ANNA POV
El camino a la oficina se pasó volando. No podía parar de pensar en el beso que Jake me había dado. Era como si el tiempo no hubiera pasado, me había sentido igual que siempre, cuando todo estaba bien. Me daba miedo lo mucho que me estaba gustando esa sensación. Anna, no te acostumbres, luego ya sabes lo que pasa. Asentí internamente dándome la razón. Está haciendo lo mismo de nuevo, ¿no te das cuenta? Y estás cayendo otra vez. Es un mentiroso, no te fíes. Las palabras de mi yo interior se me clavaban en el corazón. Un fuerte sentimiento de angustia se extendió por mi pecho. Me encogí, aquella sensación sólo hacía que quisiera hacerme muy pequeña.
Entré al trabajo y la primera en saludarme fue Emma.
- Buenos días bonita, ¿cómo estás? - siempre tan alegre ella.
- Más de lo mismo Em...
- Me debes una charla, te lo recuerdo - sonrió y arrugas se formaron entorno a sus ojos.
- Lo sé - sonreí - a la hora de desayunar vengo a verte y hablamos. Voy a trabajar - asintió.
Fui a saludar a todos los demás.
- Anna, deja que te presente a otro chico recién salido de la universidad. Éste es Zack - el señor Austen me presentó a un chico nuevo. Era moreno con ojos azules, Me sonrió un poco incómodo (*multimedia*) - He pensado que eres la indicada para enseñarle cómo funciona la redacción ya que tú estás habituándote al lugar - se giró hacia el chico - tranquilo Zack, ella sabe lo que hace - me sonrojé. El chico nuevo asintió. Me reprendí mentalmente por llamarlo así, seguramente a mi me habían puesto el mismo apodo y no me gustaba la idea. El jefe se retiró y me dejó a solas con él.
- Dios mío, qué mal lo estaba pasando... - soltó. Pude notar el acento americano.
- ¿Mal? ¿Por qué? - pregunté confusa.
- Porque me da vergüenza que me pasee de un lado a otro. Se lo agradezco, de verdad, pero me incomoda bastante.
- Lo he notado. No te preocupes, se pasará en un par de días - sonreí intentando que confiara en mi. Me caía bien y lo veía como un buen compañero de trabajo, incluso en un futuro un amigo.
- Gracias... Anna, ¿no?
- Correcto, ahora ven conmigo que te enseñaré todo esto. Al menos lo que yo sé - le hice un gesto para que me siguiera y empecé el tour empresarial. Zack era un chico muy divertido y me hizo reír mucho.
- Qué alivio que haya alguien como tú aquí, pensaba que serían todos unos estirados.
- Oh, ¡qué va! Hay gente majísima aquí, ya te irás dando cuenta. Yo llevo aquí nada y menos, pero se les coje cariño rápido... a casi todos - susurré pensando en Charlotte.
- ¿A casi todos? - me había escuchado.
- Sí, bueno, hay gente con la que mejor tratar lo justo...
- Entiendo... Oye y a la hora del descanso, ¿qué hacéis? Es que no sé dónde ir ni nada.
- Pues depende. Yo a veces voy a desayunar fuera o me quedo en recepción con Emma.
- ¿Y hoy qué vas a hacer? No quiero meterte en un compromiso eh - se revolvió incómodo. Me había caído genial y sabía que podíamos ser buenos amigos porque ninguno de los dos sentía un interés más allá de la amistad, lo que me iba genial para tener al menos un amigo en esa ciudad.
- Hoy voy a hablar con Emma de demasiadas cosas que tengo en la cabeza. Vente, así te enteras y me ayudas - le ofrecí.
- Si no os molesta... ¡Genial! Me daba miedo pasar el primer día sólo encerrado en mi hora libre por no tener con quién ir a ningún lado.
- Eres muy simpático, seguro que hubieras encontrado a alguien - nos sonreímos animadamente y seguimos con la visita. Finalmente lo dejé encargado de una sección y yo me fui a otra contigua. Estuvimos ocupados y concentrados durante mucho rato hasta que era la hora de desayunar y tomar un descanso.
- Esto es genial, siempre pensé que me encantaría este trabajo pero ahora lo sé, podría estar trabajando minutos, horas, días...
- Eh fiera tranquilo - me reí - me alegro de que te guste el trabajo, total, se supone que tienes que estudiar una carrera que te guste porque dependerás de ella toda tu vida - sonreí.
- Toda la razón. Muero de hambre - murmuró tocándose la barriga como si estuviera embarazado.
- Anda vamos - lo guié de vuelta a la entrada donde me esperaba Emma.
- ¡Anna! ¿Vienes con el nuevo? - preguntó Emma.
- Sí, Zack va a desayunar con nosotras y a darme consejo también.
- ¡Perfecto! Tomad asiento niños, Zack, cariño, ¿tú también vas a contarnos tus dolores de cabeza? - el chico puso cara de sorpresa y después pareció contemplar la opción.
- Si esto es una especie de grupo de terapia me uno, sin duda - sonrió animadamente. Me hacía falta alguien así de alegre cerca.
Les narré toda la historia de Jake, empezando por el año que lo conocí al empezar el instituto, pasando por el internado, la vuelta, el baile, y el reencuentro. Me escucharon atentamente y pusieron caras de sorpresa y rabia en algunos momentos. El instinto maternal de Emma salió a la luz.
- Ahora me arrepiento de haberlo tratado bien. Si hubiera sabido esto, lo hubiera puesto de patitas en la calle de una sola pa...
- Emma por favor, es un buen chico aunque no lo parezca, no quiero que mi experiencia con él influya en la imagen que tienes - me sabía mal hacer que lo odiaran, sobretodo después del beso.
- Pero cielo...
- Anna tiene razón - dijo Zack - Quiero decir, es obvio que Emma quiera patearle el culo, pero ¿no hay mejor manera de tratar el tema? - estaba muy perdida, no entendía por dónde iba la cosa.
- No comprendo...
- Rubia tenías que ser. Piénsalo. Estás en todo el derecho de devolverle lo que te ha hecho. Si lo aguanta, está enamorado de ti de verdad - se encogió de hombros como si fuera la cosa más obvia del mundo. Emma y yo nos miramos con la boca abierta - ¿Qué? Soy un hombre, pero tengo sentido común, cerebro y sentimientos.
- ¿Estás seguro que has estudiado la carrera adecuada? - pregunté aún sorprendida por el razonamiento. En realidad, sí que era algo en lo que debería haber pensado, no era descabellado y tenía sentido, pero nunca me había planteado poner a prueba a Jake.
- Estoy seguro, pero siempre podré meterme en la sección del horóscopo - bromeó. Emma y yo reímos.
- Ahora tú Zack, cuéntanos algo de ti - le animó Emma.
- ¿Yo? A ver, por dónde puedo empezar... - entonces Zack nos contó más de lo que nos hubiéramos imaginado. Se había ido de casa a los 18, harto de las peleas entre sus padres y después de haber pillado a su novia acostándose con su mejor amigo. Estudió periodismo gracias a una beca, como la mía, pero en otra universidad. Llevaba viviendo en el mismo piso los cuatro años que había durado la carrera y se había enamorado de su vecina - es preciosa, os lo juro. Pero no me hace caso. He hecho mil estupideces para llamar su atención pero ni siquiera me mira. No sé qué hacer.
- ¿Sinceramente? Creo que has sido demasiado obvio cariño. Las mujeres, en general, cuando ven que tienen algo hecho y seguro, pierden el interés - Emma y sus verdades.
- ¿Entonces qué debo hacer? - preguntó entristecido.
- Acabo de tener la mejor idea de todos los tiempos. Todo encaja. Hay algo que podéis hacer para que tú - dijo señalándome a mi - pongas a prueba al idiota del famosillo, y para que tú - señaló en esta ocasión a Zack - consigas a la chica.
- ¿Cuál? - preguntamos a la vez él y yo, desesperados por oír la solución a nuestro dolor de corazón, más que de cabeza.
- Fingid estar juntos - y sonrió orgullosa.
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Better than revenge
Teen Fiction"- Jake, es que es muy difícil esconder mis sentimientos... - dije con voz pastelosa acercándome aún más a él. Noté por el rabillo del ojo que todos nos miraban. Cuando estaba a pocos centímetros de su boca paré en seco y cambié la cara y el tono...