ANNA POV
- Jake, ¿está muy lejos? - llevábamos veinte minutos andando y tenía hambre...
- No, ya queda poco. Es un sitio de esos que las chicas llamáis "cuquis" o algo así - dijo él confundido. Solté una carcajada - oye, no te rías de mi.
- No, no, lo siento, es que "cuqui" ha sonado tan femenino, y encima diciéndolo tú...acabas de poner en duda tu virilidad...
- No creo que ahora puedas seguir diciéndolo - touché.
- Oh venga vamos, ahora no me jodas las bromas - fruncí el ceño. Jake paró y con los dedos me lo alisó y volvió a ponerlo normal.
- SIempre he tenido ganas de hacerlo - dijo sonriendo.
- Estás loco... - murmuré.
- Pero bien que te gusta - maldito, no iba a dejar de repetirlo. Moría de la vergüenza cada vez que lo decía en voz alta. Le saqué la lengua.
Poco después, tal y como él había dicho, llegamos a la cafetería. Ahora entendía a que se refería con eso de "cuqui". Era un sitio precioso, todo decorado con tonos blancos y algún que otro trozo de madera clarita. A la vez era moderno, con ese toque 'vintage' que se llevaba (*multimedia*). Jake me miraba expectante. Lo miré sonriente y lo abracé.
- Me encanta Jake, es perfecto - dije después de darle un besito.
- Menos mal, yo de esto no entiendo y no sabía dónde llevarte - explicó tocándose el pelo. Nervioso era tan "cuqui". Reí internamente. Una vez entramos, nos sentamos en una mesa un poco apartada para tener más tranquilidad, aunque la cafetería tampoco estaba muy llena. Era genial. Pedimos nuestro desayuno y seguimos hablando de cosas banales. Cuando nos trajeron los cafés y los 'muffins' (eran muy modernos en aquella cafetería), decidimos hablar de lo realmente importante. Teniendo en cuenta que fui yo la que pospuso la conversación, decidí tomar la iniciativa.
- Bien, Jake, esta es la situación, me gustas, ¿vale? Cosa obvia a estas alturas creo yo, pero quiero tomarme las cosas con calma - fue el mejor resumen que pude hacer para empezar.
- Sí, lo entiendo; si esa es la manera de que esto salga bien lo haremos así - dijo muy firme. Me hacía ilusión que se lo tomara en serio, quizá April tenía razón.
- Bueno, sin sonar muy fría hablando de algo así, yo creo que lo mejor es dejar claro lo que queremos, es decir, si no quieres nada serio creo que prefiero saberlo ahora - y lo solté, lo que tanto pánico me daba.
- ¿No me has escuchado? Quiero que esto salga bien. Me gustas de verdad y, sinceramente, nunca me ha pasado por lo que no sé muy bien qué hacer ni cómo, así que tendrás que tener paciencia conmigo - dijo apenado como si fuera una carga para mi. Me enterneció. Intentando infundirle confianza, le cogí la mano por debajo de la mesa a lo que él sonrió.
- Tranquilo, por eso digo que lo mejor es tomárnoslo con calma. Seguimos como ahora, que yo creo que vamos bastante bien, y a ver dónde nos lleva - nunca pensé que tendría una conversación así con alguien y mucho menos con él. No era mucho de hablar de sentimientos y esas cosas.
- Me gusta como piensas - asintió feliz. Podría decir que sonreí ante eso pero realmente no había dejado de hacerlo desde que pasó por mi casa a buscarme.
- Y te gusto yo - dije levantando la cara con orgullo. La mejor forma de quitarle hierro al asunto era haciendo bromas. Después de todo, él era mi amigo también y no quería perder nuestra relación ni nuestra comodidad.
- Y tanto que sí - respondió con una sonrisa torcida. Me sonrojé. Me miraba tan directamente que se me hacía imposible aguantarle la mirada - oh, ¿dónde ha quedado tu chulería ahora, rubita? - rió él. Le saqué la lengua.
- Sí, sí, tú ríe, que quien ríe último ¡ríe mejor! - no era momento para el drama pero...qué demonios, siempre era un buen momento para el drama.
- Me gusta verte reír - contestó simplemente.
- ¡Basta! Deja de hacerme pasar vergüenza... - le reproché.
- Cuanta más vergüenza te haga pasar, más te lo voy a decir. No sabes lo divertido que es ver como te haces la valiente y luego te pones toda roja - dijo carcajeándose.
- Pero ¿y tú por qué te ríes de mi? ¡Cómo osas hacer eso! Hoy duermes en el portal, ya ni siquiera en el sofá - y seguimos con nuestra discusión de matrimonio. Cuando acabamos de desayunar y de pasar un buen rato, pedimos la cuenta, de la cual no me dejó pagar mi parte.
- Rubita, déjame invitar a mi al menos la primera cita va, no te enfades.
- Pero también pagaste cuando fuimos a tomar algo con April, y la entrada del baile, y la foto - y era cierto, me sabía mal que siempre lo pagara todo.
- Mujeres...pedís un hombre tradicional y cuando éste va a pagar la cuenta no le dejáis. Nunca os entenderé, de verdad te lo digo...
- Oye, yo no he pedido un hombre tradicional - le recriminé.
- Y tanto que sí, me hiciste ver crepúsculo mientras soltabas comentarios como "ya no hacen hombres así", "quien pillara a alguno como Edward", "es tan mono"...
- Jake, controla esos celos, es sólo un personaje de libros y películas...supéralo - dije negando con la cabeza entre risas.
- Bueno, que sí, que hoy pago yo. La próxima vez pagamos a medias, ¿contenta?
- Mmm, vale, trato hecho - nos dimos un apretón de manos como personas serias que éramos y dejé que pagara él. Me gustaban mucho esas pequeñas manías suyas anticuadas, como él decía. Eran toda una sorpresa viniendo de Jake.
Volvimos a casa dando una vuelta, bromeando y diciendo tonterías en su mayor parte. Al fin llegamos a la mía.
- Bueno, creo que esta tarde quedaré con Sharon, Claire y Mina, y les contaré esto.
- ¿Esto? Ponle un nombre al menos, mujer, que 'esto' queda feo...
- Qué manía con ponerle nombre a todo. No somos un rollo, pero tampoco es una relación formal aún. Les explicaré lo nuestro. Así se va a llamar, ¿te parece bien? - pregunté esperando su aprobación.
- Sí, me gusta como suena - dijo sonriendo. Irremediablemente y como siempre, le sonreí también. Nos dimos un beso al despedirnos y entré en casa gritando de la emoción, internamente, claro.
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Better than revenge
Teen Fiction"- Jake, es que es muy difícil esconder mis sentimientos... - dije con voz pastelosa acercándome aún más a él. Noté por el rabillo del ojo que todos nos miraban. Cuando estaba a pocos centímetros de su boca paré en seco y cambié la cara y el tono...