerablemente y sus ojos marrones me miraban curiosa. Genial, no me ha reconocido.

- Buenos días, ¿conoce usted la palabra del Señor? - dije conteniendo la risa con dificultad. Me miró de una manera extraña y empezó a cerrar la puerta - ¡Mina, no! Era broma, no soy un testigo de Jehová, soy Anna, ¡he vuelto! – dije a toda prisa.

- ¿Anna? No, puede ser... - su cara se transformó totalmente. Sus ojos se abrieron tanto que me dio miedo que se le cayeran - pero tú, si estabas, y luego,  pero, no, espera, tú... 

- Mina no me he ido del país, sigo hablando tu idioma, así que di algo coherente que podré entenderte - y se lanzó a abrazarme - bueno mujer, cuidado con tu entusiasmo - dije riendo. 

- Madre mía, ¿no podías decirme que venías? Eres más tonta, avisarme o algo pido, creo que no es para tanto - me preguntaba si en mi tiempo fuera le habían diagnosticado la bipolaridad por fin. 

- Ay, era una sorpresa... No te pongas así eh, que me voy otra vez - y me di la vuelta con una media sonrisa. Tres, dos, uno...

- ¿Pero qué haces? Ven aquí, entra ahora mismo en casa. Mis padres morirán al verte, ¡estás genial! - y me arrastró dentro - mamá, papá, mirad quién está aquí. 

- Hola, eres alguna amiga de Mina, ¿verdad? Tu cara me es familiar pero no logro ponerte nombre... - su madre me miraba confundida, seguro que pensaba que me había visto en algún sitio. Si ella supiera.

- Sí, hola, me llamo Anna Jones...

-  ¡Anna! Estás irreconocible niña, ¿cómo has estado? ¿Qué has hecho? Cuéntanos - su madre era realmente efusiva. Reí un poco antes de contestar. 

- Genial, mejor que nunca, acabo de volver después de mucho y quería ver a Mina - sonreí ampliamente. 

- Rubia, ¿vamos a comer al centro comercial y me pones al día? Tengo que comprar algo así que me iría muy bien. Además, tengo varias cosas que contarte - me dijo Mina. La verdad, me parecía una idea estupenda. 

- Claro, perfecto. Bueno, encantada de veros de nuevo y espero a partir de ahora estar por aquí más a menudo - y una vez me despedí de sus padres nos fuimos dirección al CC más cercano. Decidimos comer en un McDonald's mientras nos poníamos al día de todo. Hubo un tema que no pudo ser ignorado.

- Anna, ¿las has visto ya?

- No, ni ganas. El lunes en el instituto necesito mi entrada dramática - dije bromeando para quitarle importancia - pero lo que está claro es que no se volverá a repetir la misma historia.

- Así me gusta. No sólo has cambiado físicamente por lo que veo. Me alegro, no quiero que vuelvan a hacerte daño. ¿Sabes? Layla se fue del instituto y del pueblo. Sólo son tres y son aún peores, pero las odian igual que las temen. Jake y Angie lo dejaron un mes después de que tú te fueras, siguen teniendo sexo ocasional pero él no quiere absolutamente nada aparte de eso, ella en cambio está obsesionada, es una maldita psicópata de verdad te lo digo, le hace la vida imposible a cualquier chica que hable, quede o se acueste con él - puse cara de asco, Jake era por como lo recordaba un estúpido egocéntrico. Angie y él estaban hecho el uno para el otro, me asqueaban - Anna, tienes que verlo, ¡está buenísimo! O sea, nunca se me ocurriría acercarme, no es mi tipo, pero es imposible no girarte al verlo pasar.

- Mina por Dios, estás hablando de Jake Reeds. Es un imbécil.

- Y tanto que lo es, pero si lo ves de lejos...

- Si lo ves de lejos aún estás a tiempo de alejarte de su camino, fin. No puedo creer que le veas algo. 

- Rubita, rubita, rubita… recuerda lo que estás diciendo cuando lo veas - me dijo negando con la cabeza mientras sonreía. 

- Oh venga por favor, no seas ridícula - respondí malhumorada. Odiaba que me dijeran algo que yo no sentía en absoluto ni iba a sentir nunca. 

- Lo que tú digas... Vamos, tengo que comprar ropa y tenemos que buscarte un conjunto perfecto para tu primer día. Si impactas tanto como en mi casa, ya lo tienes todo hecho.

Estuvimos alrededor de dos horas recorriendo tiendas y más tiendas. Nos dejamos caer en un banco con nuestras bolsas. Mina había comprado ropa para vestir conjuntos diferentes tres años por lo menos. Yo, en cambio, sólo había cogido una camiseta negra básica, unos pantalones pitillo tejanos, una chaqueta gris y blanca con estampado tribal, unos pendientes a conjunto y unas vans grises (*multimedia*). Todo nuevo para el primer día. Después de descansar media hora entre risas, decidimos volver a casa. Prometimos vernos más y nos despedimos. Al llegar a casa estaba totalmente exhausta. Cené rápido y fui a mi habitación a dormir profundamente. 

Los siguientes dos días los pasé comprando material escolar, ordenando todas mis cosas, hablando con Mina y April, las presenté por skype; y preparándome mentalmente para lo que se avecinaba. Iba a estar sola ante el peligro pero ya no tenía miedo. Nunca más. 

La mañana del lunes llegó demasiado rápido. Me desperté con el suficiente tiempo para peinarme decentemente. Me lavé los dientes después de desayunar y me maquillé ligeramente: rímel y eyeliner; colorete no necesitaba, me sonrojaba muy fácilmente y más ese día. Bajé con mi mochila y mi carpeta en mano y salí por la puerta respirando hondo mientras me temblaban las manos. Por fin había llegado el día. 

Better than revengeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora